Como si de un preciado y lujoso reloj de precisión se tratase, Mercedes-Benz escogió la ciudad suiza de Ginebra para presentar la nueva generación del Clase G. De allí nos trasladamos a La Clusaz, en los Alpes franceses, para comprobar una vez más las extraordinarias aptitudes de este coche para circular por montaña. Así es el Clase G: un todoterreno que combina como ningún otro el lujo característico de una berlina de la marca alemana con las mejores prestaciones para hacer TT. Estamos hablando de un 4x4 que después de 33 años en el mercado sigue siendo fiel a su cuadriforme estética y que en esta nueva generación (por llamarlo de algún modo, ya que cambia poco en lo esencial) vuelve a confirmar su carácter imperturbable. Poco mas que un nuevo frontal con luces diurnas tipo LED, un salpicadero rediseñado y la incorporación de nuevos sistemas de asistencia electrónica y de conectividad, han servido para actualizar este TT mítico. Una vez más, distinguir la versión 2012 del último restyling de 2007 o incluso de actualizaciones anteriores, es tarea de expertos o fans del modelo. Y esta es la mejor noticia posible. A pesar de que hace unos años se habló de su posible retirada del mercado, Mercedes-Benz nos demuestra que el G va a continuar sin problemas con su larga historia comercial. PVP: MERCEDES-BENZ G 350 BlueTEC 97.600 € MERCEDES-BENZ G 500 112.700 € MERCEDES-BENZ G 63 AMG 153.800 € MERCEDES-BENZ G 65 AMG 295.000 € MERCEDES-BENZ G 500 Cabrio 113.000 €
Diseño
Si cogemos un Mercedes-Benz G de 1979 y esta última versión, 33 años más tarde, veremos que el G forma parte de aquel reducido grupo de coches que no ha modificado sustancialmente su estética durante décadas. Cierto es que la marca de Stuttgart ha ido introduciendo cambios en la estructura de la carrocería y en la cadena cinemática de este 4x4, y además de forma periódica, año tras año. Pero la base sigue siendo la misma tres décadas después. Se mantienen las formas cuadradas, clásicas, de auténtico TT, un poco en contra de las normas imperantes hoy en día. Es un coche que vive al margen de las modas, que mantiene un frontal un parabrisas muy vertical, un portón con rueda de repuesto incluida, una considerable altura libre y unos excelentes ángulos característicos. El G tiene una razón de ser en el mercado muy concreta: satisfacer a aquellos que buscan un auténtico TT de aspecto robusto, sólido, imponente, en el que todo se ha diseñado en aras de la efectividad en el campo, pero que tampoco quieren renunciar a un interior y un equipamiento selecto, propio de una berlina de lujo. Es claramente un coche que se dirige a un público especializado en el 4x4 o bien que busca algo diferente a lo conocido y sobre todo, cuente con un buen presupuesto. En definitiva, en esta nueva generación sólo cambia el diseño de los retrovisores exteriores y se incorporan como novedad las luces diurnas, que se integran en la parte inferior de la carcasa de los faros. Mercedes ofrece como opción unas nuevas llantas de aleación en diseño bicolor de 18 pulgadas. Las versiones AMG presentan una nueva parrilla y unos nuevos paragolpes con grandes entradas de aire. Estas versiones más deportivas montan pinzas de freno rojas y unas nuevas llantas de aleación de 20 pulgadas.
Habitabilidad
Los cambios más significativos en esta versión 2012 del Clase G están en el interior. Mercedes ha rediseñado el salpicadero, y de forma importante. El tablero de instrumentos y la consola central son nuevos, y derivan de los que podemos ver en otras berlinas de la marca. En el centro del salpicadero se ha colocado una pantalla a color que visualiza todo lo que podemos controlar desde el sistema Comand Online, desde el navegador, pasando por el equipo de música o la conexión a internet. El dial del sistema Comand, que se monta de serie en todos los G 2012, se ha colocado detrás de la palanca del cambio. El nuevo diseño del salpicadero conserva algunas cosas: el asidero del lado del acompañante o los commutadores que sirven para bloquear los tres diferenciales, signos inequívocos de su carácter TT. Estos cambios significativos mejoran la percepción de calidad y refinamiento del interior, que queda al nivel de cualquier berlina de la casa alemana. No obstante, subirse a bordo de este coche te sigue transportando a la época en la que los habitáculos de los todoterreno eran angostos, verticales, con las banquetas en posición muy elevada y de acceso difícil debido a altura de la carrocería. El Mercedes G compensa estas limitaciones propias de su estructura con unas terminaciones y un equipamiento de verdadero lujo. El interior está cargado de detalles que demuestran el mimo con el que Mercedes-Benz fabrica este coche, casi de forma artesanal, desde la factoría de Graz, en Austria.
Mecánica
El Mercedes-Benz Clase G 350 Bluetec, con motor diésel V6 de 211 CV, sigue siendo la versión de acceso a la gama. Este motor se sirve del AdBlue (una solución de urea) para minimizar sus emisiones y cumplir la normativa. También se mantiene la versión G500, con motor de gasolina V8 de 387 CV. Desaparece el G 55 AMG de 507 CV y se sustituye por dos nuevas versiones de carácter deportivo: G63 AMG, con motor gasolina V8 biturbo de 544 CV, y G65 AMG, con un V12 de 612 CV. Este último situa al Mercedes G como el todoterreno de serie más potente del mundo. Las versiones que no son AMG montan de serie el cambio automático 7G-Tronic Plus. Las AMG se sirven de un cambio específico, AMG Speedshift Plus 7G, de tipo doble embrague. Esta gama de motores corresponde a la carrocería larga, de cinco puertas. El G cabrio sólo podrá pedirse con motor G500 de gasolina y 388 CV.
