Opel Mokka Contacto: Entre Corsa y Astra con un toque SUV

Opel es la primera marca alemana que se decide a competir en el mundo de los crossover del segmento B, coches a medio camino entre un SUV y un turismo convencional.

El Mokka, con una longitud de 4,28 metros se sitúa, por tamaño y ambiciones, a medio camino entre los Nissan Juke y Qashqai, las referencias en los segmentos B y C de la categoría crossover pese a que Opel sólo cita al primero de ellos como rival directo junto al Skoda Yeti y al Mitsubishi ASX.

Disponible con tres motores diferentes, dos de gasolina y uno diésel, este nuevo Opel podrá adquirirse tanto con cambio manual como automático y con tracción delantera o 4x4. Esta última es de tipo electrónico y funciona sin intervención del conductor como en la gran mayoría de SUV modernos.

En nuestra toma de contacto, en el norte de Alemania, pudimos comprobar que se trata de un coche 100% asfáltico pensado como alternativa a los polivalentes convencionales del segmento B más equipados frente a los que ofrece una mayor habitabilidad y una polivalencia de uso más elevada a cambio de un precio también más alto. El Mokka puede reservarse ya en toda la red de concesionarios Opel y las primeras unidades se entregarán en el mes de noviembre.

PVP: OPEL Mokka 1.6 Expression 18.120 € OPEL Mokka 1.4 Turbo Selective 4x4 23.140 € OPEL Mokka 1.4 Turbo Excellence 4x4 25.090 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Selective 21.915 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Selective Active Select 23.190 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Selective 4x4 24.475 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Excellence 23.860 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Excellence Active Select 25.090 € OPEL Mokka 1.7 CDTi Excellence 4x4 26.420 €

Opel califica al Mokka como un SUV del segmento B. Sus rivales serían, por tanto, el Nissan Juke, el coche que se auto-atribuye la inauguración de dicho segmento, así como una serie de modelos que ya estaban en el mercado pero cuyo nivel de ventas es testimonial como el Suzuki SX4 y su gemelo, el Fiat Sedici, e incluso el Kia Soul a pesar de que este último es un coche de sólo dos ruedas motrices o el Mini Countryman pese a las pretensiones claramente premium de éste último. Por tamaño, sin embargo, el Mokka está a medio camino entre el segmento B y el segmento C. No en balde, mide 4,28 metros de largo, una longitud que le aleja de los mencionados Soul (4,12), Juke (4,13) y SX4 (4,15) y le acerca más a coches considerados como SUV o crossover de segmento C como el Skoda Yeti (4,22), al que supera en longitud, el Mitsubishi ASX (4,29), o el Nissan Qashqai (4,33), auténtico dominador de este segmento desde su aparición hace ya casi cinco años.

Como además, este Opel sólo utiliza los motores más potentes disponibles en las gamas Corsa y Meriva, su posicionamiento le permitirá seducir tanto al que quiere un Juke o similar pero lo encuentra pequeño y con poco maletero hasta aquel que se había fijado en un Qashqai o un ASX y se le van de presupuesto. Eso, sin contar con que el modelo de acceso a la gama, el 1.6 de gasolina 4x2, lamentablemente muy poco equipado -no lleva ni aire acondicionado ni radio- podría quitar alguna venta, por precio, al Dacia Duster.

En cualquier caso, Opel, que asegura que ha recibido ya casi 40.000 pedidos en toda Europa, lo venderá en una completa gama de motores y acabados y tanto en versiones 4x4 como 4x2. La variante diésel es la que tiene la oferta más amplia (está disponible con caja manual o automática en versión 4x2 y con cambio manual en 4x4 con dos acabados distintos) y la que, según los cálculos de la marca, acumulará el 80% de los pedidos. Los gasolina son versiones únicas; sólo 4x2 en el caso del 1.6 de acceso y sólo 4x4 en el caso del 1.4 Turbo de 140 CV que, más adelante, llegará también con caja automática.

El nuevo Opel SUV se venderá en nuestro mercado con dos mecánicas de gasolina y una diésel, todas ellas ya conocidas en otros modelos de la marca. La mecánica básica de gasolina, un 1.6 multiválvula de 115 CV está pensada como versión de acceso pero sus ventas serán casi nulas. La marca prevé que sólo un 1% de los Mokka vendidos en España correspondan a esta motorización. Disponible sólo en dos ruedas motrices y con cambio manual, obligará a montar, con sobreprecio, radio CD y aire acondicionado por lo que perderá parte de su posible atractivo a nivel de precio.

