La ilusión eléctrica
Nissan, con el nuevo eNV200 Evalia, nos acerca un poco más a ese futuro que siempre parece estar a la vuelta de la esquina y que sin embargo lleva muchas décadas sin terminar de alcanzarnos. Nos referimos al automóvil de tracción eléctrica, en este caso, concretado en un vehículo a caballo entre el monovolumen familiar y el vehículo comercial ligero.
Al volante sentimos emociones encontradas… Trataremos de explicarnos lo más claramente posible para no sumir al lector en un mar de dudas. Si nos limitamos a nuestras sensaciones al volante lo cierto es que la versión eléctrica del Nissan NV200 circulando por las calles de cualquier ciudad se acerca mucho a lo que todos consideramos el vehículo idóneo. No descubrimos nada nuevo hablando del Nissan NV200 como un vehículo práctico de gran maniobrabilidad gracias a unas dimensiones externas realmente mínimas que facilitan callejear, aparcar y en definitiva llevar la movilidad urbana a su máxima expresión.
Aportación eléctrica
¿Pero que nos ofrece el motor eléctrico? Pues la verdad es que un motor eléctrico cuenta con todos los elementos para convertirse en el transporte urbano ideal. Su funcionamiento es simple, los que se mueven son los electrones a través de campos magnéticos, así que las pérdidas de energía por fricción resultan mínimas y eso explica en buena medida el funcionamiento tan silencioso de vehículos como el Nissan eNV200, donde los neumáticos sobre el asfalto y la música que pongamos en el equipo de audio serán las principales fuentes de ruido. Además el motor eléctrico directamente no emite contaminación alguna, pues obtiene su energía de la batería propia del vehículo, aunque de este aspecto hablaremos con mayor detalle más adelante y tiene, además, un mantenimiento y un coste de uso inferiores a los de un vehículo equivalente con motor diésel.
Si nuestro uso del vehículo se va a limitar a movernos desde casa al trabajo, quizás dando un rodeo para realizar la compra y llevando a los críos al cole, con recorridos en torno a los 50 o 80 kilómetros diarios, algo que cuadra con la práctica mayoría de usuarios de automóvil que usan su vehículo a diario, podemos plantearnos la adquisición de un pequeño monovolumen eléctrico de gran habitabilidad como es el Nissan eNV200 que ofrece prestaciones decentes como una velocidad punta de 120 Km/h y una aceleración notable.
Al detalle
Exteriormente, es prácticamente igual a la versión térmica, pero encontramos pequeños cambios que las diferencian. El frontal adopta el diseño EV estrenado en el Nissan Leaf, lo que le supone un aumento en su longitud de 160 mm. En el centro del frontal, bajo el logotipo de la marca, se encuentra el conector eléctrico para la recarga, con un dispositivo de seguridad que bloquea el cable para evitar desconexiones indeseadas o posibles robos y una pequeña luz de LED para facilitar la conexión en lugares oscuros o durante la noche.
El e-NV200 equipa luces diurnas de tipo LED en tono azulado, como los identificativos y logotipos de Zero Emissions. Esta versión tiene una vía delantera 40 mm más ancha que el resto de NV200 ya que el sistema de propulsión eléctrico procedente del Leaf ha obligado a los ingenieros a modificarlos. También, por idéntico motivo, se han modificado también los pasos de rueda, que quedan en una anchura 60 mm mayor para llegar a los 1.755 mm. También se ha aumentado el tamaño de las llantas que pasa de 13 a 14 pulgadas.
Interior
La instrumentación, con pantallas de LED, nos informa de la velocidad, de la potencia y muestra la energía consumida y la recuperada. Además, vemos un indicador del estado de carga de la batería e información de la autonomía restante.
