Sin hacer ruido
Hace aproximadamente un año y medio que Mitsubishi se “atrevió” a lanzar comercialmente una versión híbrida enchufable de su crossover de referencia, el Outlander. Mitsubishi ha demostrado con ello que cree fervientemente en esta tecnología de propulsión mixta gasolina/eléctrica y la ve como una solución de movilidad sostenible muy real en estos momentos.
Las 50.000 unidades de Outlander PHEV vendidas en Europa hasta ahora dan la razón a este fabricante japonés. En España se matricularon 208 unidades de esta versión en 2014 y 389 en 2015, convirtiéndose en el vehículo con tecnología eléctrica más vendido en nuestro país. La marca está dispuesta a que siga siéndolo, a pesar de que el BMW i3 (eléctrico) y el Volkswagen Golf GTE (otro híbrido enchufable) le pisan los talones. Para ello, la estrategia comercial de Mitsubishi España pasa por vender el Outlander PHEV a un precio por debajo de la versión diésel. Concretamente, a 35.020 € con todos los descuentos de la campaña de lanzamiento y el Plan Movea aplicados. Es decir, según señala la marca, este híbrido enchufable tiene un precio final 2.275€ más barato que el Outlander diésel con el mismo acabado. Y aunque este último es de siete plazas, nadie podrá objetar que la tecnología híbrida enchufable sale más cara que la “convencional”.
Personalmente considero que es un precio muy competitivo teniendo en cuenta que éste es un coche que puede hacerte ahorrar algunos euros en desplazamientos. Sobre todo si se hacen por ciudad, para ir y volver del trabajo o llevar los niños al colegio, por ejemplo. Es un SUV capaz de hacer, en teoría, 52 kilómetros en modo eléctrico, impulsado sólo por la carga de su batería. Es decir, sin gastar un euro en gasolina. En realidad, estos 52 kilómetros se quedan en unos 40 aproximadamente practicando una conducción normal, pero son suficientes para olvidarte de las gasolineras durante un tiempo o, como mínimo, visitarlas con menos frecuencia.
Esto es algo que ya os contamos en nuestra prueba a fondo hace un año. La novedad en el Outlander PHEV 2016 radica en la mejora de algunos aspectos del funcionamiento de este sistema híbrido, con el objetivo de hacerlo todavía más refinado. Además, se ha modificado el chasis y se ha renovado ligeramente la estética de la carrocería. Por lo tanto, estamos frente a un restyling o actualización de uno de los coches híbridos enchufables con más proyección en estos momentos.
Diseño un poco más llamativo
Estos cambios se corresponden con los que ha recibido toda la gama Outlander de cara a este 2016. Podéis ver el nuevo frontal, más trabajado y complejo en sus formas. Los faros son de tipo LED autonivelables y tienen luces diurnas integradas. Se mantienen los pasos de rueda sin molduras, se han modificado las molduras laterales y se incluyen unas nuevas llantas de aleación de 18 pulgadas. En la parte trasera destaca el cambio de formas y posición del las ópticas y la incorporación de una antena de tipo aleta de tiburón.
El Outlander nunca ha sido crossover que llame la atención por su estética, es más bien discreto. Y desde mi punto de vista, a pesar del restyling sigue siéndolo.
El punto fuerte de este coche es su sentido práctico, habitabilidad y buen nivel de confort. Eso no cambia en absoluto en esta versión 2016, y a pesar de tratarse de un híbrido, el espacio interior es muy bueno.
Monta las baterías en el piso mientras que el depósito de gasolina se sitúa debajo de las plazas traseras. Esto hace que los asientos estén 4 centímetros más altos que los de las versiones con motor convencional y, por lo tanto, la altura de la banqueta al suelo sea algo inferior, para preservar la altura al techo. Así, como en muchos otros híbridos, la posición de las piernas queda un poco más forzada, aunque el resultado es aceptable. A cambio, no hay túnel de transmisión, ya que no hay conexión mecánica entre el motor eléctrico trasero y los dos motores delanteros (uno eléctrico y otro térmico de gasolina). Esto posibilita que el pasajero de la plaza central trasera viaje con más espacio y confort.
