Paso al frente en tecnología y eficiencia
Hace unos meses, la marca del óvalo puso al día su monovolumen más vendido con una serie de novedades con las que ha subido un peldaño en casi todos los ámbitos. En primer lugar, su estética frontal se ha adaptado a la línea de diseño de modelos más recientes de Ford. Dentro del habitáculo, además de un panel de control de uso más intuitivo, se ha logrado mayor capacidad y diversas mejoras de vida a bordo. A estas novedades hay que sumarle la llegada de numerosos avances tecnológicos con los que evolucionan tanto la seguridad como el confort.
Bajo el capó también se han introducido novedades, entre las que se encuentra el motor 1.5 TDCi de 120 CV (sustituto del anterior 1.6). Este motor se caracteriza, ante todo, por un gran equilibrio entre rendimiento y eficiencia, lo que lo convierte en una de las variantes mecánicas más razonables de la gama del C-Max. Para esta prueba, el acabado escogido ha sido el superior de la gama, denominado Titanium.
Su precio, asociado a la alternativa mecánica comentada, y sin tener en cuenta opcionales ni descuentos, es de 24.650 euros. Añadiendo los extras de esta unidad, el importe se sitúa a 30.425 euros. Sin embargo, si se aplican los descuentos actuales y el Plan PIVE, esta cifra desciende hasta los 26.350 euros. Entre los rivales del monovolumen de Ford se encuentran el Citroën C4 Picasso o el Renault Scénic.
Remozado exterior
Dado que no se trata de un relevo generacional, la estética del C-Max, renovada hace unos meses, no vino acompañada de cambios radicales de diseño. No obstante, sí se observan novedades importantes en el frontal, que adquiere la línea visual de algunos de los últimos modelos de la gama de Ford. El rasgo más característico es la parrilla trapezoidal que la marca del óvalo estrenó con el Focus. Su posición en el C-Max es ligeramente más alta que en el compacto.
También cabe señalar que los diseñadores del fabricante norteamericano han remodelado las ópticas delanteras, que ahora cuentan con una apariencia más estilizada que en el modelo anterior. Por otra parte, los faros antiniebla también se han modificado, adoptando en esta renovación una forma rectangular.
Una de las novedades no tan fáciles de detectar se encuentra en el limpiaparabrisas, que se ha ocultado bajo la luna delantera. Gracias a ello se logra un capó más limpio de elementos. Los cambios en la parte trasera del vehículo se aprecian sólo en las formas algo más compactas de los pilotos traseros, que además ofrecen una mayor visibilidad. El color opcional de la carrocería de esta unidad, denominado Rojo Rush (625 euros), es otra de las novedades exteriores que recibe el modelo.
Habitáculo más funcional y tecnológico
Al acomodarnos en el puesto de conducción se observan numerosas novedades inspiradas en el Focus, sobre todo en cuanto a diseño del tablero. Éste se ha simplificado considerablemente, reduciéndose la cantidad de mandos, lo que hace que su uso sea más intuitivo. Una de las novedades que más se agradece es que la pequeña pantalla del anterior C-Max ha dejado paso a una táctil de ocho pulgadas que, en este caso, se asocia al navegador opcional (450 euros), al sistema de infoentretenimiento Sync 2 y a los nueve altavoces Sony.
El C-Max se caracteriza por una buena calidad de acabados, reforzada en esta unidad por la tapicería de cuero opcional (2.000 euros). Ford ha dotado a este monovolumen de la posibilidad de contar con nuevas tecnologías en materia de seguridad que le hacen subir un peldaño en este ámbito. Algunas de ellas se equipan en esta unidad, como es el caso del control de crucero adaptativo (800 euros) y el paquete City Premium (650 euros), que incluye asistente de frenada en ciudad, sistema de aparcamiento asistido, sensores de aparcamiento delanteros y traseros y retrovisores térmicos plegables eléctricamente.
Entre los opcionales también se encuentra el paquete Titanium+ (1.250 euros) que, además del techo panorámico y arranque sin llave, incluye el nuevo portón trasero con sistema de apertura manos libres. Se trata de un sistema muy práctico si llegamos a menudo al maletero con las manos ocupadas con bolsas u otros objetos. Con sólo pasar el pie por debajo del paragolpes, el portón se abre automáticamente.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
La versatilidad interior es una de las ventajas del C-Max, con elementos como la segunda fila compuesta por tres butacas independientes, si bien no se pueden desplazar longitudinalmente y la central es más reducida. Cabe destacar la mejora en huecos para guardar pequeños objetos, pues los espacios disponibles tienen más capacidad. Por su parte, su maletero puede pasar de los 471 litros a los 1.723 si se abaten los asientos traseros. Si bien su volumen está por debajo del de algunos competidores, sus formas lo hacen muy aprovechable.
