AMG y circuito, combinación perfecta
Hablar de AMG es hablar de deportividad con mayúsculas. La división deportiva de Mercedes-Benz tiene, al menos, una variante más prestacional de cada uno de los modelos que conforman la gama de automóviles del fabricante alemán, hasta un total de 36 versiones con el apellido AMG (contando también los “S”).
Mercedes-Benz está organizando unas jornadas para clientes y potenciales compradores de algún modelo Mercedes o AMG en los circuitos de Castellolí, cerca de Barcelona, en el Jarama y en Ascari, en Málaga. En estos eventos el cliente puede probar algunos de los modelos más prestacionales de la marca, y qué mejor forma de hacerlo que en un circuito.
Aprovechando la ocasión nos acercamos al circuito de Parcmotor Castellolí para ponernos al volante de alguno de estos modelos y comprobar todo su potencial rodando con total seguridad en este trazado, el que usamos normalmente para nuestras pruebas de deportivos.
Tuvimos la oportunidad de rodar con el A45 AMG, el CLA 45 AMG, el C63 AMG Coupé y… ¡con el Mercedes-AMG GT S!
La toma de contacto consistía en realizar dos vueltas al circuito detrás de un coche guía pilotado por uno de los instructores, a buen ritmo pero sin la posibilidad de desconectar las ayudas electrónicas por orden expresa de Mercedes-Benz Alemania.
Mercedes A45 AMG
El compacto de la marca de la estrella es el claro ejemplo de aquél famoso eslogan “algo está pasando en Mercedes”. Su llegada ha sido toda una revolución y le ha permitido entrar por la puerta grande al segmento más vendido en Europa, el de los compactos.
La versión A45 AMG cuenta bajo el capó con un potente motor de 2.0 litros turbo de 360 CV y 450 Nm de par máximo asociado a una transmisión automática de doble embrague de siete relaciones y tracción total 4Matic.
Hasta la fecha es el modelo más potente de su categoría, pero en unos meses llegarán dos huesos para hacerle frente: Audi RS3 Sportback y Volkswagen Golf R 400.
En circuito es una auténtica bala. La combinación de su tremendo motor gestionado por el cambio de doble embrague con levas y la tracción 4Matic no podría ser más acertada. El chasis tiene una puesta a punto muy rácing, destacando sobretodo el buen hacer de las suspensiones que mantienen al A45 AMG como una tabla en curvas rápidas.
Acelera que da gusto y no para de empujar hasta bien pasadas las 6.000 rpm con contundencia. Suele perder algo de tracción al salir a fondo de las dos horquillas de Parcmotor y tiende a subvirar si la gestión del acelerador en marchas cortas no es la correcta. Llevándolo fino, sin dejar que intervenga el control de estabilidad que no pude desconectar, es rapidísimo.
Mercedes CLA45 AMG
El sedán compacto de Mercedes utiliza la misma plataforma que el Clase A y que el Clase B. Se trata de una berlina de aspecto cupé con claros dotes deportivos en su diseño. Sus principales rivales son el Audi A3 Sedán y el BMW Serie 2, y si nos centramos en las versiones más deportivas hablamos de los Audi S3 Sedán y BMW 235i (hasta la llegada del futuro BMW M2).
Del A45 AMG hereda prácticamente todo, motor de 2 litros y 360 CV, cambio AMG Speedshift DCT de doble embrague y siete marchas, tracción total 4Matic, suspensiones, frenos…
Pese a contar con la misma distancia entre ejes que el compacto, el hecho de tener mayor longitud hace que las sensaciones en pista cambien bastante entre uno y otro. El CLA45 AMG es más juguetón que el A45 AMG.
La trasera se mueve más, sobretodo en los cambios de apoyo, y el subviraje es menos acusado pudiendo redondear mejor las curvas provocando un cierto sobreviraje si soltamos ligeramente el gas en medio de la trazada.
Ambos modelos ofrecen prestaciones de auténtico deportivo: aceleración de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y una velocidad punta limitada electrónicamente de 250 km/h.
Mercedes C63 AMG Coupé
El último superviviente, V8 atmosférico en estado puro. El C63 AMG Coupé es el último modelo que cierra el capítulo de las versiones deportivas de aspiración atmosférica. A partir de ahora, y como os contábamos en el artículo sobre el nuevo C63 AMG, las dos versiones (C63 y C63 S) estarán propulsadas por motores V8 biturbo.
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La nostalgia se apodera de uno al saber que nada volverá a ser lo mismo. El turbo le permitirá reducir drásticamente su cilindrada y garantizar un menor consumo… pero le quitará parte de la esencia y ese sonido brutal que se traduce en música celestial para todo aficionado al motor.
Precisamente esa ha sido la sensación que me ha producido tener ese imponente C63 AMG Coupé arrancado delante de mí esperando a salir a pista con el motor al ralentí. Un ronroneo discreto pero a la vez ronco se escucha por las cuatro salidas de escape como preámbulo a lo que vendría en unos segundos.