Cambia el volante, que ahora es de cuatro radios en lugar de tres e incluye calefacción. También se ha modificado el diseño de la consola central, y se sustituyen los huecos portabotellas por un compartimento con tapa que da un aspecto mucho más refinado. También se ha introducido una nueva tapicería que mezcla de cuero y Alcántara, en sustitución del cuero integral de la versión precendente. Estos retoques hacen que la sensación de calidad percibida, que ya era buena, mejore un poco.
Muy confortable y silencioso
Una vez en marcha, el coche se nota muy bien insonorizado, un aspecto que Mitsubishi asegura haber mejorado considerablemente. Circulando en modo eléctrico el ruido mecánico es nulo, mientras que el aerodinámico apenas molesta. Sólo se oye el motor térmico cuando entra en marcha, pero de una forma muy discreta. La transición entre los motores eléctricos y el motor de gasolina apenas se nota, hasta el punto de que para asegurarse qué es lo que está funcionando y qué no en el sistema de propulsión sea necesario consultar la pantalla de flujo de energía.
Esta pantalla ofrece una información muy precisa, en tiempo real, sobre el estado de carga de la batería, la autonomía que nos queda para circular en modo eléctrico y cómo se distribuye el par motor a las ruedas. Esa información te permite, por ejemplo, optimizar el consumo de combustible hasta el extremo, como hicimos nosotros en la competición de consumo que Mitsubishi organizó en la presentación de Valencia. Allí hicimos una ruta de 69 kilómetros en la que gastamos sólo 1,7 litros de gasolina. Es un consumo cercano al que se ha homologado, que es de 1,8 l/100km, y al que sólo puedes llegar practicando una conducción a base de punta de gas, sin aire acondicionado, buscando los rebufos y en una recorrido en llano y con poco tráfico como el de los alrededores de la Albufera valenciana.
En cualquier caso, el dato demuestra que el Outlander PHEV es capaz de gastar 0 l/100 km. durante un buen trecho (todo lo que pueda hacer en modo eléctrico) o bien 5,5 l/100 km (media que asegura Mitsubishi que hace cuando funciona en modo híbrido, cuando combina el motor de gasolina y los motores eléctricos).
Los responsables de la marca en España dieron unas cifras sobre los costes de consumo de esta versión híbrida enchufable que conviene tener en cuenta: con una tarifa eléctrica normal a 0,14 € + IVA el KW, el coche gastaría unos 2,71€ cada 100 kilómetros recorridos con la energía de sus baterías. Si recargamos con tarifa nocturna, a 0,04 € el KW, el coste se reduciría a 0,77€ cada 100 kilómetros. Son bastantes menos de los 5 euros que se estima que cuesta hacer el mismo recorrido con la versión diésel. Por lo tanto, este PHEV se presta a hacer números.
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No os voy a detallar el complejo sistema de distribución de la energía que tiene este híbrido y que ya os detallamos en este artículo, pero sí os añadiré que para obtener unos óptimos resultados de consumo es recomendable utilizar las levas del volante. Este híbrido enchufable no tiene caja de cambios, funciona con una sola relación, como muchos eléctricos puros. Y entonces, ¿para qué las levas?. Pues para poder “jugar” con el nivel de retención y optimizar la recarga de la batería en los procesos de deceleración. Así, con las levas podemos ir incrementando la intensidad de la frenada regenerativa y evitar utilizar el freno cuando nos vamos acercando a un semáforo en rojo o a la entrada de una rotonda, por ejemplo. Esta conducción a un solo pedal combinada con el uso de las levas fue uno de los “trucos” que nos permitió obtener la cifra de 1,7 litros antes comentada.
