El Peugeot iOn que tuvimos ocasión de probar no es el definitivo. Es un preserie al que le faltan mínimos detalles para alcanzar la condición de versión de calle. Pasa lo mismo que con el precio, que aunque todavía no hay confirmación oficial, al 95% será de 35.000 euros. Pero si descontamos los 6.000 provenientes de la subvención del Gobierno se quedará en 29.000 euros.
Las primeras unidades del iOn está previsto que lleguen en el mes de diciembre e irán, sobre todo, destinadas a empresas y administraciones, bien mediante un contrato de leasing, que según la marca francesa no superará los 500 euros mensuales, bien como venta final. También sostienen en Peugeot que no tendrían inconveniente en realizar ventas a particulares si alguien lo demandara; aunque, al menos, en esta primera etapa no parece que se vayan a dar muchos casos. Primero porque posiblemente no haya mucha gente dispuesta a pagar casi 30.000 euros por un vehículo cuya utilización, hoy por hoy, tiene más contras que pros y segundo porque a Peugeot le interesa un perfil de conductor consciente de lo que significa un coche eléctrico para empezar con buen pie un proyecto al que le queda mucho camino que recorrer. En cualquier caso los propietarios del iOn lo serán también automáticamente de la tarjeta que da acceso al programa de movilidad MU by Peugeot y también se beneficiarán del Peugeot Connect.
Diseño exterior
Aparentemente el iOn podría pasar por un pequeño utilitario más, aunque realmente también tiene particularidades estéticas. Para empezar cuenta con tapa de "depósito" a ambos lados de la carrocería, y es que en uno esconde la toma de corriente para un enchufe convencional mientras que en el otro está la reservada para una conexión trifásica. Por otro lado, el capó, reducido a la mínima expresión, cede protagonismo al paragolpes donde se inicia una línea con tendencia elíptica que continúa hacia el parabrisas definiendo la forma del conjunto del vehículo y cuyo objetivo es ofrecer la menor resistencia al viento posible teniendo en cuenta que el espacio interior debe estar habilitado para poder alojar a cuatro adultos, como de hecho ocurre.
Habitabilidad
El interior del Peugeot iOn es más espacioso de lo que cabría esperar por sus 3,48 metros de largo, pero los 2,55 metros de batalla le proporcionan un habitáculo amplio para un coche de su tamaño. Y si bien el maletero es reducido, la posibilidad de abatir los respaldos de los asientos posteriores supone un respiro cuando se necesita ampliar la capacidad de carga. Siempre y cuando se pueda prescindir de utilizar estas plazas, claro está. Los acabados correctos. Al igual que los materiales empleados. Eso sí, los espejos retrovisores tenían regulación eléctrica y tampoco faltaban los airbag, ni los elevalunas eléctricos, ni el climatizador... incluso equipaba navegador.
Mecánica
El motor del iOn desarrolla 64 CV y ofrece un par máximo de 180 Nm que está disponible desde 0 hasta 2.000 rpm. Tarda 15 segundos en alcanzar los 100 km/h partiendo de 0 y su velocidad máxima es de 130 km/h. El motor se alimenta de la electricidad acumulada en las baterías de ion-litio que lleva instaladas bajo el piso del maletero, razón por la cual en lugar de rueda de repuesto se ofrece un kit reparapinchazos. Estas baterías están compuestas por pequeñas celdas formadas por 4 ú 8 cédulas cada una, lo que permite mayor capacidad de ajuste al hueco de elementos mecánicos. Por otro lado, carecen de efecto memoria y en una toma de corriente convencional de 220 V se recargan en seis horas. Tiempo que se reduce a solo 30 minutos si para la recarga se utiliza un enchufe trifásico. Aunque entonces la capacidad máxima de recarga se queda en un 80% para evitar un sobrecalentamiento de las baterías. En cuanto a la autonomía dicen en Peugeot que puede llegar a 130 km, pero ésta es una cifra que dista bastante de la que pudimos ver reflejada en el ordenador de abordo, 54 km, con las baterías a plena carga o casi. A este respecto hay que tener en cuenta que el sistema de climatización también necesita alimentarse de la energía procedente de la batería.
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Comportamiento
Poco más que dar la vuelta a la manzana fue lo que pudimos recorrer a los mandos del Peugeot iOn. No fue mucho, pero suficiente para poder tener unas primeras impresiones sobre el eléctrico de la marca francesa. Además, ya habíamos probado el Mitsubishi i-Miev que, al fin y al cabo, son gemelos. Nos falta el Citroën C-Zero, el eléctrico de Citroën, clon de los anteriores, cuyo lanzamiento está previsto para el primer trimestre de 2011. Y es que los tres son fruto del acuerdo entre el Grupo PSA (Peugeot-Citroën) y Mitsubishi. Cuando se arranca por primera vez un vehículo eléctrico lo que más llama la atención es la ausencia de ruido, el silencio es total, y tampoco se perciben vibraciones, de modo que se sabe que está preparado para iniciar la marcha porque así se indica en el cuadro de instrumentos. La palanca de cambios se puede situar en distintas posiciones para avanzar. Aparte de la R de marcha atrás y de la D que equivale al modo automático "normal", hay otras dos opciones: ECO cuando queremos practicar una conducción en la que prime la eficiencia y B si lo que buscamos es aprovechar al máximo la regeneración de la energía cinética producida en las deceleraciones y en las frenadas para recargar la batería. Una vez que pisamos el acelerador la respuesta del iOn no se hace esperar y se mantiene sin titubeos prácticamente a lo largo de todo el régimen de giro del motor. La dirección tiene un tacto suave que facilita las maniobras. Bueno, se puede decir la que suavidad es una dominante en los vehículos eléctricos.
Seguridad
El equipamiento en seguridad del iOn no solo no difiere del que puede llevar un utilitario de los que actualmente hay en el mercado sino que esta por encima de la mayoría, salvo que se trate de las versiones superiores. Así cuenta con airbags frontales para el conductor y el pasajero, airbags laterales y de cortina para las plazas delanteras y traseras, ABS con repartidor electrónico de la frenada, control de tracción, asistente de frenado y ESP.
Valoración
Si la autonomía no fuera tan limitada, si abundaran las estaciones de recarga y ésta pudiera completarse en bastante menos tiempo de las seis horas que ahora se necesitan si se enchufa a una toma convencional de 220 V, si el precio tampoco fuera un inconveniente, los vehículos eléctricos como el iOn serían los ideales para moverse por ciudad y otros recorridos cortos. Pero hoy por hoy, nos guste o no, son vehículos caros y poco prácticos.
No existe un interés en cambiar a los coches de electricidad, por eso son caros para que no se cambie. Se podría haber cambiado hace 30 años pero se paro la venta en EEUU. Primero se quieren repartir el pastel los mismos de siempre.