La oferta de coches compactos en nuestro país es amplísima, y se multiplica si sumamos las diversas versiones con diferentes potencias que marcas como Mazda ofrecen en su catálogo. Es el caso del Mazda3, que se vende con un motor diésel de 2.2 litros con dos diferentes potencias: 150 y 185 CV. Así, sobre la misma base, la marca japonesa nos ofrece la posibilidad de optar por una versión más económica o equilibrada, o bien una más potente y deportiva. Esta prueba se ha realizado con el Mazda3 con motor diésel de 150 CV, un propulsor que destaca por un funcionamiento muy refinado y eficiente. Esta versión del Mazda3 que se pone a la altura de competidores como el Ford Focus 2.0 TDCi, Opel Astra 2.0 CDTi, Seat León 2.0 TDI, Volkswagen Golf 2.0 TDI, Peugeot 308 2.0 HDi o Citroën C4 2.0 HDi. Este Mazda3 sorprende por su eficacia dinámica, su rodar suave y la seguridad que transmite al volante. Está bien acabado y equipado y en su interior se respira y disfruta el importante trabajo de diseño que la marca japonesa ha realizado en su modelo estrella. Es un coche muy polivalente, que en esta versión cinco puertas que probamos muestra su vertiente más juvenil y deportiva.
PVP: MAZDA 3 2.2 CRTD 150 CV Sportive 5p 25.350 €
Diseño
El diseño del Mazda3 ha permanecido prácticamente invariado desde el lanzamiento de su segunda generación, hace tres años. No fue hasta la pasada temporada que recibió una pequeña actualización estética. Mazda retocó la parrilla delantera para equiparla a la de otros modelos de la marca, cambió el diseño de los paragolpes, incorporó nuevos faros antiniebla y amplió la oferta de llantas y colores de carrocería. Son, como vemos, pequeños cambios superficiales que mantienen inconfundible la estampa de este compacto, a nuestro parecer muy atractiva. Este coche tiene el justo equilibrio entre deportividad y discreción, agresividad y elegancia.
Habitabilidad
El Mazda3 es uno de aquellos vehículos en los que recibes una agradable sensación sólo subirte y ponerte al volante. Esto es fruto, en parte, del estudiado diseño del interior. La posición de conducción es muy ergonómica, las formas del salpicadero y los materiales utilizados son agradables al tacto y la vista, y el espacio interior es holgado, con una buena atención al detalle. Todo contribuye a generar una sensación de confort y buena vida a bordo desde un primer momento. En este coche podemos subir hasta cinco pasajeros, si bien el de la plaza central trasera, como siempre, va un poco incómodo. Atrás hay buen espacio, y la banqueta está a buena altura, por lo que nuestras piernas no van excesivamente encogidas. Los asientos tienen un relleno bastante rígido, pero no son incómodos. El espacio para carga está en la línea de lo que se espera en un coche de 4,46 metros de longitud: 340 litros, que pueden ampliarse abatiendo los respaldos, que dan paso a un piso plano. El equipamiento en esta versión Sportive que tuvimos ocasión de probar es muy completo. Podemos destacar el sistema de arranque sin llave, los asientos deportivos, el climatizador bizona o el sistema RVM de advertencia de la presencia de un vehículo en el ángulo muerto, entre otros.
Mecánica
El motor de este Mazda3 es un diésel 2.2 CRTD de 150 CV, que entrega su potencia máxima a 3.500 revoluciones y tiene un par máximo de 360 Nm entre 1.800 y 2.600 vueltas. Es un diésel que empuja bien desde el primer recorrido del acelerador, que apenas vibra ni transmite ruido al habitáculo. Su comportamiento es muy elástico, y se encuentra en buena asociación con el cambio de marchas manual de seis velocidades. También ofrece un gasto de combustible contenido: 5,5 l/100 km. en carretera, 6 l/100 km en autopista y 7 l/100 km. en ciudad. Esto fue lo que registramos durante nuestra prueba. Mazda homologa un consumo medio de 5,2 l/100 km. Mediante el indicador de cambio de marcha recomendada, que nos señala en cada momento cuándo debemos subir a a una marcha superior para ahorrar combustible, nos facilita alcanzar estas cifras.
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Comportamiento
Una de las características de todos los Mazda que no nos cansaremos de repetir es la agradable sensación que transmiten cuando los conducimos. Son coches que se conducen con "dos dedos", que parecen ir solos, que no nos piden una excesiva atención o habilidad para llevarlos. Esto es la consecuencia del preciso estudio realizado en su diseño y la constante mejora del producto que caracteriza a esta marca japonesa. Al volante del Mazda3 nos sentimos fácilmente cómodos. El coche rueda fino, sin vibraciones ni ruidos, y no parece un diésel. Sólo nos lo recuerda en parado y cuando el coche está frío. Su dirección es directa y precisa, lo que facilita los giros tanto en ciudad como en carretera. Tiene una correcta asistencia y nos transmite buena información sobre cómo pisa el tren delantero. Este Mazda transmite un buen nivel de seguridad. Vira bastante plano, sin balanceos de carrocería ni inercias indeseadas. La suspensión es bastante rígida, y contribuye a agilizar el comportamiento del coche si queremos practicar un estilo de conducción deportivo. Como contrapartida, la respuesta de estos amortiguadores también es algo seca, especialmente en los del eje trasero, sobre todo cuando viajamos sin carga. La excelente sujeción de los asientos, junto con el buen tacto de los pulsadores y la precisión del cambio manual de seis velocidades también ayudan a generar un buen placer de conducción.
Seguridad
Nuestra unidad venía equipada con el sistema RVM de alerta de cambio de carril, que advierte al conductor de la presencia de un vehículo en los ángulos muertos. Otros sistemas de seguridad son el ABS con EBD y DSC (asistencia a la frenada), control de tracción TCS, señal de parada de emergencia (ESS) y sensores de aparcamiento. En cuanto a seguridad pasiva, este japonés cuenta con airbags frontales, laterales y de cortina de serie, así como reposacabezas activos en las plazas delanteras. Todo este equipamiento posibilita que el Mazda3 obtenga 5 estrellas EuroNcap.
Valoración final
A la hora de escoger un Mazda3 diésel, esta versión de 150 CV es la más equilibrada. 150 CV es una cifra de potencia que te permite aprovechar sin limitaciones las bondades del chasis de este coche japonés, sin subir excesivamente el consumo. La mejor baza del Mazda3 es el comportamiento dinámico, muy agradable, de lo mejor dentro del segmento de los compactos. Su punto débil es la enorme competencia a la que se enfrenta. Hay muchísimo dónde escoger. Pero el prestigio de la marca, la calidad de acabados, el completo equipamiento y el precio razonable son argumentos muy válidos para tomar muy seriamente este coche como alternativa en el mundo de los compactos de 4,5 metros.
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