El coche de hidrógeno hecho realidad
Toyota es una de las primeras marcas que ha apostado de forma muy decidida por la utilización del hidrógeno como fuente de energía para generar electricidad y mover un coche. Esta tecnología denominada FCV (Fuel Cell Vehicle) la aplica ahora a un coche de serie, el Toyota Mirai, que empezará a venderse en Japón el próximo 15 de diciembre.
El Toyota Mirai tiene una pila de combustible alojada en el piso, capaz de generar suficiente electricidad para que el motor eléctrico ofrezca una potencia máxima de 154 CV y una autonomía similar a la de un modelo de gasolina de similar tamaño.
También en el piso del coche se alojan los depósitos del hidrógeno, fabricados con estructura de plástico reforzado con fibra de carbono y capaces de almacenar el hidrógeno a una alta presión: 700 bares aproximadamente. Toyota afirma que la capacidad de almacenamiento de estos depósitos es un 20% superior a la del concept Toyota FCHV, un coche que anticipó claramente la estética definitiva del modelo de serie.
La firma japonesa también incide en señalar que el Mirai se ha diseñado pensando en la seguridad, con la premisa básica de que no hayan pérdidas de hidrógeno y en el caso de que existan, se detecten inmediatamente. Tanto los depósitos de hidrógenos como el resto de componentes relacionados con esta fuente de energía están situados fuera del habitáculo, también por seguridad.
El chasis del Toyota Mirai está fabricado en plástico reforzado con fibra de carbono termoplástica, capaz de absorber los impactos de forma eficiente. Además, el coche equipa los principales sistemas de asistencia (precolisión, aviso de cambio involuntario de carril, control de ángulo muerto, etc) para garantizar la máxima seguridad en marcha.
Como ves, este cuidado diseño es el que ha hecho posible que el Toyota Mirai no sea un concept, sino un coche de calle que pronto veremos circular por Japón y a finales del año que viene en Europa.
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El aspecto exterior del coche, que mide 4,89 metros de longitud, indica de buenas a primeras que se trata de un vehículo movido con una energía alternativa al combustible. Algunas necesidades obligan a ello: por ejemplo, en el frontal puedes ver unas enormes parrillas que dejan pasar el aire para suministrar oxígeno y refrigerar la pila de combustible. El perfil recuerda, según Toyota, a la forma fluida de una gota de agua, y quiere crear la impresión de estar frente a un vehículo “pegado al suelo”, muy estable. La trasera es algo más convencional, y está marcada por la forma trapezoidal del portón del maletero y la particular forma de las ópticas, con luces LED.
El interior del Toyota Mirai sorprende por la gran cantidad de indicadores digitales, situados en la parte superior del salpicadero. Sin duda, es un interior muy futurista, presidido por una pantalla de cristal líquido TFT, alta definición y 4,2 pulgadas, y debajo de ella, un panel de control electrostático para controlar el climatizador tocando ligeramente con los dedos.
A pesar de estos vanguardismos, no olvidemos que el Toyota Mirai es un coche de calle, y viene con un buen equipamiento de serie: volante y asientos calefactados y eléctricos, climatizador con control independiente de temperatura, volante multifunción o sistema de purificación de aire “Nanoe” 10, entre otros. Es un coche que admite 4 pasajeros y que tiene un maletero digno, a juzgar por las imágenes.
Estamos ante uno de los primeros coches con sistema de propulsión a base de pila de combustible que van a rodar por las carreteras europeas. El inconveniente de este tipo de vehículos, como ocurre en parte con los eléctricos, es la dificultad existente para repostar hidrógeno. Y no es un problema de tiempo, porque los depósitos se llenan en sólo tres minutos. Es un problema de estaciones de servicio, que apenas existen. Por ese motivo, Toyota ha puntualizado que las ventas del Mirai se harán en aquellas zonas donde haya estaciones de hidrógeno instaladas o en sus alrededores.
Hacerlo más feo por favor.