Refinamiento en estado puro
Las marcas Premium acostumbran a ser muy conservadoras en la renovación de sus modelos, especialmente si estos han tenido éxito en el mercado. El Q7 no es un modelo del que Audi deba arrepentirse. Comercialmente ha funcionado muy bien en casi todo el mundo y, por lo tanto, siguiendo las normas no escritas de este tipo de marcas, su segunda generación no debería alejarse mucho de lo ya conocido. Pues bien, no es el caso.
Me comentaba Jim Basté, un francés de padre español que ha trabajado en el diseño del coche, que el reto de los diseñadores era satisfacer a los tres mercados principales donde se vende el Q7; Europa, Estados Unidos y China, cuyos clientes tienen necesidades y gustos muy diferentes. Para Europa el modelo anterior era demasiado ostentoso y, sobre todo, su tamaño exterior no se correspondía con su habitabilidad. Además, gastaba mucho. Eso, en Estados Unidos no tiene tanta importancia y ahí lo que imperaba era la necesidad de mantener un aspecto contundente. Los chinos, por su parte, quieren ostentación y habitabilidad. Y Audi ha intentado contentar a todos sus clientes potenciales.
El nuevo Q7 cambia más de lo que parece con respecto a su antecesor e incluso os diría que varía su filosofía. De un SUV inequívoco, grande y agresivo, se convierte en un crossover con un enfoque más lujoso pero, también, más familiar. Es como si más que un Q7 estuviéramos ante una especie de Q8 Allroad. En tamaño, se mantiene más o menos donde estaba aunque se reducen ligeramente sus cotas. Ahora mide 5,05 metros de longitud por 5,09 del anterior, 1,96 metros de ancho, esto es, 2 menos que antes y 1,74 metros de altura, cota que se mantiene. La distancia entre ejes, por su parte, también es la misma, con 2,99 metros.
El replanteamiento de dimensiones ha comportado, no obstante, un notable incremento de la habitabilidad interior, de manera que el Q7 soluciona uno de los aspectos que más se le criticaba en el mercado europeo. Audi ofrece el coche con cinco plazas reales ya que la banqueta trasera es para tres ocupantes. Os puedo confirmar que es así. La plaza central es cómoda y el diseño de la banqueta trasera está realmente pensado para tres personas y no, como sucede habitualmente, para proporcionar confort a las dos que ocupan ambos extremos.
La amplitud de esta banqueta lo confirma el hecho de que puedan situarse en ella tres sillitas infantiles una al lado de otra y que el respaldo pueda abatirse en tres partes. Es cierto que el asiento central es algo más estrecho que los dos exteriores pero es un asiento cómodo y perfectamente utilizable. Además, esta segunda fila es deslizante opcionalmente y tiene los respaldos reclinables.
Opcionalmente también, Audi ofrece una tercera fila de asientos pero no os puedo hablar de ella de manera empírica ya que los coches de la presentación no la equipaban. Como es habitual en estos casos, se trata de dos plazas adicionales que se esconden bajo el piso del maletero y que, en las versiones más equipadas o de manera opcional en el resto pueden tener accionamiento eléctrico para su despliegue. La marca asegura que ha mejorado el acceso a la tercera fila con un mejor abatido de los asientos centrales.
Maletero de hasta 890 litros
Si montamos la tercera fila, debemos tener en cuenta que nos quedaremos sin rueda de recambio (va bajo el piso del maletero en el resto de versiones) y perderemos algo de capacidad de maletero. Éste es de dimensiones importantes y tiene una capacidad con 5 plazas de hasta 890 litros hasta el techo y, con la segunda fila abatida, de hasta 2075. El maletero dispone de los habituales gadgets de los coches familiares de la marca, esto es, portón de accionamiento eléctrico y dos guías en ambos lados del espacio de carga para fijar diferentes elementos de sujeción, entre ellos redes y barras o cintas con soportes telescópicos. También el cubreequipajes puede ser eléctrico.
El habitáculo del coche es realmente espectacular tanto por espacio como por la calidad de acabados y el confort que proporciona. En este apartado hay un salto importante en relación a su antecesor. Sorprende, por ejemplo, el altísimo grado de aislamiento logrado por la marca. El Q7 es un coche muy refinado en el que los motores apenas suenan y las suspensiones filtran de manera excelente los baches y las irregularidades. Con una acústica muy buena, uno tiene la sensación de deslizarse sobre el asfalto, sin más ruidos que la música o la conversación entre los pasajeros. Quiero destacar especialmente este aspecto porque realmente me sorprendió el silencio de marcha y el confort que proporciona este modelo, dignos ambos de un A8.
