Madurez plena
Hace tan sólo unos meses Audi renovó por completo el TT, manteniendo el mismo concepto de vehículo pero sobre una nueva plataforma y notables cambios estéticos. Las primeras sensaciones fueron buenas, tal y como Néstor Abarca os informó en su momento durante la primera toma de contacto en Málaga.
Ahora Audi nos ha presentado la versión descapotable o Roadster. No es una de las más vendidas, como es lógico, pero sí que es muy apreciada entre aquellos que valoran la posibilidad de descapotar en cuanto la temperatura se vuelve agradable o aparecen los primeros rayos de sol del día. Curiosamente, esta opción es más valorada en países donde estos dos aspectos, temperatura adecuada y sol, son más escasos. En España las ventas de estas versiones cabrio son casi anecdóticas, aunque en realidad tengamos muchas áreas donde la climatología es favorable para un Roadster. En este sentido, Audi escogió con buen criterio un entorno ideal para un coche de este estilo: la isla de Mallorca. Lástima que esta vez el tiempo no acompañase y sólo nos permitiese disfrutar unos momentos del principal aspecto diferenciador de este Audi TT Roadster, la posibilidad de conducir a cielo abierto.
Lo primero que hice al subirme al coche, después de ajustar la posición de conducción en cuestión de segundos, fue darle al pulsador que recoge la capota en sólo 10 segundos en el hueco del maletero. Difícilmente puede hacerse más rápida esta operación, que además podemos hacerla circulando hasta 50 km/h. Sin duda, descapotar el coche es una buena forma de comenzar la mañana allí donde estés, incluso en pleno invierno. Si el sol acompaña pero la temperatura no, como fue el caso de la presentación de Mallorca, siempre puedes activar el calefactor del cuello, que proyecta aire caliente a tus cervicales desde las salidas integradas en el cabezal de los asientos deportivos (novedad dentro del equipamiento opcional).
Como ves, en un coche como el Audi TT Roadster las sensaciones pueden ser muy diferentes a las primeras de cambio, si quieres. Porque si no quieres, la calidad de la capota también te permite circular con el techo cerrado casi como si lo hicieras en el cupé. Esta capota se ajusta de forma precisa en el parabrisas y es capaz de aislar el ruido exterior de forma excelente. Los ruidos aerodinámicos a alta velocidad son pocos, y la buena insonorización deja escuchar con fidelidad la música que emiten los 12 altavoces del equipo de sonido Bang & Olufsen, que también forma parte del equipo opcional. Esta capota reduce relativamente poco el espacio disponible para maletero, que se queda en 280 litros, suficientes para colocar un par de maletas de medio tamaño y poco más.
Pocos cambios pero notables
El Audi TT y su derivado Roadster siempre ha sido un deportivo compacto con una estética bastante vanguardista y original, muy personal, en cierto modo alejado de la filosofía más bien conservadora de la marca alemana. Forma parte de aquel reducido grupo de coches que entra por los ojos a primer golpe de vista o no acaba de entrar. Generación tras generación, y esta es la tercera, Audi ha visto la forma de mejorar su aspecto, para hacerlo más atractivo a un mayor número de personas. Quizás haya perdido algo de personalidad, cierto, pero vista la evolución que ha seguido el modelo desde el año 1998, y cuando se lanzó por primera vez la versión cupé (la Roadster al año siguiente), desde mi punto de vista los cambios introducidos han sido acertados. Esta tercera generación se percibe más “redonda” estéticamente. Mantiene los rasgos principales que lo identifican como un Audi TT, pero con múltiples nuevos detalles respecto a los modelos precedentes que lo hacen más atractivo.
Las modificaciones estéticas de esta versión Roadster son los mismos que los de la versión cupé, y se centran básicamente en el frontal. Los cuatro aros salen de la parrilla para situarse en el capó (como en el Audi R8) y los faros tienen un nuevo diseño, realzado en el caso de equipar el coche con las luces Matrix LED. Se mantienen los característicos y anchos pasos de rueda que potencian su aspecto deportivo, mientras que en la trasera se introducen formas más rectilíneas y un nuevo diseño de las ópticas. Como detalle, se mantiene la característica tapa del depósito circular, estilo competición.
Esta carrocería restylizada es totalmente nueva, se ha diseñado sobre la base de la nueva plataforma del MQB del Grupo Volkswagen. Los nuevos refuerzos en determinadas partes de la estructura y la utilización de aceros de alta resistencia han incrementado la rigidez, un aspecto siempre crítico en un descapotable. El reducido peso de la capota (3 kilos más ligera) contribuye a reducir el centro de gravedad del coche.
