Buscando alternativas
Mucho se habla últimamente de uno de los combustibles alternativos a la gasolina: el GNC o Gas Natural Comprimido. Algunas marcas, especialmente las que pertenecen al Grupo Volkswagen, están lanzando versiones de sus coches más populares movidas por GNC. Skoda ofrece una versión del Octavia, denominada G-Tec; Volkswagen vende el Golf 1.4 TGI; Audi ha dejado ver el A3 Sportback G-Tron y Seat ya comercializa una versión a gas natural del León y del Mii. Está claro que el GNC va recorriendo camino poco a poco, motivado básicamente por su bajo coste en relación con la gasolina o el gasoil.
¿Hasta qué punto sale rentable moverse con un coche que quema gas natural comprimido? ¿de qué diferencias de coste estamos hablando? Para responder a estas simples preguntas, que cualquiera puede hacerse a la hora de comprar un coche de GNC, hemos comparado dos versiones del Seat Mii, una movida por GNC (Mii Ecofuel) y otra a gasolina (Mii 1.0 75 CV).
Con estos dos coches organizamos un recorrido de ida y vuelta de Barcelona a Girona, muy variado: autopista, autovía, carretera y ciudad. El objetivo era vaciar el depósito de gas del Mii Ecofuel, y prácticamente la mitad del Mii de gasolina, para comprobar qué cuesta hacer este viaje con una u otra versión.
Autonomía diferente
La primera diferencia existente entre el Mii Ecofuel y el Mii 1.0 la encontramos en su autonomía máxima. El Mii Ecofuel tiene dos depósitos: uno en el que pueden almacenarse hasta 10 kilos de gas comprimido, y otro en el que caben hasta 11 litros de gasolina. En total, puede recorrer 600 kilómetros con los dos depósitos llenos (380 kilómetros con gas natural y 220 con gasolina).
Por otro lado, el Mii 1.0 tiene un depósito con capacidad para 35 litros de gasolina y en teoría podemos hacer 745 kilómetros con un solo repostaje. El consumo medio de esta versión sin Start/stop es de 4,7 l/100 km.
Por lo tanto, primera ventaja a favor del Mii de gasolina: tiene mayor autonomía teórica que el de gas natural, y obliga a repostar con menos asiduidad.
A la hora de llenar el depósito de gas natural del Mii Ecofuel debemos tener en cuenta varias cosas: lo primero, que actualmente existen pocas estaciones de respostaje de GNC, y la mayoría se encuentran cerca de los núcleos urbanos. Por lo tanto, si vives en una zona rural poco habitada, será difícil que tengas cerca de casa una estación de GNC que pueda serte útil. No obstante, también es cierto que en grandes áreas metropolitanas como Madrid y Barcelona, o en ciudades más pequeñas como Zaragoza, Valencia, Castellón o Vitoria, entre otras, podemos encontrar algunas estaciones de servicio de GNC que pueden ser suficientes para cubrir el uso diario del coche, especialmente si éste es un utilitario como el Seat Mii.
Actualmente hay 36 estaciones públicas repartidas por España en las que podemos repostar GNC. 22 de ellas son de la compañía Gas Natural Fenosa. Esta compañía tiene previsto construir en los próximos 5 años 17 estaciones de servicio más en las principales vías de comunicación de España. Por lo tanto, se espera un crecimiento de los puntos de repostaje de GNC en los próximos años que facilite el uso de estas versiones más eficientes.
Self-service
Para hacer este comparativo, repostamos el Seat Mii Ecofuel en una de las estaciones de GNC que hay en la ciudad de Barcelona. El proceso de repostaje es sencillo, más de lo que parece en un primer momento. Se sigue un sistema similar al de una estación de servicio de tipo self-service. Con una tarjeta de crédito se abre la puerta que da acceso al terminal en el que indicamos el importe de GNC que queremos repostar y efectuamos el pago. Una vez hecho esto, se libera la manguera, que introducimos en la boca de carga específica del coche, teniendo la precaución de bloquearla debidamente mediante la palanca que incorpora. Finalmente, le damos al botón verde de la máquina, que activa el proceso de carga del gas de forma automática. Cuando el depósito está cargado, la propia máquina nos avisa para que podamos retirar la manguera.
