Máxima funcionalidad
Movilidad para familias a buen precio. Este es el objetivo que se ha planteado Skoda con el lanzamiento del Rapid, una berlina compacta que se sitúa a medio camino entre el Skoda Fabia y el nuevo Skoda Octavia. Es un coche que tiene un tamaño bastante contenido, aunque no lo parezca (4,48 metros de longitud) y esto resulta ventajoso para la utilización del coche en ciudad. Aunque su principal virtud es el espacio interior, especialmente amplio en las plazas traseras y sobre todo en el maletero, que con 550 litros se sitúa como el mejor de su segmento.
Tamaño contenido y buena habitabilidad. Son dos conceptos en teoría antagónicos que Skoda ha sabido resolver con eficacia en el Rapid. Junto con el Seat Toledo, con el que comparte plataforma, se presenta como una de las grandes alternativas en vehículos familiares en torno a los 20.000 euros. Le hacen la competencia el Citroën C-Elysée, el que más se le parece en cuanto a concepto de coche familiar low cost, y compactos de 5 puertas como el Chevrolet Cruze o el Opel Astra, entre otros, que se le acercan en tamaño.
¿Qué es lo que ofrece de diferente el Skoda Rapid respecto a todos ellos? Pues básicamente un diseño a medio camino entre lo que se entiende por una berlina de tres volúmenes y un compacto de 5 puertas. Su plataforma es la misma que monta el Skoda Fabia o el Seat Ibiza, que se ha alargado convenientemente, dándole mayor batalla. Esto permite su buena habitabilidad interior y gran capacidad de carga. Por otro lado, cuenta con muchas soluciones prácticas para hacer agradable el uso del coche a diario y en familia, algo a lo que no todas las marcas prestan una especial atención.
Formas sobrias
El Skoda Rapid no es un coche que despierte pasión por su diseño, pero a cambio sabemos que en su construcción se ha tomado como premisa la funcionalidad y la durabilidad, y estos son aspectos cada día más valorados por aquellas personas que cuentan con un presupuesto medio, tienen grandes necesidades de transporte y buscan simplemente un coche para desplazarse de una forma cómoda, sin lujos innecesarios y con seguridad.
Si colocas un Seat Toledo al lado del Skoda Rapid verás que prácticamente son idénticos. Ambos coches lucen en sus carrocerías unas formas proporcionadas, simples y funcionales. El Skoda tiene un frontal diferente, similar al del nuevo Skoda Octavia o el Skoda Superb. En este frontal destaca el nuevo logo de la marca checa, que representa a todos los modelos que incluyen esta nueva línea de diseño.
Visto de perfil vemos esa línea de berlina clásica, similar a la del Octavia, mientras que en la zaga podemos comprobar rápidamente que se trata de un Skoda por las características ópticas con grafismo en forma de C. Al abrir el portón del maletero, sorprende la capacidad de carga, que es de 550 litros con la segunda fila operativa y 1.490 con los respaldos traseros plegados, la mejor de su segmento. Tiene casi la capacidad de carga del maletero del Octavia, y eso que el coche mide 17 centímetros menos.
Interior familiar
Este diseño limpio, de líneas claras y ligeramente rectilíneas, también se ha trasladado al interior. El salpicadero resulta familiar, ya que algunos elementos son compartidos con otros modelos del grupo Volkswagen, como los pulsadores del volante multifunción, el mando de luces o el display entre los relojes, entre otros detalles.
En este salpicadero abunda el plástico, de tacto bastante duro y aspecto sencillo, pero bien ajustado. El diseño en general es sobrio, hay pocos grafismos digitales y el equipamiento es bastante simple, al menos en la unidad de pruebas que nos dejó la marca, con acabado Active.
Un Citroën C-Elysée, por ejemplo, tiene un salpicadero más atractivo a primer golpe de vista, aunque el manejo de todos los mandos no resulta tan intuitivo o práctico como el del Rapid, como podéis leer en esta prueba. Aunque hay algunas excepciones: Seguramente con el objetivo de rebajar costes, en el Rapid sólo hay mandos de los elevalunas traseros en las plazas traseras, pero no en la puerta del conductor. Esto es poco práctico si acostumbras a viajar con niños y éstos se dejan las ventanillas a medio bajar, por ejemplo, ya que te ves obligado a bajar del coche para cerrarlas, como si estos elevalunas fuesen de manivela.