El diseño del salpicadero sigue las líneas habituales de la marca. La pantalla extraíble de 8,3 pulgadas, está idealmente situada, al igual que el head-up display que proporciona algunos de los datos que normalmente consultamos en el virtual cockpit, la innovadora instrumentación digital configurable, tanto en su presentación como en la cantidad de información, y que ya conocemos de otros modelos como el Audi TT, que la estrenó, o el Volkswagen Passat.
Esta instrumentación admite numerosas configuraciones y presenta la información de la manera que más le guste o le convenga al conductor. En el gran espacio central puede llegar a presentarse la pantalla del navegador para dedicar así la central a otros menesteres o podemos incluir en ella una recreación de una instrumentación convencional. Del mismo modo, podemos utilizar la pantalla central para recibir consejos de eco-conducción.
Entre las novedades del salpicadero cabe destacar el nuevo sistema MMI-all-in-touch, con un track pad (un cristal oscuro situado sobre la consola) donde es posible dibujar números o letras o ampliar o reducir imágenes en la pantalla como si se tratara de un smartphone (éstos pasos no se realizan sobre la pantalla sino sobre este track pad). Este elemento es opcional y pudimos probarlo poco de manera que esperaremos a tener una unidad de pruebas para analizarlo a fondo y ver si resulta interesante equiparlo o no.
Conectividad absoluta
La conectividad, como os podéis imaginar, es la máxima que puede ofrecer un coche actualmente. Dispone del software necesario para conectar los teléfonos de Apple o los que funcionan con Android, recibe órdenes de voz, utiliza Google Earth o Google Maps para el navegador (es impresionante ir reconociendo aquello que aparece en la pantalla a medida que vas circulando) y ofrece además, la posibilidad de wifi para los pasajeros. Esto sí pude comprobarlo cuando viajé de acompañante y es realmente interesante poder, gracias al wifi del coche, contestar correos, consultar cualquier web, twitear o disfrutar de la radio en streaming a través del móvil.
Nadie ofrece tanta calidad interior
Las calidades en el habitáculo son muy elevadas, tanto de los materiales utilizados como del ajuste y el acabado de todos los elementos del interior. En este sentido, creo sinceramente que Audi está por encima de sus rivales y ni Mercedes ni BMW consiguen, al menos en los SUV que son rivales directos de este Q7, el nivel de refinamiento alcanzado por la marca de los cuatro aros.
Este nuevo Q7 viene trufado de alta tecnología. Hablando con el ingeniero asturiano Fermín Soneira, que empezó trabajando en Mercedes y Audi, pasó luego a Seat y ahora vuelve a trabajar en Ingolstad, me contó que el coche dispone de 31 ayudas a la conducción (todas las que podemos considerar como precursoras de la conducción autónoma) de las cuales 22 son nuevas en el Q7 y 8 nuevas en la gama Audi. Yo añado además, que algunas funcionalidades de las mismas son novedad mundial.
Ejemplos hay muchos pero os voy a poner sólo cuatro y a explicarlos con ayuda de las imágenes. El primero, el sistema de aviso de posible colisión en cruces. Hasta ahora, había muchos coches capaces de advertir al conductor de que se acercaba en exceso al coche de delante e incluso de frenar por si mismos ante la inminencia de un choque por alcance. El Q7 también lo hace pero tiene además una funcionalidad añadida. Si circulamos por una vía de doble sentido y debemos coger un cruce a la izquierda, al poner el intermitente para señalizar dicha maniobra, el coche barre el carril contrario para detectar vehículos que se acerquen en sentido contrario y si aceleramos para realizar la maniobra y el Q7 detecta un vehículo que se acerca y con el que podríamos chocar, avisa de manera visual y acústica y llega a frenar para evitar el accidente.
El segundo ejemplo es el aviso de presencia en el ángulo muerto también a coche parado. Además de los avisos habituales de presencia de vehículos en el ángulo muerto, cuando hemos parado el coche y vamos a bajar, el sistema se mantiene activo y nos indica, mediante el tradicional aviso en el retrovisor pero, también en el panel de la puerta, si se acerca un coche o un ciclista al que podamos molestar o con el que podamos chocar si abrimos la puerta para bajar.
Otra de las novedades es el asistente de remolque. En este caso, tiene dos funcionalidades interesantes. La primera es que, combinado con el asistente activo de aparcamiento, el sistema permite gestionar las maniobras marcha atrás con el remolque. A través de la pantalla de la cámara de marcha atrás, podemos establecer, mediante la rueda del sistema MMI, el grado de giro máximo autorizado para evitar el efecto tijera y luego, el coche ejecuta la maniobra moviendo sólo el volante. Además, permite recorrer distancias largas marcha atrás con remolque sin que este vaya de un lado a otro.
