Nissan Qashqai+2 360 1.6 dCi 130 CV Stop&Start

Con 21 centímetros de longitud adicionales y un total de siete plazas, el Qashqai+2 brinda un valor añadido al modelo convencional. Y es que su ganancia se traduce en más espacio general para los ocupantes, destacando la presencia de una tercera fila de asientos. Si bien se trata de dos plazas para usos puntuales o para personas de estura por más bien baja, suponen un valor añadido que pueden sacar de más de un apuro cuando haya que transportar a más personas de las habituales. Mientras no sea necesario, contaremos con un maletero nada despreciable.

Nos hemos puesto al volante del nivel de acabado llamado 360, que toma el nombre de un original sistema de visión panorámica con el que las maniobras a baja velocidad serán pan comido. A este dispositivo se añade un buen compendio de equipamiento que completa las posibilidades del vehículo en ámbitos como el confort, la funcionalidad y el infoentretenimiento. Y todo ello acompañado por una cómoda dinámica, una mecánica 1.6 dCi de 130 CV y tracción a las cuatro ruedas para alguna que otra eventual y poco exigente excursión fuera de asfalto.

El Qashqai ha sido el primer vehículo de su segmento en incorporar una tecnología realmente útil a la hora de realizar maniobras a baja velocidad, como por ejemplo los aparcamientos. Nos referimos a la cámara de visión 360º, que da nombre a la versión que te presentamos. Este sistema cuenta con cuatro cámaras de video instaladas tanto en la parrilla como en el portón trasero y en las carcasas de los retrovisores.

Al combinar las imágenes de las cuatro cámaras, el sistema proyecta una vista cenital de 360 grados alrededor del automóvil, que se visualiza en la pantalla del sistema de navegación e información Nissan Connect, que viene de serie a partir del nivel de equipamiento Tekna Sport. El sistema de visión 360º se pone en funcionamiento de forma automática al insertar la marcha atrás, cuando circulamos a menos de 10 km/h y también cuando presionamos un botón con la palabra “camera” situado en el salpicadero. De esta manera, podremos disponer de una referencia acerca de los posibles obstáculos que nos rodean, lo que supone una mejora en términos de seguridad. La visualización también se desconecta automáticamente.

Asimismo, es posible consultar de forma independiente cada una de las cuatro cámaras. Si usamos solamente la de marcha atrás aparecerán las típicas líneas de referencia que nos orientarán por la trayectoria correcta. Además de su uso a la hora de aparcar, las cámaras nos serán de gran ayuda al conducir fuera de asfalto, sobre todo en pistas estrechas.

Polivalente y con siete plazas

Hay que señalar que los asientos delanteros del Qashqai son muy confortables y ofrecen un buen ajuste lumbar que sujeta bien el cuerpo. Por otra parte, el modelo japonés cuenta con una buena calidad general de acabados, con materiales agradables al tacto. Los diseñadores del vehículo han pensado en facilitar la vida a bordo de los ocupantes y por ello existen un buen número de espacios para guardar pequeños objetos.

De cara a sacar el mayor partido de la versatilidad interior, cabe tener en cuenta que la segunda fila de asientos puede desplazarse longitudinalmente hasta 10 cm. De esta manera, es posible ganar maletero o espacio para las piernas de los pasajeros. Asimismo, estos respaldos pueden variar su inclinación. Estas plazas son más adecuadas para dos personas que para tres a causa de la dureza del respaldo en la plaza central y de la anchura disponible.

Uno de los valores añadidos del Qashqai+2 lo encontramos, sin lugar a dudas, en su tercera fila, que proporciona dos plazas adicionales. Pese a que su confort es bastante limitado debido a que estas banquetas están en una posición excesivamente baja y son bastante cortas, nos permiten alojar a un par de personas de estatura media para trayectos cortos y puntuales. La capacidad del maletero de este Nissan es considerable, ya que proporciona 450 litros y, además, cuenta con unas formas regulares gracias a las cuales se puede aprovechar al máximo el espacio. Por su filosofía y su versatilidad, el modelo rivaliza tanto con SUV del estilo del Toyota RAV4 o el Ford Kuga (que comparamos aquí) como con monovolúmenes como el Opel Zafira Tourer o el Ford Grand C-Max.