No por ser un vehículo eléctrico debemos renunciar al confort. El e-NV200 Evalia equipa todos los extras posibles: faros y limpia parabrisas automáticos, conectividad Bluetooth con toma USB, cámara de visión trasera, asientos y volante calefactable. La llave inteligente i-Key permite poner en marcha el climatizador de manera remota, de esta manera conseguimos que al desenchufarlo de la red eléctrica tengamos el habitáculo a la temperatura deseada y toda la autonomía intacta. Esta función puede programarse o gestionarse mediante una aplicación que se puede descargar en nuestro smartphone.
Motor y Batería
Este monovolumen de cinco plazas (no existe una versión de siete como en el Evalia diésel como consecuencia de la necesidad de situar las baterías en el piso) equipa el mismo propulsor que el LEAF, un motor eléctrico AC síncrono que desarrolla 109 CV y 254 Nm de par. Se alimenta mediante un pack de baterías de iones de litio con 48 celdas distribuidas en el piso, lo que permite no perder espacio interior.
Existen tres modos de recarga para las baterías. La más común es la de enchufe convencional de 220 voltios y 10 amperios. También es compatible con los cargadores convencionales de 16 amperios. En este modo, la recarga tiene una estimación de 8 horas. Para los cargadores trifásicos de 32 amperios, opcionales, el tiempo de carga se reduce a la mitad, así que en 4 horas estará cargado. Por último existe la posibilidad de adquirir el cargador CHAdeMO, un cargador rápido que recarga el 80% de las baterías en tan sólo 30 minutos, aunque este tipo de recarga es más recomendable en casos de extrema necesidad, ya que acaban por reducir la vida útil de las baterías.
Al volante
Puesto que la e-NV200 se ha desarrollado pensando en un uso más urbano, los ingenieros han previsto algunas modificaciones respecto al sistema que emplea el Leaf. Así, se ha reducido la relación de marcha única del "cambio", mejorando las aceleraciones frente a la versión térmica.
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Se puede accionar además un modo de ahorro de energía que limita la velocidad a 100 km y disminuye la capacidad de aceleración, aunque sigue siendo suficiente. Con ello se mejora la autonomía, lo que puede ser muy interesante en algunos casos.
El eNV200 Evalia equipa una caja automática de única relación y 4 modos de uso, a diferencia del LEAF, aquí la palanca no es un Joystick de tipo mouse y los diseñadores la han simplificado en un formato más parecido al de cualquier cambio automático convencional, con la diferencia que además del modo D, existe la posibilidad de un ajuste en modo B que nos permitirá una mayor capacidad de recuperación de energía al levantar el pie del acelerador. Aunque debemos saber que la inercia disminuye notablemente, lo que por una parte recuperamos lo perderemos en rodadura, así que esta función es más útil en bajadas pronunciadas donde además evitaremos casi el uso del freno.
Instala una caja de cambios automática de única relación y 4 modos de uso
A diferencia del Leaf, que ofrece una velocidad máxima de 145 km/h, la e-NV200 se ha desarrollado para un uso más urbano y para mejorar su autonomía, (ofrece una carga máxima autorizada de 770 kg), han limitado la velocidad a 120 km/h para declarar una autonomía de 170 km. Emplea 14 segundos para llegar a su velocidad máxima, medio segundo menos que lo empleado por el 1.5 dCi en el mismo ejercicio. Pero en realidad estas cifras son optimistas, ya que los recorridos no siempre trascurren por superficies llanas y con las condiciones óptimas, así que, para viajar con tranquilidad es preferible no plantearse etapas de más de 120 km.
Las pruebas las realizamos por los alrededores y centro de Barcelona y la experiencia resultó muy positiva. Como ya hemos comentado el único murmullo que se escucha dentro del habitáculo es el de rodadura. Aunque hemos probado diferentes vehículos con este tipo de propulsión todavía nos extraña circular en silencio al mismo ritmo que los demás. Las salidas desde parado son espectaculares, inicia la marcha al mismo ritmo que las motocicletas y aventaja a la gran mayoría de vehículos con propulsión mecánica. Incluso con el modo ahorro, en el que la aceleración disminuye, nos mantenemos a la par con cualquier otro.
