De todoterreno a SUV
El Suzuki Vitara fue uno de los todoterrenos más interesantes cuando llegó al mercado hace ya un buen puñado de años (1988). Las notables capacidades todoterreno, junto con un chasis y una suspensión muy buenos para la época, lograron que este 4x4 vendiera más de 1 millón de unidades durante los primeros nueve años.
Más de 25 años después del lanzamiento de la primera generación el Suzuki Vitara vuelve a entrar en escena. Pero en esta ocasión en formato SUV utilitario. Atrás quedan los años de gloria de aquél pequeño TT que tanto nos gustaba a algunos.
Hoy tengo el placer de traeros la prueba de la variante más “deportiva” del Vitara, la última en presentarse. El acabado Vitara S llega para situarse en lo más alto de la gama en cuanto a equipamiento, pero también lo hace por motor.
Esta versión monta el pequeño motor de gasolina turboalimentado de 1.4 litros de cilindrada y 140 CV de potencia. Se trata de una mecánica de baja cilindrada que, sobre el papel, debe mejorar las capacidades de la otra variante de gasolina disponible para el Vitara. Hablo del 1.6 VVT de 120 CV atmosférico, un propulsor que ya probó mi compañero Jaume Gustems en la videoprueba del Suzuki Vitara, al que, sinceramente, creo que le faltaba un poco de “chicha”.
La cosa pinta bien. Pero vayamos por pasos.
Código de vestimenta: sport-casual
No sólo es motor y equipamiento lo que reluce en el Vitara S, sino que además se nos propone un aspecto exterior ligeramente retocado para añadirle un toque deportivo al conjunto. Lo más destacable es la nueva parrilla frontal con seis lamas verticales cromadas que sustituye al esquema horizontal que montan el resto de gama.
También son exclusivas las llantas de 17 pulgadas en color negro y los retrovisores exteriores acabados en plata satín con los intermitentes integrados, así como el aro en rojo que estiliza los proyectores de tipo LED correspondientes a las luces de cruce. Como equipamiento de serie, además, se incluyen los cristales oscurecidos y el pequeño spoiler del techo.
El cliente tiene a su merced un total de seis colores para la carrocería, algunos más vistosos que otros, y hasta la opción de elegir una tonalidad bicolor con el techo en contraste.
Sus 4,17 metros de longitud quedan bien rematados por unos protectores en los bajos bien integrados que le añaden un poco de robustez al conjunto. No da la impresión que sean excesivamente duros pero cumplen la función de proteger un poco más los bajos ante algún chinazo o rozadura.
El interior del Vitara es bastante sencillo y apenas innova en su diseño. Tampoco destaca por ofrecer gran calidad en sus materiales y ajustes, es más bien una sensación de que las cosas se han hecho bien, pero podrían haber sido mejores. Todo el salpicadero y las puertas (a excepción de la zona del asidero) está confeccionado con plásticos duros, algo habitual en este segmento, y sólo el volante y la palanca del cambio están forrados en cuero con costuras en rojo.
La misma tonalidad roja la podemos encontrar haciendo de contraste en los marcos de los aireadores del aire, en el reloj central, en los aros del cuadro de instrumentos, así como en los asientos delanteros y traseros acabados en cuero y tela. Unos asientos que, por cierto, brillan por su estupenda forma ergonómica capaz de sujetar muy bien el cuerpo y ofrecer un nivel de confort bastante agradable. Además, cuentan con calefacción.
También como equipamiento de serie se ofrecen los pedales deportivos de aluminio, el sistema de infoentretenimiento con la pantalla táctil de 7 pulgadas, navegación y conexión de smartphone, un equipo de audio con 6 altavoces, cámara de visión trasera, elevalunas eléctricos, arranque por botón, climatizador automático, control de velocidad adaptativo, limitador de velocidad, volante multifunción, sensor de luces y lluvia o retrovisores exteriores eléctricos, entre otros. Un coche que viene, repito, de serie, muy bien equipado.
Obviamente no presenta cambios en lo que a las cotas interiores se refiere. La habitabilidad es bastante buena para los ocupantes de las plazas delanteras y algo más justa para los pasajeros de la segunda fila, aunque podría situarse entre los mejores de su categoría. En este aspecto queda penalizado ligeramente por la distancia para las rodillas, aunque dos adultos de estatura media podrán viajar bien sin problemas. La plaza central, como era de esperar, queda reservada para un uso esporádico, ya que tanto el túnel de transmisión como el cofre central molestan bastante.
El maletero, con 375 litros, es de los grandes de entre los B-SUV. Además, garantiza el poder distribuir bien la carga gracias a sus formas cúbicas y a los dos huecos laterales para depositar pequeños objetos. Si queremos más espacio se pueden abatir los respaldos en proporción 60/40, aunque no quedan totalmente planos con el suelo del maletero. También cuenta con un piso ajustable en dos posiciones que puede enrasarse con la boca de carga para facilitar la operación de carga. Bajo éste encontramos un kit reparapinchazos.