Repostar gas natural, por lo tanto, no tiene ningún secreto. Gas Natural Fenosa, una de las compañías suministradoras, incluso ofrece a sus clientes la posibilidad de utilizar una tarjeta específica asociada al vehículo y protegida con PIN, que permite controlar todas las operaciones de recarga, los kilómetros del coche, agrupar todos los pagos y beneficiarse de algunas campañas comerciales como bonificaciones en combustible o descuentos. Es un sistema muy adecuado para flotas o colectivos profesionales como los taxistas, por ejemplo, aunque también pueda ser ventajoso para un consumidor particular.
Al salir de Barcelona, el Seat Mii Ecofuel inició el recorrido consumiendo el gas natural de su depósito. Sólo en el momento del arranque puede echar mano de la gasolina, para facilitar la puesta en marcha. Pero en cuestión de segundos pasa a consumir gas, sin que el conductor perciba nada en absoluto. De la misma manera, en el momento en el que se agota el depósito de GNC, se activa el depósito de gasolina, sin que tampoco notemos nada. Podemos controlar el nivel de un depósito u otro a través de los indicadores del cuadro de instrumentos. También tenemos información del consumo instantáneo, medio y autonomía restante en la pantalla de 5 pulgadas del Seat Portable System. Esta pequeña pantalla, extraíble y de aspecto similar a la de un navegador accesorio, también permite utilizar un teléfono de manos libres, el ordenador de a bordo y el propio sistema de navegación.
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En autopista, marcando distancias
La ruta hacia Girona por autopista demostró, como es lógico, que el Seat Mii no es precisamente un coche diseñado para circular a alta velocidad por vías rápidas, aunque resulta suficientemente cómodo para hacer largos recorridos de forma ocasional.
A la hora de planificar una excursión, este utilitario puede transportar 4 personas, y tiene una capacidad de maletero que va de los 251 hasta los 951 litros si abatimos los asientos traseros. En este sentido, conviene remarcar un detalle importante: tanto el Mii Ecofuel como el Mii 1.0 tienen la misma capacidad de maletero. Es decir, la existencia de dos depósitos en el Mii de gas no limita la capacidad de carga, como sí ocurre en otros modelos movidos por GNC. Esto es así porque el depósito de gasolina complementario, en este caso, es de sólo 11 litros.
En este primer tramo de autopista ya registramos algunas diferencias de consumo, que sin duda marcarían el resultado final. Mientras el Mii 1.0 de gasolina marcaba en autopista una media de 5l/100 km., el Mii Ecofuel se conformó con 3,2 kilos de gas a los 100. Si tenemos en cuenta que el precio del kilo de gas es inferior al del litro de gasolina, está claro que el Mii de GNC es más eficiente ya de entrada.
El Seat Mii se encuentra muy a gusto en ciudades con tráfico, como Girona, donde marcamos un recorrido en plena hora punta. De allí salimos en dirección a la costa por carreteras de montaña, llenas de curvas. En este escenario, el Seat Mii en cualquiera de las dos versiones que comparamos, se percibe muy ágil, ligero y divertido. Es un coche con una batalla corta, que pesa poco, se aguanta y empuja lo suficiente como para enlazar las curvas con rapidez. No obstante, cuando se trata de exigir al motor, el Mii 1.0 de gasolina toma ventaja frente al Mii Ecofuel.
En este comparativo quedó bien claro que el Mii de gas es menos potente sobre el papel (68 CV de potencia máxima frente a los 75 CV del Mii de gasolina) y sobre el terreno. La percepción de que el Mii de gasolina empuja más y está más “lleno” en toda la gama de revoluciones es clara. Hay que tener en cuenta que la utilización de gas natural conlleva una pequeña disminución de la potencia, que se calcula en torno a un 15%. A su favor está el hecho de que es un combustible más “limpio” y su combustión provoca menos vibraciones y desgaste mecánico, algo que se nota al volante. De hecho, cuando se agota el GNC y se pasa de forma automática a consumir gasolina, lo único que notas al volante, si te fijas bien, es un ligero incremento de las vibraciones y los ruidos mecánicos.
