Mercedes-Benz Clase C 250 CDI: Rejuvenecido

Con el paso del tiempo, la Clase C de Mercedes-Benz se ha convertido en todo un mito en el reñido segmento de las berlinas medias, donde encontramos los Audi A4, BMW Serie 3, Lexus IS, Saab 9-3, Volkswagen Passat, Volvo S60, etc. Hemos probado la versión diésel 250 CDI de 204 CV, con cambio de marchas automático 7G-Tronic Plus en el acabado tope de gama, el Avantgarde, y con el paquete deportivo AMG. La apuesta de Mercedes-Benz con este nuevo aspecto del Clase C es clara, quieren acercar su modelo de acceso a la gama a un público un poco más joven y quitarse de encima la fama de "coche para mayores" que le persigue desde años atrás. PVP unidad probada: 50.000 € aprox. (con pack AMG)

El Mercedes-Benz Clase C se ha quitado unos pocos años de encima con el lavado de cara recibido en este año 2011. El frontal se plantea más vigoroso y agresivo gracias al nuevo capó más estilizado, que también actúa como pestañas en los faros y les proporciona una mirada más desafiante. El diseño del paragolpes trasero enfatiza la sensación de dinamismo y acentúa la impresión de mayor anchura. Además, con el paquete deportivo AMG se modifica la parte baja y se presenta con una doble caída con el borde redondeado, similar a la de los vehículos deportivos con difusor trasero, pero sin llevarlo. La línea lateral se mantiene prácticamente intacta aunque queda remarcado su gran carácter gracias a unos marcados pasos de rueda y las llantas de cinco brazos y doble radio del paquete AMG. Los retrovisores incorporan en su diseño las luces intermitentes laterales y en las dos entradas de aire laterales, en el frontal, se han ubicado las luces diurnas.

El buen hacer de la marca alemana se plasma sólo con echar un pequeño vistazo a los acabados, de gran nivel, de su interior. Ofrece la sensación de sentirte a los mandos de un coche de gama superior gracias a los múltiples detalles que incorpora. Los asientos semideportivos se ajustan al cuerpo como anillo al dedo, gracias a las dos prominentes aletas laterales que proporcionan al conductor una sujeción lateral óptima en los virajes. Es muy fácil encontrar la postura idónea gracias a que su ajuste se efectúa eléctricamente mediante dos botones. Los dos ocupantes de las plazas delanteras gozan de un espacio habitable más que correcto, en cambio en las plazas traseras las personas con una estatura superior a la media notaran falta de espacio para las piernas. El volante deportivo de tres radios alberga los mandos para controlar las funciones del display, situado en el centro del velocímetro, que nos muestra diferentes parametros del vehículo. En la parte trasera del volante encontramos las dos pequeñas levas del cambio de marcha. Sin embargo, algo que nos ha mosqueado bastante es la colocación de la palanca de los intermitentes, que se encuentra muy próxima a la del Tempomat (control de velocidad) y da lugar a una confusión bastante habitual los primeros días al conducirlo. El salpicadero, sobrio pero a la vez elegante, está confeccionado con una mezcla de plásticos blandos con otros duros que muestran las intenciones más deportivas de este modelo. En la parte central del habitáculo encontramos la consola central provista de la botonera necesaria para usar las diferentes funciones del equipo de audio, del climatizador y de la navegación, en conjunto con una ruleta situada en la parte posterior del cambio de que nos ayuda a movernos por los diferentes menús. Todo ello presidido por una gran pantalla en la parte superior que enseña toda la información deseada. El maletero ofrece una capacidad de 475 litros ampliandos hasta los 1.500 litros si abatimos los asientos posteriores.

El 250 CDI es un motor de de 2,1 litros diesel con Common rail, que ofrece una potencia máxima de 204 CV a 4.200 rpm y un par motor de 500 Nm a partir de las 1.600 rpm. Es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 240 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en unos meritorios 7 segundos. En nuestra prueba dinámica el marcador reflejó un consumo medio en torno a los 6 litros/100 km mientras que homologa 4,8. El sistema Start/Stop, que apaga el motor en caso de parada, también ayuda a reducir un poco el consumo. El propulsor se muestra muy efectivo sea cuál sea nuestro estilo de conducción. Gracias al gran par motor a bajas revoluciones, permite conducir con la aguja del cuentarrevoluciones en la parte más baja del mismo para ahorrar combustible. Pero en cuanto se pisa firmemente el pedal del acelerador las revoluciones suben rápidamente y expresa su rabia con un buen rugido, sorprendente tratándose de un diésel. Monta la caja de cambios automática 7G-Tronic Plus que se encarga a la perfección de cambiar a una relación superior o inferior dependiendo de nuestro ímpetu con el pedal del acelerador. También dispone de cambio secuencial mediante la misma palanca de cambio o las levas situadas detrás del volante. Dispone de discos de freno perforados en el eje delantero y autoventilados en el trasero que se encargan de proporcionar una perfecta frenada por fuerte que sea la desaceleración necesitada.

El primer punto en el que destaca el Clase C 250CDI es en la soltura con la que circula. Tiene un peso de casi 1.600 kg pero se mueve con una facilidad pasmosa por todo tipo de vías. Como comentamos, al motor no le vimos flaquear en ninguna ocasión y el tarado de las suspensiones de corte deportivo, gracias al paquete dinámico de suspensión que equipaba, ayudan a evitar un balanceo excesivo de la carrocería en las curvas y lo mantiene de una forma precisa en la trayectoria que deseamos. La dirección es un punto destacable ya que la ayuda del volante se endurece o se ablanda en función de la velocidad y siempre ofrece la dureza necesaria. También varía dependiendo del modo en el que circulemos: Sport o Eco. La caja de cambios actúa de una manera rápida y precisa, lo que proporciona un empuje muy lineal sin apreciar apenas esas decimas de segundo entre cada salto de marcha. Pero para exprimir los 204 CV recomendamos usar el cambio secuencial y cambiar a nuestro antojo.

Son muchos los sistemas aplicables a la nueva Clase C, algunos de ellos provienen de las clases superiores de Mercedes: desde el asistente de cambio de carril involuntario, el control activo del ángulo muerto, el sistema de freno Pre-Safe con Bas Plus que frena automáticamente el coche si detecta peligro de accidente, o el Distronic Plus que ayuda a mantener la distancia con el coche que nos precede, entre otros. Por desgracia, nuestra unidad de prueba no disponía de ninguna de ellas, por lo tanto ofrecía el equipamiento de serie: control de estabilidad, control de tracción, ABS, airbags laterales de cortina, airbags inteligentes del conductor y acompañante, airbags laterales delanteros, anclajes Isofix en el asiento trasero central y cinturones de seguridad con pretensores en las demás plazas.

Tratándose de un restyling, hay que aplaudir lo que han conseguido en Mercedes. Estéticamente se ha quitado unos pocos años de encima que le sientan, pues como a todos, ¡genial!. Digamos que ahora se cuelga la etiqueta de "para todos los públicos" (los que puedan pagarlo, claro.). El interior, a nuestro parecer, roza el excelente gracias a un nivel de acabado bien cuidado y a la calidad de los materiales empleados. Y su motor de 204 CV junto con un chasis y unas suspensiones bien trabajadas satisfacerán las delicias de casi todo el mundo. Su precio base de 42.000 € (50.000 € nuestra unidad) está más o menos en la media con sus rivales Audi A4 y BMW Serie 3, por lo tanto habrá que centrarse en otros aspectos para decidirnos finalmente en el caso de movernos entre los 3 alemanes como opción de compra.