Skoda Rapid 1.4 TDI 90 CV DSG

La berlina de Skoda esconde varios ases en la manga que la convierten en un vehículo muy a tener en cuenta. El primero de ellos lo integra el gran aprovechamiento que permite su habitáculo, en el que se encontrarán muy cómodos dos ocupantes en las plazas traseras. En este sentido, el maletero es el punto en que más destaca pues es, con diferencia, de los más capaces de su segmento. El confort de marcha también supone un punto clave del coche, lo que lo convierte en una buena opción para largos viajes por autopista.

En la versión escogida para esta prueba, el motor 1.4 TDI de 90 CV con cambio DSG alberga otra de sus virtudes. No es un rayo en cuanto a prestaciones pero se comporta de forma más que razonable y, sobre todo, sobresale por su eficiencia. Y es que, sin esmerarse demasiado al volante, es sencillo lograr un consumo realmente ambicioso. El precio es otra de sus ventajas, pues el Rapid es un modelo asequible para lo que ofrece. En este caso, en el acabado superior Style de la unidad probada, sin incluir los opcionales, el Rapid cuesta 23.540 euros. Sin embargo, el precio con opcionales y aplicando el descuento que incluye promoción de la marca, bonificación por financiación y plan PIVE, se reduce hasta los 21.110 euros. Entre sus principales rivales, además de su “primo” Seat Toledo, se encuentran otros como el Citroën C-Elysée o el Renault Fluence.

Pese a que, al observar la silueta del modelo checo, su estructura visual parezca ser la de una berlina de tres volúmenes, esta sensación es solo eso, visual. Y es que el Rapid es, en realidad, una berlina de dos volúmenes con portón de maletero. Estéticamente, este Skoda se caracteriza por una apariencia de líneas limpias y claras que, aunque no le aportan un “look” demasiado original, lo cierto es que consiguen que se muestre elegante.

El frontal del coche se distingue por la parrilla con marco cromado que, en su parte superior, bordea al logo de la marca checa alojado sobre el propio capó. Pese a que dicha parrilla está integrada por listones verticales, las líneas horizontales son las verdaderas protagonistas de la parte delantera del coche debido al diseño del paragolpes y a la calandra inferior. Ello da lugar a una mayor sensación de anchura y aplomo visual del vehículo sobre el asfalto.

Mientras tanto, la forma de las ópticas y de los faros antiniebla está inspirada en la forma de un trébol de cuatro hojas, según aseguran Skoda. Al dirigir la mirada a la zaga del automóvil, se observa que los faros tienen la habitual forma de C, tan común entre los modelos de la marca checa. Asimismo, las líneas horizontales también están muy presentes al igual que sucede en el morro. Hay que señalar que el color metalizado Plata Brillante de la carrocería de esta unidad es opcional (460 euros), así como las llantas de aleación ligera modelo Ray de 17 pulgadas (555 euros).

Dentro del habitáculo, Skoda también ha desarrollado un diseño sobrio, sin grandes alardes de vistosidad, centrando su interés sobre todo en términos prácticos. Y es que, además de la comodidad de los asientos deportivos en tela Sport opcionales (255 euros), el puesto de conducción del Rapid se distingue por contar con una óptima accesibilidad a todos los mandos, que además tienen un uso muy intuitivo y fácil. Aunque el nivel de acabados no es excelente, con una excesiva presencia de plásticos duros, el modelo recibió hace unos meses ciertas mejoras con las que se ha aumentado la sensación de calidad percibida.

La alta presencia de huecos para guardar pequeños objetos es otro de los argumentos que demuestran su vertiente funcional. La segunda fila se confirma como una de las mejores del segmento en lo que respecta al espacio para las rodillas. Por anchura, no obstante, es más adecuada para dos pasajeros que para tres. Uno de los puntos clave del Rapid es, sin duda, su maletero, con una fantástica capacidad de 550 litros. Además, si se abaten los asientos traseros puede crecer hasta los 1.490 litros.