En lo que se refiere a equipamiento cabe señalar que esta versión 360 cuenta de serie con airbags delanteros, laterales y de cortina, ESP, control de crucero con limitador de velocidad, manos libres con Bluetooth, volante multifunción, elevalunas delanteros y traseros eléctricos. En el ámbito del confort, dispone de climatizador bizona, sensor de lluvia, volante y pomo del cambio en piel, entrada para USB y guantera refrigerada, además del sistema de navegación con pantalla táctil de cinco pulgadas y el comentado sistema de cámara de visión 360º.

No hay que pasar por alto algunos detalles deportivos como los pedales de aluminio o los cristales traseros tintados. Si repasamos sus elementos exteriores veremos que equipa techo panorámico de cristal, barras de techo, faros antiniebla y llantas de aleación de 18 pulgadas.

Nos hemos puesto a los mandos de la variante movida por el motor 1.6 dCi de 130 CV. Esta mecánica diésel de cuatro cilindros e inyección directa sustituyó hace unos meses al 2.0 dCi de 150 CV que hasta entonces estaba disponible en la gama. Sin embargo, el descenso de cubicaje y potencia no ha conllevado un comportamiento menos ambicioso, pues conserva exactamente el mismo par motor de 320 Nm a 1.750 rpm. Ello, además de una buena respuesta en bajos regímenes, le confiere un razonable nivel de prestaciones.

Acelera de 0 a 100 km/h en 11,6 segundos en la versión probada (con cambio manual de seis velocidades y tracción 4x4) y puede llegar a una velocidad punta de 189 km/h. Mientras tanto, según los datos homologados, esta variante registra una media de consumo de 5,3 litros cada 100 kilómetros, valor que fue superior tras nuestra prueba. Para ella combinamos ciudad, carretera, autopista e incluso pista de tierra y nuestro registro fue de 6,9 litros. En cualquier caso, sigue siendo una buena media dado que utilizamos la tracción a las cuatro ruedas fuera de asfalto.

Una de las principales armas para obtener su más que razonable grado de eficiencia se basa en la presencia del sistema Stop & Start de serie. Además, el vehículo está provisto de un alternador regenerativo que carga la batería mediante la energía de las desaceleraciones. Como curiosidad referente a las emisiones, y asociada al comentado Stop & Start, vale la pena citar una función del ordenador de a bordo que calcula el ahorro de CO2 (parcial y absoluto), sumando automáticamente los periodos en que el motor está detenido durante nuestros trayectos.

El Qashqai más largo de la familia muestra una conducta dinámica muy semejante a la de su hermano más corto. Se muestra muy cómodo durante la conducción por autopista o por carreteras interurbanas, registrando un considerable aplomo fruto de su tamaño y su peso. La suspensión dispone de un buen compromiso entre confort y estabilidad, pues su grado de firmeza es muy equilibrado. Aunque se perciben ciertas oscilaciones de la carrocería si nos ponemos a enlazar curvas, no se trata de balanceos excesivos.

Cuando nos propongamos abandonar el asfalto, la suspensión nos seguirá demostrando su buen nivel de confort. Y es que copia los pequeños baches e irregularidades del firme de manera suave y bastante efectiva. El Qashqai+2 360 con motor 1.6 dCi de 130 CV puede escogerse en versiones 4x2 o 4x4. En nuestro caso, lo escogimos con el sistema de tracción integral, que se denomina All Mode 4x4 y se gestiona a través de un sencillo mando giratorio situado entre los asientos.

Mientras circulemos por asfalto en circunstancias normales, lo más recomendable es hacerlo en tracción delantera (posición 2WD). De cara a momentos en que pueda existir un leve descenso de adherencia, podremos hacer uso del modo Auto, que se encarga de repartir el par entre los dos ejes en función de las necesidades. Por último, el modo Lock está pensado para firmes que precisen una mayor motricidad y bloquea la entrega de tracción, enviando exactamente la mitad de la fuerza a cada eje.

El buen nivel de ventas del Qashqai desde su lanzamiento ya no es ninguna sorpresa, y ello le ha llevado a convertirse en uno de los modelos más exitosos de su segmento. Con unos centímetros más y dos plazas adicionales, el Qashqai+2 amplía las posibilidades en cuestión de espacio para los ocupantes y el equipaje, aportando una mayor polivalencia al modelo japonés. Una de sus mecánicas más equilibradas es la 1.6 dCi de 130 CV que hemos conducido, pues conjuga un buen compromiso entre rendimiento y eficiencia.