Por otro lado, el conductor puede activar dos modos de conducción: Save, que preserva un mínimo de carga en la batería cuando vamos por carretera para poder utilizar esta energía cuando entramos una ciudad, por ejemplo; y Charge, que obliga al motor de gasolina a recargar la batería de forma inmediata si este es nuestro deseo, aunque a costa de un mayor consumo de combustible.
La batería del Outlander PHEV puede recargarse en un enchufe doméstico, en 5 horas. Si se hace en una estación de tipo Wallbox, en 3,5 horas. Y si se utiliza un terminal CHAdeMO de carga rápida, en media hora podemos tener recargado el 80% de la batería.
Carrocería más rígida
Esta batería y todo el sistema híbrido hacen que el Outlander PHEV pese 1.845 kilos en vacío, unos 300 kilos más que el Outlander diésel, y eso puede condicionar un poco su comportamiento en carretera. No pude comprobar con certeza hasta qué punto se generan mayores inercias, ya que la ruta por Valencia fue todo menos revirada. Pero tampoco me pareció en absoluto perezoso en los cambios de trayectoria ni percibí un exceso de balanceo en la carrocería.
Mitsubishi señala que en esta nueva entrega del PHEV se ha reforzado la carrocería para hacerla más rígida, se han cambiado los muelles de suspensión por otros más anchos y rígidos y se ha ajustado la dirección para esa mayor rigidez. Lo que sí está claro es que el Outlander PHEV es un coche muy cómodo, no sólo por su silencio de marcha, sino también por la efectividad de sus suspensiones y la suavidad en la respuesta de su propulsor. Es un buen coche para viajar en familia, cuyos miembros agradecerán ese carácter tranquilo y confortable de su rodar en carretera.
La considerable potencia (203 CV) y el excelente par disponible desde cero vueltas llegan de forma progresiva. El coche arranca en modo eléctrico, y lo mantiene mientras los requerimientos de potencia o necesiten de la ayuda del motor térmico, como en un híbrido no enchufable.
Es un coche con tracción integral, por lo que la motricidad está asegurada a la hora de rodar en calzadas deslizantes o pistas forestales. Sigue presentándose como una buena opción para personas que hagan salidas esporádicas a la montaña o a las pistas de esquí, por ejemplo.
Sin opciones
Mitsubishi España ya ha empezado a vender esta versión 2016 del Otlander PHEV, pero en un único acabado: Kaiteki, y sin opciones. Incluye climatizador, volante multifunción en cuero y calefactable, asientos calefactables, faros antinieblas, retrovisores calefactables, regulables y abatibles eléctricamente, llantas de 18”, faros y luces diurnas LED, cámara visión 360º, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, apertura sin llave, arranque a botón, navegador multifunción con pantalla táctil de 7” y portón eléctrico, entre otros.
En cuanto a sistemas de seguridad incluye el control de velocidad de crucero adaptativo, sistema de mitigación de colisión frontal y de aceleración no intencionada, sistema de alerta de salida de carril, de asistencia de arranque en cuesta y de monitorización de la presión de los neumáticos, entre otros.
El PVP, como os comentaba al principio del artículo, queda en 35.020 € con todas las promociones de la marca y de la administración incluidas. Es un precio inferior al del Outlander PHEV que se ha estado vendiendo hasta ahora, a pesar de que incorpora mayor equipamiento de serie.
Los responsables de la marca estiman que las ventas de este modelo en España durante 2016 podrían llegar a las 1.000 unidades. Es una cifra atrevida para tratarse de un coche híbrido enchufable, aunque nada parece indicar que no pueda alcanzarse teniendo en cuenta que el modelo diésel ha triplicado sus ventas en el último año. Y el PHEV cuesta algo menos.
Acabo de darme un repaso por toda la actualidad del Salón de Ginebra y no hay nada mejor que este PHEV entre los híbridos enchufables