Nissan BladeGlider y el resto de novedades para Tokio

Todos aquellos que vaticinaban que con la nueva generación de coches eléctricos se iban a echar a perder la deportividad y la pasión al volante deberán empezar a cambiar de argumentos a la vista del nuevo Nissan BladeGlider y, sobre todo, del anucio de Nissan de que este sorprendente deportivo eléctrico en forma de ala delta, prefigura un automóvil de serie.

La marca lo presenta como un coche que mezcla las sensaciones de un coche de competición con la libertad de un planeador. Cosas del marketing. En cualquier caso, lo que está claro es que supone una auténtica revolución formal en todos los aspectos. Los ingenieros de la marca han podido trabajar con libertad absoluta gracias a la nueva estructura del vehículo que dispone de dos motores eléctricos en las ruedas traseras con gestión independiente de cada uno de ellos.

Nissan no habla de potencia pero sí deja claro que el coche proporciona las sensaciones de un vehículo de propulsión trasera de altas prestaciones y anuncia que el coche de serie derivado de este concept car podría ser el primer coche del mundo con motores en los cubos de rueda.

El BladeGlider tiene un eje frontal estrecho, de apenas un metro, y un reparto de pesos que privilegia claramente al eje trasero (30/70). Con ello y con una aerodinámica muy estudiada, principalmente en la parte posterior, en Nissan aseguran que se consigue una manejabilidad muy elevada gracias a la reactividad del eje frontal y un importante apoyo aerodinámico en la parte trasera.

El habitáculo, que se presenta casi como una carlinga cubierta por un techo duro desmontable, tiene tres plazas con la del conductor adelantada y las de los pasajeros situadas a ambos lados y en una posición más retrasada. El conductor tiene una visión hacia delante privilegiada y la estrechez del morro hace que perciba la carretera de modo diferente. Además, cuenta con una completísima instrumentación que le proporciona incluso información y mapas meteorológicos para aumentar todavía más la impresión de estar al volante de un planeador. El propio volante, de clara inspiración aeronáutica contribuye también a ello.

La espectacular carrocería está construida en plástico reforzado con fibra de carbono, el material de moda actualmente (el mismo que utiliza BMW para el i3) y pintada en color blanco perlado. Es muy ligera y resistente y contribuye a contener el peso total de un vehículo que monta un sistema de baterías de iones de litio heredado del Leaf en su parte más baja y retrasada.

Además del BladeGlider, Nissan presenta otras novedades en Tokio pero, en todos los casos y salvo en el del GT-R Nismo, del que todavía no ha distribuido imágenes, reservadas al mercado doméstico o al internacional pero sin incluir Europa.

La marca presenta, entre otros, un pequeño monovolumen urbano, el Dayz Roox, que figura en la categoría de los key cars de hasta 660 c.c. y que ha sido fabricado por Mitsubishi como todos los coches de Nissan en esta categoría.

Los monovolúmenes Serena (nada que ver con aquella Serena que se fabricó aquí hace décadas) y Elgrand (el más grande y lujoso de la marca) reciben nuevos equipamientos y un rediseño delantero y trasero mientras que el Teana, una agradable berlina media de tres volúmenes que se vende en 120 países, se renueva por completo presta a lanzarse a la conquista de los mercados internacionales.