La opción más razonable de gasolina es el 1.4 Turbo de 140 CV. Se trata de un motor que ya nos gustó en el Astra y que parece haber encontrado en el Mokka su emplazamiento ideal. Se trata de un motor alegre, con la buena elasticidad propia de los turbo y capaz de mover con solvencia a este pequeño todocamino. Tiene un consumo razonable y un agrado de utilización muy notable que se combina con el buen funcionamiento de la caja de cambios de seis marchas manual.

Esta versión sólo está disponible con tracción 4x4 y cambio manual aunque puede elegirse tanto en el acabado intermedio Selective como en el más completo Excellence. Sin duda es una opción a tener en cuenta tanto para los amantes de los motores de gasolina como para aquellos que no vayan a hacer muchos kilómetros con su Mokka.

La variante diésel existe en los dos acabados superiores, con tracción delantera o integral y con cambio manual o automático aunque la combinación de tracción total y cambio automático no está disponible. Este motor es interesante por su buen rendimiento y su ajustado consumo aunque a igualdad de equipamiento, preferimos el gasolina por su superior suavidad y su nivel sonoro inferior. Además, para amortizar la diferencia de precio (unos 1.350 euros), habrá que hacer bastantes kilómetros.

El Mokka tiene un tamaño propio de un compacto del segmento C y una habitabilidad en consecuencia. Delante, conductor y acompañante van cómodos y bien sentados, especialmente si se montan los asientos AGR (de serie en los Excellence) certificados por un instituto alemán que vela por la corrección postural al conducir y en otros ámbitos de la vida cotidiana.

Detrás, el espacio es razonable, aunque por anchura, el ocupante de la plaza central no estará muy cómodo. El espacio para las piernas es correcto y la banqueta trasera no es ni deslizante ni dispone de respaldo reclinable.

El maletero, por su parte, tiene una capacidad de 362 litros, que le sitúa en la media del segmento C. Si abatimos los asientos traseros, partidos en proporción 60/40, el espacio utilizable alcanza los 785 litros medidos a ras de los cristales traseros y 1.372 si aprovechamos toda la capacidad interior hasta el techo.

El equipamiento varía en función del acabado. El básico Expression es eso, básico mientras que el Selective está en un buen término medio y el Excellence es muy completo. Opel ofrece opcionalmente algunos equipamientos poco habituales en este tipo de coches como la segunda generación del Opel Eye que incluye reconocimiento de señales de tráfico, sistema de advertencia de abandono involuntario de carril y aviso de pre-colisión. También puede montar faros de xenón con haz adaptativo -se ensancha y estrecha y acorta o alarga en función de la velocidad, el giro realizado y el tipo de vía-, asientos y volante calefactables y cámara de visión trasera con sensores de aparcamiento. No dispone, sin embargo, de la función de asistencia al aparcamiento que mueve el volante sin intervención del conductor.

El equipamiento de seguridad, por su parte, es muy completo con airbags frontales, laterales y de techo y un completo sistema de control dinámico que incluye los controles de estabilidad convencional y en curva, el de tracción, el asistente de arrancada en pendiente y un control de descensos. Todas las versiones, incluida la 1.6 Expression disponen de todos estos elementos.

Sentados al volante, el coche transmite una cierta sensación de calidad aunque los materiales son duros. El diseño interior no se diferencia del de otros modelos de la marca y es funcional pero sin alardes. Dispone de hasta 19 huecos para dejar objetos, incluida una guantera doble delante del pasajero -la inferior refrigerada en algunos acabados- y de la típica consola de la marca sobre la que Opel y un servidor no nos pondremos de acuerdo. La marca sostiene que un salpicadero no es un iPad y que, por tanto, no debe tener un sólo botón que realice todas las funciones, al estilo de los interfaces adoptados por marcas como BMW, Audi, Peugeot o Ford, por ejemplo. Opel mantiene que una consola con múltiples botones, aunque toque aprenderse la posición de cada uno, es más intuitiva.

