Para todos los públicos
Años atrás la marca del león se laureó con la fabricación de un pequeño coche capaz de despertar sensaciones y admiración allá por donde pasaba. Nos estamos refiriendo a un grande de la historia de la marca francesa, y su nombre no era otro que el de 205 GTi. Carácter y diversión al volante eran sus puntos fuertes.
Nos hemos desplazado hasta la bonita ciudad de Niza con motivo de la presentación de un modelo que llega con la intención de revivir ese espíritu, el que aportaba un coche para muchos considerado como un mito sobre ruedas. Y que mejor forma de comprobar si realmente esas características han vuelto que dándose una vuelta de más de 150 km por carreteras de montaña, la mayoría pertenecientes a tramos del rally de Monte Carlo. Un bonito programa que nos iba a deparar alguna que otra sorpresa como os contaré un poco más adelante.
El Peugeot 208 GTi se pondrá a la venta en España el próximo 29 de abril con un precio de 22.900 euros, que lo sitúa entre medias de los nuevos Ford Fiesta ST (21.570 €) y Renault Clio RS (25.400 €), sus cometidores más directos. ¡Que bonita comparativa me estoy imaginando!
Deportivo, pero discreto
Me hace gracia el cambio de tendencia que está experimentando el mundo del automóvil en referencia a la estética de los modelos más deportivos derivados de carrocerías estándar. Hace un tiempo no era nada raro diferenciar las versiones más potentes gracias a múltiples detalles exteriores, carrocerías ensanchadas, grandes spoilers, etc. Ahora, la mayoría han apostado por ser un poco más recatadas en este aspecto, hay excepciones por supuesto.
El caso es que, para alguien que no sea realmente un apasionado del motor costará que pueda reconocer a simple vista la versión vitaminada del 208. Para ayudaros a reconocerlo fácilmente os voy a dar las claves de dónde hay que mirar: para empezar, el detalle o detalles más claros los encontramos en el montante trasero y en el portón con la inserción GTi en plata y rojo.
Visto de frente se puede apreciar una parrilla específica con el labio inferior de color rojo. Los grupos ópticos están formados por faros halógenos en conjunto con LEDs para los intermitentes y las luces de día.
Con unas vías aumentadas en 10mm delante y 20 mm en la parte trasera, el 3 puertas presenta pasos de rueda ligeramente ensanchados que se funden a la perfección con las llantas de 17 pulgadas, disponibles en dos diseños distintos, con neumáticos Michelin en sección 205/45.
La trasera queda presidida por un nuevo spoiler deportivo en su parte superior. También se ha instalado una nueva línea de escape específica, acabada en una doble salida de forma rectangular, que mejora el rugido a la hora de subir de revoluciones al 208 GTi.
También se han instalado detalles únicos en el interior para crear un ambiente más deportivo: empezando por la combinación de tonos negro y rojo con detalles cromados satinados, asientos deportivos de cuero Club Nappa y tejido Maille Caro con una mayor sujeción lateral y situados 1 cm más bajos que los convencionales, volante específico achatado con el logotipo GTi en su parte inferior y una marca roja en la parte superior a modo de volante de carreras, cinturones negros con una banda roja o los pedales de aluminio son algunos de sus equipamientos de serie.
Dinamita bajo el capó
160, 180… ¡no! 200 CV para 208 GTi. El motor de gasolina turbo 1.6 THP de inyección directa ofrece una potencia realmente espectacular. Con un par máximo de 275 Nm a partir de las 1.700 rpm es capaz de catapultar al pequeño tres puertas de 0 a 100 en apenas 6,8 segundos y dotarle de una velocidad máxima de 230 km/h. Está asociado a un cambio manual de 6 velocidades con unos desarrollos ligeramente más cortos que en el resto de la gama 208. Con apenas 1.160 kg de peso, el GTi emite tan solo 139 g/km de CO2 y homologa un consumo medio de sólo 5,9 l/100 km.
Para los más interesados, la marca también nos ha cedido algunos datos de referencias: por ejemplo el tiempo que tarda en recorrer los 1.000 metros con salida parada (27 segundos) o la recuperación de 80 a 120 km/h en quinta velocidad (7 segundos).
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Se ha modificado todo el esquema de suspensión (muelles, amortiguadores, barra estabilizadora, subchasis más rígidos) con una configuración un 20% más rígida, con la que se ha querido conseguir una suspensión firme pero confortable para el día a día.
El sistema de frenado está compuesto por discos ventilados de 302 mm delante y 249 mm detrás, con las pinzas pintadas en rojo, refrigerados por tomas de aire que aseguran una frenada sin apenas resentimientos.
