Deportivo y ahorrador a la vez
Volkswagen ha dotado al Polo de un motor gasolina de baja cilindrada de última generación sobrealimentado que se ofrece como una interesante alternativa al diésel. Lo probamos con el restyling que acaba de recibir recientemente para ver si convence o no tanto por prestaciones como por consumo.
Recientemente publicamos una comparativa del segmento B en la que comprobamos las cualidades de los principales integrantes de esta categoría con sus respectivos motores diésel de 90 CV. En aquella ocasión se trataba todavía de una unidad previa al restyling actual. Hoy vamos a probar el nuevo Polo con esta misma potencia pero con el motor 1.2 TSI de gasolina.
La unidad que probamos contaba con el acabado Advance, el intermedio de la gama situado entre el Edition y el Sport, y no disponía de la caja de cambios secuencial de accionamiento automático opcional DSG.
Desde que se lanzó al mercado en 1975 se han vendido 14 millones de unidades del Polo con lo que es uno de los modelos más importantes de la marca Wolfsburgo. Desde 1984 este utilitario se fabrica en la planta que Volkswagen tiene en Navarra.
Busca las siete diferencias
A nivel estético parece que los diseñadores de Volkswagen aplicaron la máxima que reza: "Cuando algo funciona no lo toques". Por ello no resulta sencillo identificar las diferencias que aporta este restyling con respecto al modelo anterior.
El parachoques presenta un diseño un poco distinto y las tomas de aire del frontal ahora son más grandes. Por todo lo demás el coche es idéntico al que sustituía. Detrás vemos como la parte interior de los pilotos traseros también ha sido remozada.
Otros cambios los podemos encontrar en las seis nuevas llantas de aleación y en los ocho nuevos colores de carrocería. Esta unidad al tratarse del acabado Advance equipaba las llantas Estrada de aleación en 6 x 15" con diseño de cinco brazos dobles. La carrocería lucía el simpático color Azul Cian que supone un sobreprecio de 185 €.
Son numerosas las opciones que ahora puede equipar el nuevo Polo como el sistema de detección de fatiga, el control de velocidad adaptativo ACC, los sensores de aparcamiento Park Pilot o cámara de visión trasera Rear View. Soluciones que hasta el momento habíamos visto en modelos de categorías superiores dentro de la propia marca.
Amplio y espacioso
En el interior tanto el cuadro de instrumentos como el volante también son nuevos. El acabado Advance implica disponer de serie de una pantalla multifunción en el centro del cuadro de instrumentos con la que vemos los datos del viaje, consumos y demás.
A través del Sistema Modular de Infoentretenimiento MIB de segunda generación podemos disponer de cuatro tipos de pantalla táctil para controlar el sistema de audio, la navegación, el teléfono y cualquier dispositivo que tengamos conectado.
De hecho mediante la función MirrorLink podemos utilizar tanto las aplicaciones como los contenidos de nuestro smartphone mediante la pantalla táctil que hay en el centro del salpicadero.
Las plazas delanteras gracias a las múltiples posibilidades de regulación ofrecen un elevado nivel de confort a adultos de tallas muy dispares. En la segunda fila encontramos una banqueta cómoda, un buen espacio para las piernas y una excelente altura libre al techo, incluso en su plaza central.
En lo que respecta al maletero, aunque por volumen no es uno de los más generosos de su categoría si es el mejor acabado con diferencia. Una base regulable en dos alturas, ganchos porta-bolsas y sistema de iluminación hacen que resulte muy práctico.
En configuración 5 plazas ofrece 280 litros de capacidad que podemos ampliar hasta 952 litros si abatimos los respaldos de la segunda fila. Para que tanto el piso del maletero como los asientos traseros queden completamente enrasados debemos dejar la base del maletero en la altura superior.
Buenas prestaciones
La primera vez que lo conduje quedé sorprendido por las prestaciones de este pequeño motor de 1,2 litros turboalimentado. Por un momento llegué a pensar que en lugar de una unidad de 90 CV se trataba de una de 110 CV.
El motor TSI brilla por la suavidad y el silencio cuando aceleras de forma progresiva. No obstante, si te aplicas con el pedal derecho la respuesta supera lo que uno espera en un coche de estas características.