Por el contrario, hay buenos detalles como los generosos huecos de la consola central, la enorme guantera que sirve de apoyabrazos o prácticas soluciones como el portaetiquetas de la luneta y el soporte para el chaleco de emergencia bajo el asiento del conductor, entre otros.
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Las plazas traseras ofrecen un buen espacio para las piernas y una correcta altura al techo, suficiente para que viajen tres adultos. El túnel de transmisión en el piso es muy intrusivo, y condiciona el confort del pasajero que viaje en el asiento central. Los cabezales son ajustables, y la visibilidad hacia el entorno es buena. Es un buen coche para viajar.
Poco equipamiento, pero cambio DSG
El equipamiento en general del Skoda Rapid es sencillo, sobre todo en el acabado básico Active, ya que el coche trae de serie aire acondicionado (sólo disponible en el acabado tope, el Elegance), la columna de dirección solo es regulable en longitud y el volante multifunción es una opción que cuesta 415 euros, por ejemplo.
En el listado de opciones se encuentra a faltar una tapicería integral en cuero y algunos de los accesorios disponibles, como la alfombrilla reversible del maletero, hay que pagarlos aparte. No obstante, esto es lo que permite, con el motor de gasolina 1.4 TSI de 122 CV como el que hemos probado, que el coche tenga un precio de tarifa en torno a los 20.000 euros, a los que hay que restar posibles promociones.
Un coche como el Skoda Rapid está pensado para trasladar a una familia de forma cómoda, correcta y económica. No podemos esperar grandes prestaciones teniendo en cuenta la filosofía práctica y funcional que le ha dado vida. Pero si conduces una versión con el motor de gasolina de 122 CV acompañada de un cambio automático DSG, la impresión que te llevas es más positiva de lo que te esperas.
Estos motores de gasolina del grupo Volkswagen se caracterizan por su finura y silencio de funcionamiento, que hacen muy agradable la conducción. Es el mismo motor que podemos ver montado en el Volkswagen Jetta, la versión básica del Volkswagen Passat y por supuesto, en el Seat Toledo. Los 122 CV que ofrece son suficientes para este Skoda, y sólo encontraremos a faltar algo de potencia si nos planteamos subir un puerto de montaña a ritmo vivo y vamos cargados.
Este motor, junto con el diésel de 90 CV, es el único que puede montar un cambio automático DSG de 7 velocidades. Este cambio es todo un lujo en un coche de su precio, y aporta una mejora en su comportamiento dinámico más que notable. Funciona de forma suave y rápida, y agiliza el avance del coche a bajas vueltas. Cuando se trata de una versión con motor de gasolina, estas ventajas son todavía más evidentes. Este DSG puede accionarse de forma secuencial, aunque sólo a través del pomo (no hay levas) e incluso disponemos de una posición Sport para una mayor rapidez de funcionamiento. Hace unos años sería inimaginable encontrar un cambio automático con esta efectividad en un coche de este segmento, y creo que es algo que creo que debes aprovechar si estás pensando en un Rapid como tu próxima adquisición.
Fácil adaptación
El Rapid se conduce de forma fácil e intuitiva. La carrocería balancea poco en las curvas, aunque el coche se comporta de forma un tanto perezosa a la hora de entrar en los virajes, debido en parte a la dirección, que ofrece un buen guiado pero que también está bastante desmultiplicada.
Las llantas de serie de 15 pulgadas con neumáticos 185/60 R15, de perfil más bien alto, contribuyen a absorber las irregularidades de la calzada. Las suspensiones también amortiguan correctamente, aunque se comportan de forma un tanto seca si viajas de vacío.
El Skoda Rapid con este motor de gasolina de 122 CV no bebe demasiado: durante la prueba gastó 6,7 l/100km. de media, y llegamos a ver en el ordenador de a bordo 4,5 l/100 de media en carretera. Por lo tanto, se convierte en una buena alternativa a la versión diésel 1.6 TDI de 105 CV. Gasta un poco más, pero tiene un funcionamiento más refinado y algo más de potencia, a un precio similar.
Si...mercedes monta motores renault-dacia...ves un clase equipado a tope...y resulta que abres el capod...el motor esta envuelto en tapas...y hay debajo se esconde un motor de una dacia duster1.5 .o renault kangoo...etc...estafa..