El comportamiento dinámico en ciudad es ejemplar, incluso me atrevería a decir que mejora la versión térmica. Aunque dista mucho de un vehículo deportivo, porque no lo es ni lo pretende, las modificaciones para ensamblar toda la parte eléctrica le han sentado muy bien. La percepción de conducir un vehículo alto, relativamente estrecho y muy directo a los giros de volante, en la versión eléctrica se han diluído. Nos parece mucho más proporcionado, lógicamente no es sólo cuestión de sensaciones, todo el paquete de baterías se encuentra ubicado en el piso, así que la furgoneta tiene un centro de gravedad más bajo, de ahí que las sensaciones sean las de un vehículo más equilibrado.
Choque contra la realidad
Sin embargo, no todo lo que nos viene a la mente cuando conducimos este pequeño monovolumen eléctrico presentado por Nissan resulta positivo. Y la verdad es que lo que nos parece que imposibilita una generalización de este tipo de vehículos, no es en absoluto achacable a las muchas virtudes que muestra el eNV200, quizás con la única excepción de su autonomía máxima, algo que no nos afectaría si tenemos claro que estamos ante un vehículo pensado principalmente para el ámbito urbano.
En el momento de repostar, es decir enchufar nuestro vehículo a la red eléctrica, es cuando las contradicciones se nos hacen patentes. El concepto cero emisiones se limita al vehículo en sí. Es decir, que si nos enchufamos a una red eléctrica puede que los kw/h que consumimos provengan de una central térmica o una nuclear, algo que quizás no cuadre en exceso con la mentalidad ecológica y verde que tratan de cultivar los impulsores del automóvil eléctrico. Pero todavía tendremos otro problema. Necesitamos entre 8 y 4 horas para recargar baterías, en función de si disponemos del sistema de recarga rápida o no.
Pero seamos claros, mientras nuestra sociedad no cambie, con las empresas energéticas encargadas de la generación de energía eléctrica en primer lugar, el automóvil eléctrico no será más que una quimera. ¿Por qué? Muy simple, si a consecuencia de leer este artículo todos vosotros os convencéis de inmediato de lo excelente que es el Nissan eNV200 y corréis a adquirir uno al día siguiente “saltarán los plomos” del país. Es decir, no existe ni por asomo capacidad técnica de alimentar con energía eléctrica al actual parque móvil que se alimenta en un 99 por ciento con combustibles fósiles. De todos modos, el aumento del parque eléctrico va a una velocidad muy baja y debemos dar ahí un margen de confianza a los encargados de la infraestructura de que esta se adecuará a medida que las solicitudes aumenten.
Costes
Hasta la fecha, los precios de los vehículos eléctricos, a excepción de algunas unidades poco prácticas, tampoco han ayudado ya que son caros y acarrean limitaciones evidentes como para no olvidarnos aún, del motor de combustión. Pero no todo son pegas, debemos tener en cuenta que los costes de mantenimiento son mucho más baratos de hecho, se estima una reducción del 40% frente a la mecánica convencional. El mantenimiento de un vehículo eléctrico es casi nulo, así que debemos entenderlo como un valor añadido importante y tenerlo en cuenta en el momento de su compra.
En este apartado, Nissan se postula como referente, y nos referimos a que si este tipo de vehículo encaja en nuestra realidad diaria, sin duda, el fabricante nipón parte con ventaja frente a sus competidores. La eNV200 tiene un precio de salida de 13.665€ (con ayudas incluidas) a lo que deberemos añadirle otros 73 € mensuales para el alquiler de sus baterías. Si de lo contrario, preferimos asumir el coste total (con las baterías incluidas y sin cuota de alquiler) deberemos desembolsar 18.540 € (ayudas incluidas), precios más que razonables, ahora sí, como para plantearnos su posible compra.
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