Acorde con los tiempos
Todos sabemos que los actuales son tiempos difíciles y las marcas de coches son perfectamente conscientes de ello. Para darse cuenta, les basta con echar un vistazo cada mes a unas cifras de ventas en mínimos desde hace muchos meses.
Si bien los fabricantes siguen trabajando en coches de ensueño, con diseños a la moda y con propulsores potentísimos, ahora no toca otra que dedicar esfuerzos también a lanzar modelos económicos, sencillos pero prácticos.
Si bien es verdad que nuestros protagonistas de hoy no son todo lo económicos que debieran si tenemos en cuenta que se han fabricado aprovechando plataformas de otros modelos, que están exentos de lujos y que adoptan soluciones lo más económicas posibles, también lo es que la intención es la que vale y que luego ya se encargan los descuentos de poner las cosas en su sitio.
Tanto Seat como Citroën proponen dos berlinas sencillas -el C-Elysée más que el Toledo-, pero con lo básico en cuanto a robustez y habitabilidad para permitir un uso familiar intensivo. Los dos modelos están disponibles en gasolina o diesel y para este comparativo hemos escogido las versiones diesel, de 105 CV en el caso del Toledo, y de 92 CV en el del C-Elysée. Es cierto que habrá también un Toledo TDi de 90 CV que encajaría mejor en este comparativo pero su retraso en aparecer nos ha llevado a elegir el de 105.
Objetivo conseguido
Cualquiera de los dos coches probados ofrece aquello que sus respectivas marcas querían poner al alcance de sus clientes, es decir, un vehículo sencillo, amplio, práctico y relativamente económico.
Por estética son berlinas de tres volúmenes -aunque el Toledo tiene portón y deberíamos “pasarlo” a los dos volúmenes-, que quedan en cierta manera a caballo entre los segmentos B y C.
Por dimensiones, son coches incluso más grandes que algunos del segmento C -el Toledo, por ejemplo, es más largo que el León y el C-Elysée supera al C4-, pero, en realidad, ambos están fabricados sobre plataformas de coches de segmentos inferiores, en este caso las del Citroën C3 y el Skoda Fabia-Seat Ibiza (recordad que el desarrollo del Toledo lo ha realizado Skoda) a las que, en ambos casos, se ha alargado la distancia entre ejes para lograr la mayor habitabilidad posible.
Este formato -tres volúmenes, habitabilidad y sobre todo un buen espacio en las plazas traseras-, es muy del agrado del público al cual van destinados y especialmente valorado en países emergentes como los de Sudamérica, Europa del Este, el Magreb, Turquía y, muy especialmente, China, mercados a los que se dirige el Citroën y, en algunos, se venderá también el Toledo.
Desde luego la combinación resulta efectiva y los dos coches disponen de un espacio interior más que correcto, destacando especialmente en el Citroën el espacio para las piernas de los ocupantes de las plazas traseras.
Los dos son largos, 4,42 metros el Elysée y 4,48 metros el Toledo, pero ninguno es ancho. O al menos no lo son respecto a un segmento C. La explicación la encontramos en el origen de sus plataformas que en ambos casos rondan los 1,70 metros, como el Ibiza, el Fabia o el C3.
Con todo, las plazas delanteras son correctas, con asientos confortables -con regulación en altura los de los conductores- y una posición de conducción bastante natural, aunque hay que destacar que en el Citroën no se puede regular el volante en profundidad, mientras el Toledo ofrece las dos vías.
Como podéis imaginar, los materiales del habitáculo, el cuadro de instrumentos, tablier y consola central, son correctos pero están lejos de ofrecer grandes lujos o diseños atractivos. En mi opinión el Toledo está un paso por delante de su rival en este aspecto ya que aunque dispone de mucho plástico “duro” -el Citroën aún más-, el conjunto es de más calidad y de mejor aspecto.
Ninguno de los dos son una maravilla en cuanto a diseño interior, pero el Toledo tiene un aire de mayor calidad, aunque habrá que comprobar qué sucede con los ensamblajes y juntas con el paso del tiempo.
Ambos disponen de huecos portaobjetos en diferentes partes del habitáculo y algunos buenos detalles como conexión Bluetooth, toma de USB y radio CD MP3 RDS con pantalla integrada, en el acabado máximo del Citroen, que no puede disponer de navegador ni tan siquiera en opción.
En el acabado Style del Toledo utilizado en este comparativo, la pantalla táctil y el navegador son opcionales.
Donde no encontraremos opciones ni ninguna pega será en la capacidad de sus maleteros. Ambos disponen de una más que buena capacidad como lo demuestran los 506 litros del Elysée y los extraordinarios 550 del Toledo que supera, no sólo a la gran mayoría de los del segmento C, sino a monovolúmenes como el Altea XL.
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Pese a que el Citroën ofrece un gran maletero, la moqueta con la que se cubre ese espacio es de muy baja calidad y el capó no está recubierto con ningún material, es decir, una vez abierto queda “a chapa pura”-. El Seat lo supera por capacidad, calidad y facilidad de carga, al disponer de portón trasero.