Positiva sensación en el interior
El interior de esta versión Roadster es idéntico al del Audi TT cupé, como es lógico, excepto la inclusión de dos pulsadores detrás del mando del MMI. Uno de ellos se utiliza para accionar la capota y el otro para subir o bajar el deflector de viento trasero.
Sobre este interior, poco hay que decir que no se sepa ya. Como siempre en Audi, destacan los excelentes acabados y los materiales empleados. Todo es exquisito desde el punto de vista visual, táctil y sonoro. El simple “click” al rotar el mando MMI ya resulta placentero, como también lo es la utilización de las ruedecillas para subir el volumen del equipo de música o el tacto de cuero del volante deslizándose en tus manos al tomar los virajes, entre otros ejemplos.
En este primer contacto con el coche me sorprendió la integración de los mandos del climatizador en las propias rejillas de ventilación. Es una solución original, aunque visualmente no acaba de convencerme. Sí que lo ha hecho el Audi Virtual Cockpit, la pantalla de 12,3 pulgadas frente al volante que sustituye el tradicional cuadro de relojes. Personalmente no soy muy partidario de estas pantallas digitales que eliminan los relojes analógicos, ya que muchas veces resultan artificiales e incluso imprecisas en la lectura. Y nada tiene que ver con la calidad del coche. He experimentado pantallas digitales similares con resultado mediocre en berlinas de lujo. No ocurre lo mismo en este Virtual Cockpit de Audi. Los gráficos son de tipo 3D (las indicaciones del navegador se muestran sobre un mapa de Google Earth), la información que se ofrece es precisa y fácil de leer (la luminosidad de la pantalla es adecuada incluso para facilitar su lectura con el techo abierto), y el manejo del menú es sencillo a través de las teclas del volante o del mando del MMI. Se hace un poco extraño no ver una pantalla en el centro del salpicadero, tal y como estamos acostumbrados en la mayoría de los coches actuales. El Virtual Cockpit lo engloba todo, y permite un diseño más minimalista de la consola central.
En esta nueva generación del Audi TT se ha mejorado, según señala la marca, el sistema de control del sistema de infoentretenimiento mediante mensajes de voz. Ahora ya no funciona con órdenes predefinidas, sino que es capaz de reconocer frases con cierta complejidad. Un poco al estilo de la aplicación Siri de Apple.
La posición de conducción en este Audi TT Roadster es deportiva, de tipo cockpit con el salpicadero orientado hacia el conductor, la consola central en posición elevada y por consiguiente también la palanca de cambios. Los nuevos asientos deportivos son cómodos y ofrecen buena sujeción.
La sensación al volante es un tanto angosta, una característica ya conocida en este modelo. No debemos olvidar que el Audi TT Roadster mide poco más de 4 metros. Y con todo el sistema de la capota colocado en la parte trasera respetando una mínima capacidad de maletero tampoco podemos esperar demasiado espacio en las dos únicas plazas delanteras.
Ágil en curva
Una vez en marcha y concentrados en la conducción se olvidan estas estrecheces. Es un coche para disfrutar especialmente en una revirada carretera de montaña del litoral, negociando las curvas a buen ritmo y disfrutando del paisaje a cielo abierto. Su chasis responde con agilidad y seguridad a nuestras órdenes, al estilo de cualquier GTI. La dirección electromecánica es muy precisa y directa, y el coche rápidamente entra en la curva ante la menor insinuación al volante. La suspensión absorbe bien los baches, aunque su tarado es algo más rígido de lo habitual, incluso en su modo más confortable activado. El Audi TT Roadster puede equipar el Audi Drive Select, que nos permite escoger entre varios programas (Efficiency, Comfort, Auto, Dynamic e Individual) y adaptar así la respuesta de la suspensión, la dirección, el motor y el cambio a nuestro estilo de conducción.
Según el motor que equipe, la transmisión puede ser delantera o bien integral quattro. En la presentación pude conducir dos de las tres versiones disponibles: el 2.0 TDI con motor diésel de 4 cilindros que da 184CV y la que equipa el motor 2.0 TFSI de gasolina que eroga 230 CV. Faltó conducir el TTS Roadster, con este mismo propulsor potenciado hasta los 310 CV. Esperaremos a la prueba más en profundidad que quizás os ofrezcamos en los próximos meses.