Mecánica racional
Para esta prueba, el propulsor escogido ha sido una de las alternativas más “lógicas” de la gama. Y es que bajo el capó de esta unidad se encuentra el motor 1.5 TDCi de 120 CV, es decir, la variante diésel intermedia de una gama que también cuenta con un 1.5 TDCi de 95 CV, un 1.5 TDCi Econetic de 105 CV y un 2.0 TDCi de 150 CV. En cuanto a la propuesta de esta unidad, la de 120 CV, se caracteriza por una razonable respuesta a bajas vueltas, aunque no hay que obviar que cuando mejor se comporta es por encima de las 2.000 rpm.
Este turbodiésel de cuatro cilindros, asociado a un cambio manual de seis velocidades, destaca por su suavidad de funcionamiento. Este rasgo sale a relucir, sobre todo, cuando se mantienen velocidades de crucero. Además, en esta situación el motor mueve el vehículo con una destacable soltura. Eso sí, en caso de que el coche deba ir siempre muy cargado (tanto de pasajeros como de equipaje), no es mala idea plantearse el motor 2.0. En cualquier caso, el equilibrio general de este 1.5 TDCi de 120 CV es una de sus mayores bazas, ya que logra un muy buen compromiso entre rendimiento y eficiencia.
Y es que, por un lado, completa el 0 a 100 km/h en 11,3 segundos y teóricamente puede rodar a una velocidad máxima de 184 km/h, que son valores más que aceptables para la cilindrada y potencia del propulsor. Y, por otro, registra un consumo de combustible bastante contenido. En este sentido, homologa una media de 4,1 litros cada 100 kilómetros y unas emisiones de CO2 de 110 g/km. Si bien la cifra de consumo registrada tras la prueba fue algo superior, los 5,3 litros obtenidos siguen suponiendo una media muy ajustada.
Más estable y preciso
En lo que se refiere a temas dinámicos, cabe señalar que la marca estadounidense ha aplicado algunas modificaciones a la suspensión, que ahora es algo más firme con tal de ganar agilidad en comparación con el anterior C-Max. Gracias a estas novedades, el vehículo se muestra más estable al rodar por carreteras de curvas. Las oscilaciones de la carrocería se han reducido, aunque por cuestión de volumen son más perceptibles que en un turismo.
Una de las áreas por las que mejor se comporta el monovolumen de Ford la integran las grandes rectas de autopista. Éste es su hábitat favorito, lo que convierte al C-Max en un rutero ideal gracias a su confort de marcha y a su calidad de rodadura. También se ha optimizado la dirección que, si ya ofrecía una notable precisión en el modelo anterior, aún se ha mejorado para el actual. Asimismo, la capacidad para detener el vehículo por parte del sistema de frenado es realmente buena.
Los ingenieros de la marca del óvalo han situado entre sus prioridades la evolución en términos de insonorización y reducción de vibraciones. Y realmente han logrado mejorar estos aspectos mediante la instalación de nuevos aislantes acústicos distribuidos en zonas estratégicas, a lo que hay que sumar el mayor grosor de las ventanillas laterales.
Conclusión
Pese a tratarse de un lavado de cara, Ford se ha empleado a fondo a la hora de poner a punto su nuevo C-Max. Y es que, más allá de su actualización estética, que se coloca en línea con los nuevos modelos de la marca, el vehículo ha simplificado su tablero de mandos, ha ampliado su antaño diminuta pantalla de infoentretenimiento, ha evolucionado en gran medida en cuanto a tecnologías de confort y seguridad y, además, su dinámica se caracteriza por una mayor estabilidad.
Hola me he comprado un c max 1.5 ddi titanium venia del focus 1.6 tai 115 cv me gusta mas el motor nuevo de ford se me recuerda mas al gasolina lo puede exprimir mas tiene mejores bajos q el 1.6 tdi de focus y consume menos la verdad estoy contento con el coche es un buen cambio y como dice alguna comentario cada uno se compra lo que quiere y puede si no te gusta amigo tu mismo quizás tu no tengas coche o querrías tener uno o tienes un porche panamera en fin q el coche va de lujo super equipado seguridad activa y pasiva espectacular y camina muy muy bien no tengo quejas del cambio todo lo contrario un saludo