Coches sencillos con buenos motores
Es este aspecto, ninguno de los dos parecen coches destinados a cubrir las necesidades de los mercados anteriormente mencionados dada la calidad de sus propulsores. Ambos disponen de motores de sobrada solvencia como es el 1.6 TDi de 105 CV del Toledo. Un viejo conocido de 4 válvulas por cilindro, inyección directa y turbocompresor, que dispone de 250 Nm de par máximo entre 1.500 y 2.500 rpm, con una caja de cambios manual de 5 velocidades.
Por su parte el Citroën propone el 1.6 HDi de 92 CV de bloque y culata de aluminio, 2 válvulas por cilindro, inyección directa y turbo. El par máximo de 230 Nm lo ofrece a 1.750 rpm. y también dispone de un cambio manual de cinco relaciones.
Los 13 CV de diferencia a favor del Toledo no se “notan” demasiado, especialmente circulando por autopistas, carreteras rápidas o ciudad que, en realidad, es donde mejor se encuentran.
En zonas más viradas los dos se muestran algo “perezosos” a bajo régimen y nos harán trabajar con el cambio de marchas si queremos ir ligeros, pero el Toledo será más eficaz en estas zonas gracias a una mejor respuesta inicial del motor y a un tarado de suspensiones mas firme.
El C-Elysée prioriza mucho el confort y la posibilidad de tener que circular por carreteras o caminos en mal estado con una suspensión muy blanda y una mayor altura al suelo que, sin duda, va en contra de la efectividad en conducción deportiva o ligera.
Pese a que el Toledo busca el mismo concepto, es algo más eficaz gracias a una suspensión más firme y a una buena precisión de la dirección. Sin ser una “locura”, con el Seat se puede ir más deprisa sin tener balanceos muy marcados y con un nivel de subviraje aceptable.
El Citroën acusa mucho la morbidez de su suspensión y, no sólo se balancea en los cambios de trayectorias y curvas de apoyo, sino que se muestra excesivamente subvirador. Pero no se puede considerar en absoluto un defecto si tenemos en cuenta que las pretensiones de estos modelos están lejos del ámbito deportivo y mucho más cerca de la polivalencia y el confort en todo tipo de terrenos.
A pesar de disponer de desarrollos largos para autopistas, no les iría mal contar con una sexta marcha con la que se conseguiría bajar el número de revoluciones, el nivel sonoro y el consumo, aunque éste es bueno si tenemos en cuenta que estamos hablando de que las cifras conseguidas durante este comparativo rondaban los 5,7 litros para el Seat y los 5,4 litros para el Citroën, realizando una conducción sin buscar un consumo mínimo. Ningún problema en lo que respecta a los frenos, tanto de tacto como de eficacia, y resaltar que ambos muestran un buen aplomo por vías rápidas.
A estas alturas estamos seguros que os lo imagináis. Estaremos de acuerdo si decimos que son coches bien pensados y bien hechos para lo que han sido creados. Ambos son un buen producto para países emergentes, en los que no importa demasiado la estética, los acabados, la calidad -y mucho menos la pasión-, y sí la robustez, la polivalencia y la habitabilidad.
Pero tanto el C-Elysée como el Toledo se venden también en España y, a pesar de que las cosas siguen sin pintar muy bien en nuestro país y quizá acabemos pudiendo comprar únicamente este tipo de coches, me resisto a tener que aceptar que un coche tan poco pasional y básico como este Citroën, sea nuestro destino si tengo que pagar los 18.400 € que cuesta -en la versión probada-.
Es evidente que tiene sus virtudes -ya lo hemos visto-, pero su precio nos parece elevado para la calidad de materiales y acabado que ofrece.
Tampoco el Toledo es “la alegría de la huerta” en cuanto a imagen y sensaciones y, aunque está a otro nivel en calidad y acabados, también es más caro como lo demuestran los 21.300 € que deberemos pagar por él en la versión utilizada en este enfrentamiento sin opciones.
¿Son coches prácticos?, sí. ¿Polivalentes, con buena capacidad de carga y buena habitabilidad? También. ¿Tendrán su publico? Sin duda. Sin embargo, sus precios nos parecen elevados para la calidad que ofrecen, especialmente en el caso del Citroën que se muestra, en muchos aspectos, excesivamente sencillo.
Queda, sin embargo, una bala en la recámara; los descuentos. Ahora mismo, Seat descuenta 4.000 euros en el precio de tarifa del Toledo a los que se puede sumar el PIVE. Tenemos, por tanto al Seat desde 16.300 mientras que en el caso del Citroën, el descuento es parecido (3.250 más 1.000 del Pive), lo que le deja con una tarifa de salida de 14.150. Esto ya es otra cosa, ¿verdad?
El c-elysse ya va por 108.000km y solo le he tenido que cambiar los amortiguadores delanteros que por lo que me he informado se ve que es un fallo que trae este coche.por lo demás todo bien,aún sigue con los mismos neumáticos