Desde su nacimiento en 2002, el Murano es un coche con una marcada personalidad y unas formas que no dejan indiferente. En su última renovación por fin adopta una mecánica diésel, lo que amplía considerablemente el público objetivo de un modelo que siempre fue de nicho.
Este crossover de grandes dimensiones ofrece un interior muy amplio, lujoso y equipado "hasta los dientes". Este es probablemente el punto más fuerte del Murano, que ofrece mucho más que sus rivales por un precio muy competitivo.
El motor dCi de cuatro cilindros no es tan sedoso ni potente como los V6 de sus rivales, pero cumple de sobra por prestaciones, consumos y agrado de uso. En este último aspecto tiene mucho que ver el buen funcionamiento de cambio automático de seis velocidades.
Una vez en marcha, es un coche confortable y con un comportamiento aplomado y seguro, sólo penalizado por una dirección con demasiadas vueltas de volante. Eso sí, el Murano no es un todoterreno y no está preparado para salir más allá de una pista forestal.
Diseño exterior
El Murano nació en 2002 y sufrió una profunda renovación en 2009, aunque Nissan no varió un ápice la filosofía de este modelo. El modelo 2011 vuelve a recibir mejoras, que por fuera se aprecian en una nueva parrilla, paragolpes y carenado de los bajos, que consiguen reducir el coeficiente de penetración aerodinámica de 0,37 a 0,34.
Permanecen inalteradas sus generosas dimensiones exteriores, con 4,86 metros de longitud y unos impresionantes 1,88 de anchura. Las afiladas formas del Murano y las enormes llantas de 20 pulgadas le hacen disimular visualmente su tamaño, pero a la hora de aparcar o de entrar en un parking se nota su gigantismo. En este sentido, la cámaras de visión trasera y lateral, cuyas imágenes vemos en la pantalla central -ambas de serie- son de gran ayuda. Los 1970 kilos de peso nos parecen una muy buena cifra en un vehículo de este tamaño y mecánica.
Las atractivas formas del Murano ofrecen un hándicap en su espacio de carga, pues el maletero sólo ofrece 409 litros da capacidad, cifra muy inferior a la de algunos de sus rivales. El portón es automático y esta cifra es fácilmente ampliable hasta más de 1500 litros abatiendo los asientos traseros, operación que puede realizarse con suma facilidad y que deja un espacio de carga completamente plano. Los asientos vuelven a levantarse con un motor eléctrico, que se puede operar con un botón en el propio maletero o con otro al alcance del conductor.
El plano de carga no está muy elevado y hay dos placas metálicas para poder apoyar y arrastrar objetos. Por último, hay toma de corriente, ganchos para fijar la carga, red cubra carga y un pequeño doble fondo con bandeja. La rueda de repuesto es de tipo galleta y viene ya inflada. En su interior aloja el subwoofer del equipo de sonido Bose y a sus lados hay dos huecos para el gato y las herramientas.
Habitabilidad
Lo primero que hay que destacar del Murano es el holgado espacio que ofrece a los pasajeros traseros, por altura, espacio para las piernas y una sorprendente anchura. Además, el suelo es plano, sin un túnel central que moleste al pasajero central. En esa plaza se puede desplegar un amplio reposabrazos. En la parte central hay dos huecos con tapa, pero no mandos de climatización ni siquiera salidas de aireación.
Estamos ante un modelo que transmite calidad en todos sus materiales y acabados. En general, todos los mandos son ergonómicos e intuitivos, muy sencillos de manejar los del equipo de sonido, climatización y control de velocidad de crucero, este último en el volante. Los del navegador, en la parte superior de la consola central, quedan muy a mano, pero los botones de la rosca principal son demasiado pequeños y están muy juntos entre sí. Y, como en todos los coches que optan por esta solución, también criticamos que el mando de las luces comparta palanca con el de la intermitencia.
Tampoco nos han gustado los del ordenador de abordo, en una posición incómoda al lado del cuadro de relojes. La instrumentación es clara y legible, aunque se echa de menos una pantalla de mayor tamaño.
Hay multitud de huecos y guanteras en el habitáculo. Los de la zona de la palanca de cambios son muy prácticos y aprovechan el espacio donde normalmente se encuentra la palanca del freno de mano, que en el Murano se acciona con un pedal con el pie izquierdo.
Ninguna pega en la posición de conducción (cómoda, fácilmente regulable con los múltiples reglajes eléctricos de los amplios y cómodos asientos calefactables) y dominante por la altura del conjunto. La visibilidad es buena en todas las direcciones.