El último de los elementos reseñables también está relacionado con el aparcamiento. En ocasiones, cuando aparcamos en batería y entramos de cara en un hueco estrecho, nos damos cuenta que no entraremos en una sola maniobra y resulta difícil volver hacia atrás. Con el nuevo Q7 no hay problema. Activamos el asistente de aparcamiento y él se hace cargo de la situación efectuando las maniobras de volante correctas e indicándonos cuando debemos ir hacia delante y hacia atrás.
Además de todo ello y como os podéis imaginar, el resto de asistentes como el cambio de luces cortas a largas, el control de crucero activo, el sistema de arranque y parada automáticos en los atascos (hasta 50 km/h.), el mantenimiento de carril, los faros de LED activos, el aviso de posible colisión, el reconocimiento de señales de tráfico o el sistema de detección de tráfico cruzado al salir marcha atrás de un aparcamiento también están disponibles.
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Dos motores a la espera del híbrido e-tron
A nivel mecánico, el nuevo Q7 se ofrece en dos motores, uno de gasolina y otro diésel al que se añadirá un tercero, también diésel, más adelante. Los dos motores son V6 de tres litros turboalimentados. El gasolina rinde 333 CV y el diésel 272. A finales de año, un segundo diésel de idéntica cilindrada pero con 218 CV se añadirá a la gama para rebajar el precio de acceso a la misma que ahora arranca en 65.960 euros en el caso del diésel y en 67.210 para el gasolina.
En todos los casos, el Q7 dispone de caja de cambios automática de ocho relaciones –la ZF conocida por todos y de la que tan bien hemos hablado ya muchas veces- y tracción integral permanente Quattro con un diferencial integrado en el cambio. Este sistema es más ligero que el anterior y más eficiente en el reparto del par entre ambos ejes, algo que se realiza de manera automática y sin intervención del conductor.
Éste, sí puede modificar el modo de conducción entre un modo económico (hay un sistema que proporciona diferentes consejos durante la marcha que tiene en cuenta la información del navegador para anticipar subidas, bajadas, cruces y rotondas), un modo confort, un modo dinámico y otro individualizado. Además, existe un modo offroad que no tuvimos ocasión de probar y que también modifica diferentes parámetros.
Esencialmente, el sistema afecta a la respuesta del motor, a la gestión del cambio automático, a la dirección, al reparto de par de la tracción integral y, en el caso de que se equipe la suspensión activa o la suspensión neumática, a la dureza de la misma. En el caso de la suspensión neumática, ésta permite al elevación de la carrocería para aumentar las prestaciones fuera del asfalto pero, como os digo, la presentación comportaba un recorrido 100% por asfalto en Suiza y no tuve ocasión de comprobar como va este Q7 fuera de carretera. Habrá que esperar a la prueba en la redacción para informaros de ello.
En nuestra toma de contacto pude conducir las tres versiones que llegarán a nuestro mercado, incluyendo el diésel menos potente que lo hará más tarde. La sensación al volante de los tres es que el coche es más pequeño de lo que es en realidad y que Audi ha apostado de manera muy decidida por el confort de marcha como principal objetivo.
El Q7 ha sufrido una cura de adelgazamiento espectacular y ha perdido una media de 325 kilos gracias al empleo de aluminio, a nuevas técnicas de fijación de los elementos de la carrocería, con menos puntos de soldadura tradicional y a un exhaustivo replanteamiento de todas las piezas del coche en las que se ha buscado optar siempre por la solución menos pesada. Los asientos, por ejemplo, son mucho más ligeros que antes.
Una ligereza que se nota al volante
Este aligeramiento general se nota mucho en el comportamiento dinámico, más ágil que en el modelo anterior. La versión de gasolina tiene motor para aburrir y no hace ninguna falta recurrir a propulsores V8 o V12 para lograr excelentes prestaciones. Este es un motor con una elasticidad muy elevada, que reacciona al acelerador en cualquier circunstancia y que, de cara a nuestro mercado, sólo tendrá el inconveniente del consumo ya que el homologado de 7,7 l/100 km (179 gr/km de CO2) será difícil de igualar en condiciones normales incluso haciendo caso de los consejos que el coche nos va dando si así lo decidimos. Con este motor, el Q7 acelera de 0 a 100 km/h. en 6,1 segundos y su velocidad máxima es de 250 km/h.
El que más se venderá, por lo tanto, será el diésel de 272 CV, ligeramente más barato que su hermano de gasolina y con un consumo claramente inferior. El homologado es en este caso de 5,7 l/100 km (149 gr/km de CO2) lo que le convierte en el coche del segmento más ahorrador hasta la fecha. Como sucede con su hermano de gasolina, este diésel es un motor potente, con muchos bajos, con una gran facilidad para recuperar (aunque lógicamente se acaba antes) y que casa muy bien con la caja automática de ocho velocidades.