Bajo el capó un espectacular V8 de 6.208 cc y 457 CV con un par máximo de 600 Nm. Toda esta furia se transmite solamente al eje posterior mediante una transmisión automática de 7 velocidades que le permite ofrecernos un 0 a 100 en sólo 4,4 segundos y alcanzar los 250 km/h de punta limitados electrónicamente.
Salimos de boxes acelerando a fondo detrás de otro C63 AMG Coupé conducido por un instructor. Detrás de mí otro periodista con el mismo coche. Bajo la ventanilla ligeramente, dos dedos, y salimos los tres disparados hacia la primera curva del circuito. Tres V8 acelerando y rugiendo como posesos es como beberte una botella de absenta del tirón. Me he emborrachado en menos de un segundo.
Es asombroso lo que llega a empujar este bicho ya desde abajo, para encontrar el punto óptimo de revoluciones en la zona media-alta. Los 457 CV son domables ya que se muestra más noble de lo que pensaba en un principio. Se nota algo pesado y las reacciones son muy previsibles. Una vez más las ayudas electrónicas me “caparon” toda posibilidad de encontrar sus límites. No dejan ni el más mínimo deslizamiento de la zaga y hasta que no vuelve a traccionar ya puedes hundir a fondo el pedal del acelerador que aquello no acelera.
Mi compañero Jaume Gustems acudió a la presentación del modelo hace unos años y publicó esta extensa toma de contacto que seguro os gustará: Mercedes-Benz C63 AMG Coupé
Mercedes-AMG GT
La guinda del pastel la puso las dos vueltas que nos dimos con el nuevo deportivo de la marca de la estrella. El baby-SLS (como lo han bautizado distintos medios) es la última creación de Mercedes-AMG. Un coche que ha llegado al mercado con el punto de mira puesto en el Porsche 911, el cupé deportivo más popular, y mirando de reojo al Jaguar F-Type Coupé.
En vivo es precioso, creo que ninguno de los que estábamos allí presentes tuvo malas palabras hacia este coche, y es que su diseño verdaderamente enamora a primera vista. La impresión de calidad se multiplica por diez una vez sentado en el interior. El cuero cubre prácticamente la totalidad de las partes que conforman el habitáculo (salpicadero, puertas, túnel central, volante, palanca del cambio…) y el nivel de detalle y los materiales empleados son sencillamente espectaculares. Ya nos lo avanzaba mi compañero Gerard Farré cuando acudió a la presentación estática en alemania: Mercedes-AMG GT
Igual de espectacular es lo que nos propone bajo el capó: V8 biturbo de 462 CV para el GT y 510 CV para el GT S, versión que teníamos a nuestra disposición en el circuito. La caja de cambios automática de doble embrague Speedshift DCT de 7 relaciones es la encargada de enviar la potencia a las ruedas traseras.
Suena espectacular, muy “gordo”, pero pordonarme la opinión, no llega ni de lejos a la música celestial que expulsa el C63 AMG Coupé por el escape. Igualmente el rugido cuando salimos a fondo por el pit lane es para mencionarlo.
Enfilamos las primeras curvas detrás del C63 AMG Coupé del instructor tanteando un poco el terreno. La patada que tiene te pega literalmente al asiento y no te suelta hasta que sueltas el acelerador y hundes con contundencia el freno… y compruebas como frenando en el mismo punto que el instructor te quedas parado varios metros antes de curva. Contamos con discos ventilados y perforados de 390 mm delante y 360 mm detrás que nos aseguran contundencia.
El coche guía nos ve sueltos y aumentamos el ritmo, no nos despegamos de su estela y tenemos que levantar el pie tanto en las rectas como en las curvas y vigilar en las frenadas porque nos los comemos. Es una lapa en curvas rápidas, vira súper plano, sin extraños, y sólo al salir a fondo del viraje habrá que vigilar el sobreviraje.
En modo Sport+, lo máximo que nos dejaban seleccionar, permite un cierto derrapaje pero si interpreta que no contravolanteamos correctamente y vamos a perder el control interviene con eficacia. Puede configurarse el grado de rigidez de las suspensiones en tres etapas. La más firme, la que usé para la prueba, sólo la recomiendo para circuito pues me pareció tremendamente dura.
Las dos vueltas terminaron rápido pero no tanto como lo rápido que me había calentado con este Mercedes-AMG GT S. Sencillamente puedo decir que este coche me ha encantado. Es noble, muy rápido, efectivo y, por si fuese poco, tiene un diseño precioso y un interior de primera. No se puede pedir más. Bueno, sí, ¿un V8 atmosférico?...
Muy buenos esos modelos presentados , pero no tienen que ver con el E 63 4 matic s. 2015. Comparen con eso sí que es único en la categoría de berlinas.