A mi me parece que hay demasiados botones y que cada vez que queremos modificar algo tenemos que apartar en exceso la vista de la carretera. Tal vez si el coche es el de uno y no simplemente un coche de pruebas , la cosa mejore pero considero que hay demasiadas teclas en la consola por más que Opel nos recuerde que las de uso más habitual están a la izquierda y las más ocasionales a la derecha.

En marcha, pudimos comprobar que el Mokka es un coche 100% de asfalto. Su altura respecto al suelo, de apenas 15,4 cm es ligeramente superior a la de un turismo pero no es, ni de lejos, la de un SUV, que suelen circular a entre 18 y 20 cm del asfalto. La marca, además, ha buscado un notable dinamismo de marcha para lo que ha elegido tarados de suspensión relativamente firmes. Con ello y con las llantas de aleación de 18 pulgadas de las versiones más equipadas, las aptitudes todoterreno quedan muy limitadas. El Mokka de dos ruedas motrices es mejor que no abandone el asfalto pero incluso el 4x4 es un coche de vocación claramente asfáltica.

Lo comprobamos en una playa del Mar del Norte donde Opel nos invitó a meter el coche. Sobre suelo irregular, el coche rebota bastante -prueba de que la suspensión es dura y con recorridos mínimos- y en la superación de pequeños obstáculos, siempre temeremos dañar los bajos o los parachoques. El sistema de tracción integral funciona bien y se nota que reparte el par pero al no poder bloquearlo es desaconsejable buscarse problemas.

El sistema 4x4 es el habitual en este tipo de coches. Dispone de un diferencial trasero gobernado por un embrague de láminas en baño de aceite que transfiere par al eje trasero cuando detecta que las ruedas delanteras están a punto de patinar. Para detectarlo, se basa en el trabajo de diferentes sensores que miden el giro del volante, la adherencia de las ruedas, el ángulo de guiñada y la velocidad del coche y una vez detecta problemas de tracción, pasa parte de la potencia a las ruedas traseras que pueden llegar a asumir hasta el 50% del par. El coche no dispone de ningún tipo de bloqueo central que mantenga estable ese reparto de par a voluntad del conductor. Dinámicamente, el Mokka nos gustó. Tiene un andar estable y seguro, pese a su relativa estrechez y a ser un coche alto. La sensación es la de estar conduciendo un coche más grande, lo que dice mucho en favor de un chasis que es una especie de puzzle. La plataforma es nueva pero aprovecha piezas del Zafira Tourer, del Meriva o del Astra. Los frenos, por ejemplo, son los del Zafira con lo que la frenada es potente aunque el tacto de pedal sea algo raro, con una primera fase de recorrido en la que el coche frena menos de lo esperado.

La dirección, por su parte, es muy precisa aunque poco informativa, como todas las de tipo eléctrico. Se trata de una dirección de nuevo cuño, al igual que el subchasis delantero y el eje posterior, tanto para las versiones de dos ruedas motrices como para las 4x4 que, lógicamente, llevan uno con el diferencial incorporado. La asistencia de dirección cambia en los modelos 4x4 aunque la diferencia es muy poca.

El Opel Mokka forma parte de un proyecto global de General Motors para fabricar un modelo SUV del segmento B. Además de bajo marca Opel en Europa, este modelo ya se comercializa en Estados Unidos y China bajo el nombre de Buick Encore y como proyecto global que es se venderá también bajo otras tres marcas; Vauxhall en Gran Bretaña, Holden en Australia, y Chevrolet en todo el mundo. La versión Chevrolet, idéntica a nivel mecánico, se comercializará también en España bajo el nombre de Trax. El Mokka europeo se fabrica en Corea del Sur.

Opel prevé vender unas 80.000 unidades en Europa en un año completo y espera que el mercado alemán, el ruso y el italiano sean los más receptivos. En España, las expectativas son modestas, con 3.000 unidades previstas para 2013. En nuestro mercado, Opel prevé vender un 80% de versiones diésel, un 85% de tracción delantera y un 95% con cambio manual. La marca asegura tener ya más de 40.000 peticiones en firme, 1.000 de ellas en España por lo que las cifras anunciadas parecen fáciles de alcanzar. Y más teniendo en cuenta que el de los SUV del segmento B es de los pocos que crecen en el mercado continental. Opel ha anunciado para más adelante más motores para el Mokka incluyendo, seguramente, un diésel de menor potencia para poder rebajar el precio de acceso a los Mokka de gasoil.