Nos vamos de curvas
La mañana se presentaba movidita, y más cuando te dicen que te vas a pasar gran parte de ella circulando y probando al 208 GTi por carreteras de montaña, enlazando curva tras curva con una pequeña bomba de 200 CV. Además, no se trataba de unas carreteras cualquiera, eran carreteras con historia, ya que por allí han rodado a todo gas pilotos de la talla de de los maestros Sebastien Loeb, Walter Röhrl, Tommy Mäkinen o nuestro campeón Carlos Sainz. No pudimos emularlos, pero sí comprobar de que es capaz el Peugeot 208 GTi, dentro de los límites legales, por supuesto.
Arrancamos y nos ponemos en marcha. Vamos camino de las montañas saliendo de Niza circulando a baja velocidad y la primera impresión que nos transmite es la de estar a los mandos de un coche bastante polivalente. Pensaba que iba a deslomarme cada vez que pasaba por un badén, pero lejos de lo esperado resulta que el tarado de las suspensiones no es tan rígido como uno podría esperarse. Nos habían comentado que su configuración no era para nada radical y la verdad es que están en lo cierto. Se ha querido fabricar un GTi para el día a día, con un consumo mínimamente contenido circulando a baja velocidad y con ciertas garantías en lo referente al confort.
Tras unos kilómetros en comitiva, llegamos ya a las zonas reviradas, con muy poca circulación de vehículos y aquí empezamos a aumentar el ritmo para descubrir las cualidades y pegas de la variante deportiva del 208. Es curioso pero a bajas vueltas apenas escuchamos el motor, todo está bastante bien insonorizado, pero en cuanto se sobrepasan las 2.500 rpm la cosa cambia. El sonido embriagador que produce el tubo de escape incita a estirar y estirar hasta prácticamente las 6.000 vueltas con un empuje constante. El cambio, efectivo, permite meter marchas rápidamente y seguir subiendo el ritmo a la vez que vemos como la aguja del velocímetro sube y sube sin parar.
Las primeras curvas las trazamos con cierta prudencia. Algo de balanceo de la carrocería pero el coche pasa por donde le pedimos sin problemas, retándote a que la siguiente la intentes pasar un poco más rápido. En curvas abiertas parece que no se resiente demasiado mientras aguanta el tipo y no produce sensación de perder el control el ningún momento. Es quizás en las típicas “paellas” de 180º en subida, cuando en segunda, el motor cae demasiado de vueltas y le cuesta salir con el suficiente brío que cabría esperar.
El plato fuerte del día lo pondría la oportunidad de conducir sin tráfico en un pequeño tramo de unos 3 km, cerrado a la circulación, sólo para nosotros, donde aquí sí podríamos descubrir cuáles son los límites del GTi. Tras una pasada de reconocimiento, rápida pero sin apurar, en la segunda comprobamos que se puede ir muy rápido con una seguridad bastante elevada. El coche es neutro, no mostró indicios de sobreviraje en ningún momento y muy poco subviraje, sólo si vas muy pasado, aunque el ESP se encarga de minimizar posibles daños (es desconectable).
La dirección me ha gustado bastante, más que cuando realicé la prueba del 208 hace ya unos meses, y los frenos aguantaron a la perfección durante toda la jornada.
Se me presentó la posibilidad de dar una vuelta a este pequeño tramo sentado al costado de uno de los mejores pilotos de rally sobre asfalto, como lo es el francés Gilles Panizzi. Una experiencia de esas que se te quedan grabadas para toda la vida. ¡Cómo iba el tío! Derrapes, contravolantes, arboles que pasan rozando el retrovisor, rocas esperando un fallo para dejarte bien planchado… Se pasa bien, pero se pasa mal a la vez. Es difícil de explicar con palabras. El tema es que este buen hombre sí puede presumir de sacarle todo el jugo al coche, y nos demostró a más de uno que, el 208 GTi, está listo para enfrentarse a sus dos rivales más peligrosos: el Renault Clio RS y el Ford Fiesta ST.
A mí lo que me gusta es que sea más discreto que la mayoría de coches similares porque de esta forma te quedas con los tontopijos que se te pegan detrás para vacilarte de cochazo alemán de 30,000 euros y al bajar un par de velocidades y pisar a fondo ven como el 208 se hace cada vez más pequeño conforme se aleja de su vista, mientras se quedan pillados pensando que una mierda de Peugeot se los ha comido con patatas y los ha dejado en ridículo delante de su parienta o sus colegas. Y es que fijándose en el tamaño y la estética muy pocos darían por hecho que este GTI da 200CV y anda tanto... Por eso se te pican cada dos por tres pensando en que te van a repasar y resulta que los repasados son ellos. Si te gusta correr y vacilarle a los demás, se ha de ser tonto para gastarte más dinero en un coche de 140CV cuando por menos tienes uno de 200CV. Eso sí, si sólo quieres vacilar de marca premium, cómprate un Audi, apárcalo en la calle y apoyate en él mientras todos te van tirando florecillas, porque en cuanto pilles la autopista (o autovía, o carretera...) te van a soplar las orejas.