La unidad probada pertenece a la terminación Style, la más equipada de la gama, y dispone de serie de control de estabilidad, airbags frontales y laterales, control de crucero, Climatronic, sistema de ayuda de arranque en pendientes, Maxidot, volante multifunción y palanca de cambio de cuero, faros antiniebla y luz diurna de tipo LED. Entre los diversos opcionales de este Rapid se hallan Front Assistant (305 euros), sistema lavafaros extraíble (135 euros), cristales laterales y traseros oscurecidos (150 euros), encendido de motor sin llave (645 euros) y sistema de navegación e infoentretenimiento Amundsen (355 euros) con tarjeta SD Amundsen MIB II (240 euros) y función de conectividad Smart Link (135 euros).

Bajo el capó de esta unidad de la berlina checa se encuentra el propulsor 1.4 TDI de 90 CV, un bloque de tres cilindros en versión automática que supone la alternativa mecánica diésel más eficiente de la gama con permiso de la misma variante pero con transmisión manual. Con un par motor máximo de 230 Nm entre 1.750 y 2.500 rpm, este motor responde bien a bajas revoluciones, por lo que no es necesario subirlo demasiado para obtener unos resultados convincentes.

Pese a que su cilindrada es más bien humilde, los 90 CV son suficientes para mover el vehículo con soltura siempre y cuando no se viaje a plena carga. En ese caso, y sobre todo cuando toque afrontar una pendiente a velocidad constante, se percibe alguna carencia de ímpetu. Pero no hay que pasar por alto que la eficaz caja de cambios DSG de doble embrague y siete velocidades de esta versión compensa bastante esta situación. Con caja manual sería preciso jugar a menudo con la palanca para no perder empuje.

A nivel prestacional, sus registros son correctos teniendo en cuenta su cilindra y potencia. Completa el 0 a 100 km/h en 11,8 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 182 km/h. Donde sí destaca, y mucho, es en el nivel de eficiencia. Con un consumo homologado de tan sólo 3,8 litros cada 100 km, esta versión automática 1.4 TDI de 90 CV registró, tras nuestra prueba, una media real de 4,9 litros en una combinación de ciudad, carreteras interurbanas y de montaña así como autopistas.

Desde el punto de vista dinámico, el Rapid es un modelo pensado para desarrollar una conducción tranquila. Brinda un buen confort de marcha y su capacidad para devorar kilómetros es realmente buena. Es por ello que por donde mejor se comporta en por las grandes rectas de autopista aunque, eso sí, no llega al nivel de su compañero de marca Octavia. La buena maniobrabilidad del Rapid le aporta otro aspecto positivo en ciudad, por donde también se comporta de forma muy satisfactoria.

Por su parte, el equipo de suspensiones filtra de forma más que razonable las pequeñas irregularidades del asfalto. Sin embargo, cuando éstas no son tan pequeñas se aprecian más desde los asientos traseros que desde los delanteros. Cuando llega la hora de rodar por carreteras de curvas se comprueba fácilmente que no se trata de un coche pensado para exprimirlo en cada giro, ya que si aumentamos demasiado el ritmo salen a relucir ciertas inercias. No es, por tanto, un coche que destaca por una gran agilidad que permita una conducción deportiva.

Teniendo clara la filosofía del Rapid, lo que queda evidente es su conducta noble al circular a ritmos normales, que pone de manifiesto su orientación familiar. Es un coche a cuya conducción es muy sencillo acostumbrarse gracias, también, a una dirección de buen tacto. En cuanto a capacidad de frenada, incluso si ésta se realiza con intensidad, los resultados ofrecidos son más que correctos.

El Rapid es un modelo que, ante todo, destaca por su practicidad y polivalencia. Además de tratarse de un coche asequible para todo lo que ofrece, se distingue por un interior muy amplio, sobre todo en lo que respecta a su fantástica capacidad de maletero. También cabe señalar su papel en cuestión de eficiencia, ya que esta alternativa mecánica 1.4 TDI de 90 CV con cambio DSG se muestra realmente ahorradora. El confort de marcha es otra de sus virtudes, lo que lo convierte en un automóvil muy adecuado para viajes largos.