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Comportamiento
Durante la presentación en La Clusaz (Francia) nos subimos a la versión G63 AMG, que nos deleitó con el sonido particular que emiten sus escapes, que salen a media carrocería, delante de las ruedas traseras. No sorprende en absoluto comprobar cómo este motor empuja con contundencia desde muy bajas vueltas, y nos permite conducir el G como si de un deportivo se tratase. No obstante, siempre tenemos que tener presente que la peculiar estructura de este Mercedes, a base de un chasis de largueros y travesaños sobre el que se ancla la carrocería y los dos ejes rígidos, limitan bastante su efectividad en carretera. Aún montando un motor de 544 CV, la deportividad de este coche queda condicionada por el peso del conjunto (en torno a las dos toneladas y media), el alto centro de gravedad, la relativa estrechez de ejes y el equipo de suspensiones diseñado principalmente para la máxima efectividad en off-road. Así, ni la versión más deportiva G 63 AMG puede evitar el balanceo de la carrocería típico de un TT de su condición, de la misma manera que la dirección, aún siendo bastante precisa, queda lejos de la de un SUV de altas prestaciones. Siendo conscientes de estas limitaciones, el Mercedes G es un excelente coche para circular por carretera a buen ritmo y en largos desplazamientos. Es cómodo, está bien insonorizado, rueda fino y los pasajeros disfrutan de una buena vida a bordo. En una zona acotada en las inmediaciones de La Clusaz pudimos comprobar una vez más la mejor característica de este Mercedes: su aptitudes para el todoterreno puro y duro. Para ello, la marca alemana nos cedió un G Professional, la versión más espartana y funcional de la Clase G. Esta versión se ha diseñado básicamente para un uso militar o industrial, y prescinde del equipamiento de lujo del resto de versiones. En una zona bastante trialera pusimos a prueba la rigidez de la carrocería, estiramos su suspensión, cruzamos los ejes rígidos y comprobamos la efectividad de los tres bloqueos de diferencial. Las suspensiones absorben perfectamente; los ejes rígidos nos ayudan a mantener la altura libre (21 cms); los buenos ángulos característicos (36 de ataque y 27 de salida) nos permiten avanzar sin lastimar la carrocería; y los bloqueos hacen que tan sólo con una rueda en contacto con el terreno podamos seguir adelante. No hay ningún otro TT en el mercado que ofrezca esta capacidad de tracción, y esto es lo que sigue manteniendo al Clase G como un TT de enorme prestigio. Sin duda, lo que más nos convence de este 4x4 siguen siendo sus aptitudes para circular por el monte.
Seguridad
La tracción integral permanente es un punto a favor de la seguridad dinámica del Clase G. Pero Mercedes-Benz no ha dudado en equipar la nueva generación con un grupo de sistemas electrónicos que mejoran su estabilidad en carretera y campo, y ayudan a una conducción más segura: - Control de estabilidad ESP con función Hold, que ayuda a arrancar el coche en pendiente. - ABS, ASR y BAS. - Servofreno de emergencia incorporado de serie. - Sistema electrónico de tracción 4ETS - Sistema de control de ángulo muerto (opcional). - Control de crucero Tempomat con regulador de distancia Distronic Plus (opcional) - Sistema de estabilización de remolque. - Ayuda al aparcamiento Parktronic, con cámara de marcha atrás (opcional). - A estos sistemas hay que añadir los airbag de acompañante y conductor, airbag de cortina, reposacabezas activos Neck-Pro o el sistema de sujeción Isofix.
Valoración final
Es curioso comprobar cómo un coche que nació básicamente para un uso militar e industrial, se ha convertido en uno de los todoterrenos más lujosos del mundo. Y es que con el Clase G Mercedes-Benz vende ante todo exclusividad. Es un coche al alcance de pocas personas. La frontera no la marca sólo el precio (casi 100.000 euros la versión más barata) sino la propia filosofía y carácter del coche. El motor diésel de menor potencia, G350 Bluetec, gasta 11,2 l/100km. de media, y las versiones AMG superan los 15 litros. A pesar del cuidado y lujoso interior, la habitabilidad se ve condicionada por las formas de una carrocería de finales del siglo pasado. De la misma manera, su particular estética no resulta del agrado de todo el mundo. En definitiva, es un coche que sobre el papel, no encaja en la mayoría del público. A pesar de ello, el que puede comprar un Mercedes G sabe que tiene en sus manos un coche cómodo y lujoso, que ofrece un buen comportamiento en carretera pero sobre todo, unas excelentes aptitudes para circular por la montaña, diríamos que insuperables. Es un coche que, con 33 años de historia, demuestra que no pasa de moda, y eso también conviene valorarlo.
Caro es pero bonito para mi gusto.es un coche q lleva sin cambiar casi nada por fuera.pero por dentro viene igual o mejor q una clase s.