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Equipado con la tecnología de reducción de consumo BlueMotion este 4 cilindros en línea rinde 90 CV a 4.800 rpm, con lo que no hace falta estirarlo mucho más allá de las 5.000 rpm. Además, en la zona baja del cuenta-vueltas entrega 160 Nm de par entre 1.400 y 3.500 rpm. Es este último dato el que mejor explica las sensaciones al volante con una respuesta contundente ideal para llevar a cabo adelantamientos con total seguridad.
La unidad que probamos montaba la caja de cambios manual de 5 relaciones en lugar de la DSG opcional de 7 relaciones que supone un incremento de precio de 1.500 €. La caja manual va muy bien pero si el dinero no supone un problema merece la pena optar por la caja automática, mucho más cómoda en el día a día.
La versión de 110 CV de este mismo motor 1.2 TSI está asociada de serie a una caja de cambios manual de 6 relaciones, que Volkswagen podría haber montado también en el Polo de 90 CV. De buen seguro que la diferencia de precio habría sido irrisoria.
En nuestro recorrido de pruebas en el que combinamos ciudad, autovía y carretera de montaña obtuvimos un consumo medio de 6,6 l/100 km. Esta cifra está lejos de los 4,7 l/100 km que homologa el fabricante. Suponemos que con la caja DSG de 7 relaciones se podría bajar este consumo con facilidad.
Las prestaciones son más que aceptables con una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y una punta de 184 km/h. Nosotros quedamos gratamente sorprendidos por la respuesta del motor.
Incluso circulando con cuatro ocupantes y con equipaje este motor de 1,2 litros ofrece un rendimiento ejemplar. En tramos de fuerte pendiente la buena entrega de par en la zona baja permite mantener un ritmo de crucero más que aceptable.
Cómodo y eficaz
En lo que a chasis se refiere el acabado Advance cuenta con un tarado de suspensión firme pero a la vez cómodo. Si bien en curva ofrece muy poco balanceo, en ciudad filtra muy bien todo tipo de baches e irregularidades.
Además la altura libre al suelo es perfecta para no tener que sufrir ni en las rampas de los garajes, por inclinadas que sean, ni en los tan incómodos badenes ralentizadores que se han puesto de moda en la mayoría de ayuntamientos de nuestro país.
Opcionalmente podremos equiparlo con un tren de rodaje deportivo (145 €) con muelles más cortos y de mayor dureza que aportan mayor firmeza al conjunto y rebajan la altura libre al suelo en 15 mm. A no ser que vivamos en una zona con muchas carreteras de curvas y acostumbremos a rodar rápido, no vale la pena invertir en ello.
El equipo de frenos ofrece buenas prestaciones y es más que suficiente para los 1.107 kilos que declara el fabricante. El tacto del pedal es bastante directo y permite modular bien la frenada. Mientras que en el tren delantero monta discos ventilados, detrás cuenta con discos macizos.
La dirección es el punto menos positivo en lo que a chasis se refiere. El tacto es poco comunicativo, llegando a tener algún punto en el que parece haber cierta desconexión. Sin embargo, con el tiempo uno termina acostumbrándose.
La capacidad de tracción es otro punto negativo de este Polo. Los neumáticos de serie con medidas 185/60 R15 son específicos para lograr un bajo consumo y debido a ello ofrecen unos niveles de motricidad bastante limitados. A la mínima que aumentemos un poco el ritmo en un tramo de curvas empiezan a chirriar en exceso, a la vez que hacen que el tren delantero pierda agarre.
Valoración positiva
Es mucho más cómodo y silencioso que con un motor diésel, los niveles de consumo son bastante parecidos y además las prestaciones son muy parejas. Ya era hora que el Polo ofreciera un motor de gasolina turbo con un buen rendimiento y con unos consumos aceptables. Con unos neumáticos que agarraran más y fueran menos ruidosos sería mucho más redondo.
Por precio, la motorización 1.2 TSI de 90 CV se muestra como una de las más atractivas de la gama actual del Polo. Los 15.950 € que cuesta con el acabado Advance así lo demuestran. Actualmente existen descuentos promocionales con los que el precio final de esta unidad baja hasta los 14.400 €.
Después de haberlo probado, si tuviera que escoger una versión de la gama Polo, sin duda alguna me decantaría por este motor 1.2 TSI de 90 CV pero en lugar del cambio manual escogería la caja DSG de 7 relaciones opcional (+1.500 €).
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