Con unos motores que empujan y que son más que suficiente para mover un coche tan grande, el comportamiento dinámico de un coche de estas características (grande, pesado ya que pese a la rebaja de kilos se mantiene en las dos toneladas- y alejado del suelo) suele ser su punto débil. En el Q7 la marca ha buscado deliberadamente ofrecer un gran confort de marcha y aunque es cierto que ha conseguido que el coche se mueva casi como una alfombra mágica (en autopista parece levitar gracias a su suspensión suave), en carreteras de montaña, por este mismo motivo, se notan en exceso las inercias y debe conducirse de forma tranquila y relajada, acelerando fuerte sólo en aquellos puntos en que la orografía lo permite.
Es cierto que, con el modo dinámico, el coche va algo mejor sujeto pero sigue siendo excesivamente blando para mi gusto. En carreteras llanas o en vías rápidas, e incluso en ciudad, es un coche muy agradable de conducir, muy silencioso, muy confortable y diría que, incluso, relajante, como si uno estuviera cada vez más cerca –que lo estamos- de dejar que sea él el que conduzca y dedicarse a gozar del paisaje. En las reviradas carreteras de los Alpes suizos donde lo probamos, no obstante, parecía no encontrarse tan a gusto y reclamaba dulzura con el gas, entrar en las curvas a baja velocidad y acelerar progresivamente aprovechando el buen rendimiento del conjunto motor-cambio. Por lo que respecta al off-road, como decía al principio, esperaremos a tener una unidad durante una semana para valorarlo a fondo. Ya os prometemos que en cuanto tengamos uno, le dedicaremos una de nuestras videopruebas.
Cabe señalar que Audi dispone en este modelo y siempre en opción de un sistema de dirección a las cuatro ruedas que gira las ruedas traseras en sentido contrario a las delanteras cuando se maniobra a baja velocidad y en el mismo sentido en las maniobras de cambio de carril o de trazada de curvas a alta velocidad.
Desde 66.000 euros en Diésel
Audi lanzará el coche en el mes de junio (ya puede pedirse en los concesionarios a donde llegará en breve) con los dos motores citados y tres niveles de acabado. La gama se completará a finales de año con la llegada del diésel de 218 CV –no hay fecha ya que parece que irá en función del éxito de la versión diésel más potente- y, a principios de 2016, con el Q7 e-Tron, un híbrido enchufable que no será barato pero que permitirá realizar hasta 56 kilómetros en modo eléctrico y cuyas baterías se recargarán al completo en dos horas y media. El motor térmico de esta variante será el mismo TDi V6 de la versión que está ya a la venta y la potencia conjunta alcanzará los 373 CV. Audi desarrollará una versión e-tron de gasolina con el motor 2.0 TFSi para los mercados de Asia.
Los acabados disponibles son el básico y los paquetes Design y Sport que valen lo mismo uno que otro. Estos son los precios de todos ellos.
PRECIOS: Audi Q7 3.0 TFSi Quattro: 67.210 € Audi Q7 3.0 TFSi Quattro Design: 73.560 € Audi Q7 3.0 TFSi Quattro Sport: 73.560 € Audi Q7 3.0 TDi Quattro: 65.960 € Audi Q7 3.0 TDi Quattro Design: 72.060 € Audi Q7 3.0 TDi Quattro Sport: 72.060 €
Todas las versiones disponen de llantas de aleación de 18 pulgadas, faros de xenón plus (los de LED son opcionales), barras de techo, climatizador, arranque sin llave, freno eléctrico, control de crucero, el sistema MMI (sin el track pad), pantalla de 8,3 pulgadas y el sistema de aviso ante posible colisión.
Múltiples opciones
La línea Design, con un planteamiento lujoso, incluye asientos de cuero con regulación eléctrica, cortinillas parasol, faros LED con asistente de cambio de cortas a largas y llantas de 19 pulgadas mientras que la línea Sport mantiene los faros de LED pero ofrece el paquete deportivo de carrocería S-Line, asientos deportivos tapizados en Alcantara y llantas de 20 pulgadas.
Las opciones son numerosísimas y además de las ya expuestas en el artículo hay otras como el techo de cristal, el sistema de visión nocturna, diferentes tapicerías, pinturas y llantas de hasta 21 pulgadas, climatización de cuatro zonas, calefacción estacionaria que calienta el habitáculo antes de llegar a él, todo tipo de asientos y funcionalidades en los mismos (eléctricos, ventilados, con memoria y con masaje...) y un larguísimo etcétera que permitirá configurar un Q7 al gusto a base de incrementar notablemente la factura final.
Con mi fj cruiser me lo pulo