Mecánica
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La gran novedad de la gama 2011 del Murano es este mecánica diésel, que amplía considerablemente el atractivo de este modelo, que tradicionalmente sólo se ha ofrecido con un V6 de gasolina. No es el V6 3.0 de otros modelos de Renault o Infiniti, sino un cuatro cilindros de 2.5 litros con 190 CV y unos buenos 450 Nm de par.
Este bloque es una evolución del 2.5 ya conocido, con culatas de aluminio y un sistema de alimentación más evolucionado. Aunque se le podría pedir un poco más de finura y silencio, estamos ante un motor que cumple satisfactoriamente con su cometido y que se complementa bien con el carácter del Murano.
El 2.5 dCi empuja bien desde las 1.500 revoluciones y sube de vueltas con alegría. El cambio automáticos de seis velocidades es de convertidor de par (no CVT como en el gasolina). Responde con rapidez, tiene unos desarrollos bien escalonados y se puede accionar secuencialmente desde la palanca.
Este tren motriz está asociado a un sistema de tracción a las cuatro ruedas conectable a través de un embrague central con control electrónico. En condiciones normales se reparte toda la potencia a las ruedas delanteras y se reparte un porcentaje a las traseras cuando aquellas pierden adherencia. Hay un botón para bloquear este reparto al 50% que sólo funciona hasta los 80 km/h y que es de buena ayuda en situaciones de escaso agarre, como el barro o la nieve.
Las prestaciones de este Murano son más que decentes: 196 km/h de velocidad máxina y 10,5 segundos en el 0-100. En cuanto a los consumos, la marca declara 8 litros/100 km (210 gramos de CO2 por kilómetro) de media, que en condiciones reales suben hasta los 9,5 litros en conducción normal, una cifra buena para un coche de este tamaño, potencia y peso.
Comportamiento
Sólo le pediríamos a Nissan una dirección más directa para el Murano, con menos vueltas de volante entre topes. Porue todo lo demás nos ha gustado mucho. En general, este modelo disimula bien su peso y transmite agilidad de reacciones. Las suspensiones son cómodas y no permiten grandes movimientos de la carrocería al acelerar, frenar o tomar curvas. Esto, unido al buen aislamiento general del habitáculo, hace del Murano un coche muy confortable en carreteras de todo tipo.
Eso sí, hay que estar atento a los asfaltos muy rotos por el bajo perfil de los neumáticos. Por esto y por la baja altura libre al suelo (165 mm, una altura inferior a la de la versión de gasolina) hay que ser muy cuidadoso a la hora de salir del asfalto. El Murano no es un todoterreno, aunque sus sistema de tracción nos ayude a circular por firmes poco adherentes.
Las ayudas electrónicas (control de tracción y de estabilidad) funcionan correctamente, entrando en acción cuando realmente son necesarias. En cuanto a los frenos, están bien por potencia aunque acusan cierta fatiga en un uso muy intensivo.
Seguridad
Todos los Murano equipan de serie 8 airbag, ABS con repartidor electrónico y servofreno de emergencia, control de tracción y de estabilidad, y faros de xenón. Sorprendentemente, no hay test EuroNcap de este modelo, aunque conociendo el buen hacer de Nissan-Renault en este apartado y las características de este Murano, lo más normal es que sacara una muy buena nota.
En cuanto al resto del equipamiento de serie, la versión probada (Tekna Premium, tope de gama) ofrece una dotación superior a la de la mayoría de sus rivales por precio. Tapicería de cuero, asientos eléctricos y calefactables, techo panorámico, navegador, cámaras de visión exterior, equipo de sonido Bosé, climatizador bizona... Casi todo es de serie en este Murano, que sólo ofrece como opción la pintura perlada (800 euros) y el sistema de entretenimiento trasero con DVD (1.100 euros).
Valoración
Por 50.950 euros Nissan ofrece un Crossover muy lujoso, equipado y original. No ofrece las posibilidades todoterreno de la mayoría de sus rivales -que también suelen montar mecánicas V6- pero es un modelo con un interior muy amplio y bien rematado, y ese rodar confortable y seguro que se espera de un vehículo de esta gama. A todo esto el Murano suma el encanto de sus elegantes formas y, como decíamos, una relación precio-equipamento prácticamente imbatible.
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los mecanicos en bucaramanga para reparar una nissan murano no saben son unosLADRONES es tratando de adivinar que tiene llevo gastado 5 millones y no an acho nada y la lleve ala nisan y me dijeron que tenia que cambiarle un monton de partes pero no aseguraban que prendiera son unos ladrones los japóneses deberian mandar personas japonesas para arreglar los nissan y dejar de contratar ladrones de mi parte no vuelvo a comprar un nissan y a mis amigos que tienen nissan les voy a decir nunca mas una marca ladrona o contratan un mecanico bueno o no pongan taller
#54 solucionaste tu problema amigo?