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Diésel refinado, gasolina potente
El diésel 2.0 TDI sólo se vende con transmisión delantera y cambio manual de 6 velocidades. Es la versión ideal para que accede a la gama TT Roadster con unas perspectivas menos exigentes en cuanto a prestaciones y más enfocadas a un uso más económico del coche: consume una media de 4,3 litros/100 kilómetros y emite sólo 114 gr/km de CO2. Su respuesta es muy elástica, empuja muy bien a bajas revoluciones, recupera con decisión y no hace apenas ruido mecánico. Es un diésel que encaja sin problemas en un coche como éste.
Esta versión con motor 2.0 TDI no es la más barata de la gama. Este honor corresponde al TT Roadster con motor 2.0 TFSI de 230 CV y cambio manual de 6 relaciones. En Mallorca pude probar la versión con este mismo motor unido al cambio automático STronic de 6 velocidades, totalmente recomendable si quieres sensaciones todavía más deportivas. La precisión y rapidez de este cambio son conocidas, y su accionamiento mediante levas es todo un placer. Sobre todo cuando llevamos activado el modo Dynamic y el coche modifica la sonoridad que emite el escape para hacerla más ronca y deportiva. Acelerar y jugar con el cambio se convierte casi en adicción.
Tanto la versión diésel como la gasolina pueden montar transmisión delantera. Sólo la 2.0 TFSI puede equipar transmisión integral quattro, de serie en el Audi TTS Roadster. Si el presupuesto lo permite la transmisión quattro es absolutamente recomendable, aunque incremente el precio unos 3.000 euros. En un coche que supera los 200 CV las pérdidas de tracción en asfalto deslizante aparecen muy rápido, y una transmisión integral hace más efectiva la conducción, además de segura. Pude experimentar la diferencia entre uno u otro sistema de transmisión en un tramo de la ruta alrededor de la Sierra de Tramuntana en Mallorca, con algunas curvas ciertamente deslizantes. En un momento puntual se produjo un brusco sobreviraje provocado por la escarcha y la suciedad acumulada en el asfalto que, afortunadamente, la electrónica se encargó de corregir casi de forma instantánea. En ese mismo trazado con la versión quattro sólo percibí un pequeño deslizamiento de los neumáticos, en todo momento bajo control.
Esta transmisión total permanente quattro se basa en la acción de un embrague multidisco de accionamiento electrohidráulico y controlado electrónicamente, que reparte el par motriz entre los ejes según sea necesario. En condiciones normales da más tracción al eje trasero, para dar prioridad a un estilo de conducción más deportivo. La última evolución de este sistema quattro incorpora además ESC con una función que frena las ruedas que circulan por la parte interior de la curva y acelera las exteriores, para dar más estabilidad y facilitar la entrada del coche en el viraje.
Audi TTS Roadster, un poco más
Las prestaciones deportivas del Audi TT Roadster tienen su punto culminante en la versión TTS, que cuenta con una carrocería 10 milímetros más baja, paquete S Line, suspensiones Audi Magnetic Ride (sistema que varía el tarado de la amortiguación de forma constante y compensa el hundimiento del tren delantero en la frenadas), además llantas de 17 o de 18 pulgadas (paquete SLine) o de 20 de forma opcional, entre otro equipamiento exclusivo.
La versión diésel y las tres de gasolina de 230 CV estarán disponibles a finales del mes de marzo. La TTS llegará un poco más adelante. También está previsto el lanzamiento de una versión gasolina con 1,8 litros de cilindrada, que se convertirá en la versión de acceso a la gama y según los responsables de la marca, una de las más vendidas.
El PVP queda de la siguiente manera:
Audi TT Roadster 2.0 TFSI 230 CV 44.650€
Audi TT Roadster 2.0 TFSI 230 CV S Tronic 47.290€
Audi TT Roadster 2.0 TFSI 230 CV Quattro Stronic 50.340€
Audi TT Roadster 2.0 TDI 184 CV 45.850€
Audi TTS Roadster 2.0 TFSI 310 CV Quattro 62.580€
Audi TTS Roadster 2.0 TFSI 310 CV Quattro Stronic 62.830€
Audi es una marca rescatada por VW para competir en lo que se denomina segmento premium ( pagar más por un coche como los demás que tiene un hermano supervitaminado que nadie compra ) en este caso se trata de recuperar el concepto ingles de los rodasters con un resultado que tiene menos personalidad que el asa de un cubo. Que es eficaz y aburrido como solo los chicos de Audi son capaces de hacerlo....Vamos, igual que un Jaguar E type un AH ...