A mitad de precio
Así que por comportamiento dinámico, nuestra preferencia se decanta hacia el Seat Mii de gasolina. Pero en cuanto a eficiencia, la balanza se decanta claramente hacia el Mii de GNC. Sólo hay que hacer números: nuestro recorrido de ida y vuelta de Barcelona a Girona supuso hacer un total de 323 kilómetros, lo que supuso agotar prácticamente el depósito de gas del Mii Ecofuel, y gastar la mitad aproximadamente del depósito del Mii de gasolina. El coste del viaje fue de 9,84 euros con el Mii Ecofuel y 21,5 euros con el Mii 1.0. Es decir, el precio por kilómetro recorrido con el Mii Ecofuel es más de un 50% inferior al del Mii de gasolina. En este resultado influye el buen precio de tarifa del gas natural comprimido (menos de un euro en el momento de la comparativa) y el poco consumo medio que registra la versión de gas. Ambas cosas permiten esos costes tan reducidos.
El contundente resultado en cuanto a consumo a favor del Seat Mii Ecofuel puede hacernos replantear muchas cosas. Si lo nuestro es la movilidad al menor coste, la alternativa del GNC puede ser muy viable. Si somos autónomos o disponemos de una flota de vehículos, todavía es más indicada una versión de este tipo, ya que los números a final de año pueden ser muy favorables.
¿Vale entonces la pena la versión de GNC? Sobre el papel, está claro. No obstante, hay que contar que el Mii Ecofuel vale unos 2.000 euros más que el Mii de gasolina, que deberán amortizarse con el uso y los kilómetros. Aunque desde mi punto de vista, es un importe fácilmente amortizable y puede hacer rentable el uso de una versión de este estilo.
También hay que tener en cuenta otro aspecto: la disponibilidad de estaciones de servicio de GNC en la zona donde vamos a utilizar el coche. Si no existen o escasean, la ventaja de esta versión a gas natural se diluye.
Este es quizás el principal hándicap al que se enfrentan las versiones a GNC que ofrecen fabricantes como Seat. La escasez de red de estaciones limita mucho su difusión, un poco al estilo de lo que ocurre con el coche eléctrico, falto de infraestructuras de recarga. A diferencia de éste, la posibilidad de usar indistintamente gas o gasolina evita la angustia de la autonomía, pero se hace necesario mejorar este aspecto si se quiere incrementar el uso de este tipo de vehículos en los próximos años. De momento, la oferta está ahí, y las ventajas, sobre el papel y el terreno, parecen claras.
La razón por la que la que el Mii necesita medir el nivel de metano del gas que se acaba de poner en el depósito, es la enorme diferencia que hay entre distintos tipos de gas natural. Una vez que la sonda lambda dice qué gas lleva, guarda en la memoria las proporciones y nunca vuelve a arrancar en gasolina hasta que se reposta de nuevo. Arranca en gas directamente. El gas de Groningen (Países Bajos) es muy bajo en metano, es más barato, y da menos kilómetros y es el gas habitual en los Países Bajos, Luxemburgo, gran parte de Bélgica y casi todo el norte de Alemania Occidental. Se llama Low Gas o L-Gas. El gas ruso y de Qatar es casi puro metano. Es más caro, haces más kilómetros y se llama High Gas o H-Gas. El precio en relación al rendimiento es siempre el mismo en ambos casos. Así el L-Gas puede constar unos 0,85 Euros el Kilogramo y el H-Gas puede constar unos 1,05 EUros el Kilorgamo. Cuando llegas a una estación de servicio en Europa, te dicen si estás poniendo L-Gas o H-Gas. También existe el Low Low Gas o LL-Gas que es biogas.