La gran novedad es su motor
Hasta la fecha el cliente sólo podía optar por la mecánica de gasolina atmosférica de 1.6 litros y 120 CV de potencia. Se trata de un motor que cumple bastante bien con su cometido pero que, a su vez, se muestra un poco perezoso a bajas vueltas. Ahora, además de la nueva variante diésel 1.6 de 120 CV que abre el abanico de posibles compradores, se añade la nueva mecánica 1.4 turbo de 140 CV para el Vitara S.
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Tan sólo hace falta emprender la marcha para darse cuenta de las grandes posibilidades de este motor de baja cilindrada. Los 220 Nm de par máximo los ofrece entre las 1.500 y las 4.000 rpm supliendo así la falta de empuje del motor de gasolina atmosférico de las versiones convencionales.
Sube bien de vueltas y muestra todo su potencial en la zona media del cuentarrevoluciones, aunque también pueden estirarse las marchas hasta prácticamente las 6.000 rpm, que por el contrario no son muchas. La entrega de potencia es lineal y al no presentar la clásica “patada” típica del turbo en torno a las 2.000 vueltas parece que no corra, pero sí lo hace.
El Vitara S monta de serie una caja de cambios manual de seis relaciones, como la de nuestra unidad, aunque opcionalmente también puede adquirirse con una transmisión automática que calca prácticamente las prestaciones. Así pues, el Vitara S, acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h. Según su ficha técnica el consumo medio de combustible es de 5,4 l/100 km y tiene unas emisiones de CO2 de 127 g/km. En la práctica, después de una semana de pruebas, el consumo combinado que reflejaba el ordenador de a bordo era ligeramente superior: 6,3 l/100 km.
Buen rodador en asfalto
La postura de conducción es la típica de un SUV. En el Vitara vamos sentados de forma bastante erguida y alta, lo que mejora la visibilidad de la carretera y reduce la fatiga en largos viajes. Además, como ya os he comentado, los asientos me han parecido una delicia a la hora de pasarse varias horas al volante. También ofrece una columna de dirección ajustable en altura y profundidad que ayuda a encontrar la postura idónea para personas de todos los tamaños.
Llama la atención la rigidez del chasis que, unida al bajo peso del coche (apenas 1.200 kg con tracción total), garantiza una buena respuesta ante cualquier tipo de conducción. Las suspensiones, McPherson en el eje delantero y de barra de torsión en el trasero, se encargan de filtrar bien los pequeños baches del asfalto pero se muestran, quizás, demasiado secas a la hora de pasar badenes o socavones. La trasera tiende a rebotar más de la cuenta si no moderamos la velocidad al pasar estos resaltes.
Este aspecto hace que el Vitara S tenga un comportamiento muy bueno si queremos aumentar un poco el ritmo en nuestra carretera favorita. Balancea más bien poco y aunque es ligeramente subvirador si forzamos la máquina, sí se muestra muy estable en el paso por curva. Sorprende en este aspecto por el alto grado de eficacia al rodar por cualquier tipo de vía asfaltada. Además, con unos niveles sonoros en el habitáculo bastante bajos.
Hay que destacar también que el Vitara S monta de serie el sistema AllGrip de tracción total inteligente que aumenta la estabilidad y la capacidad de tracción. Este sistema cuenta con cuatro modos de conducción que el conductor puede seleccionar a su voluntad según convenga: Auto, Sport, Snow y Lock. En el modo Auto no tendremos que preocuparnos de nada, el coche se adapta a la conducción y al tipo de superficie, en el Sport la respuesta del acelerador es un poco más directa y la dirección se endurece, con el modo Snow se busca la máxima tracción posible y con el Lock se activa la tracción 4x4 permanente (hasta 60 km/h).
En cuanto a los frenos, pese a montar discos en las cuatro ruedas, se les nota algo flojos y propensos a la fatiga ante un uso desmesurado. Las intenciones del Vitara S no son las de un “SUV-GTI” (vaya lo que he dicho…), sino las de un SUV utilitario que va francamente bien en asfalto. Y es por este motivo que no puedo criticar su sistema de frenado porque ante una conducción completamente normal aprueban con éxito.
¿Y qué pasa si nos salimos a la tierra? Pues la historia de siempre: La altura libre al suelo no es mala, pero los ángulos de ataque, ventral y de salida no son nada del otro mundo, las suspensiones demasiado duras y los neumáticos son puramente asfálticos y con poco perfil. Si el camino está en buen estado no hay ningún problema, si se presenta un poco roto se puede pasar gracias al buen hacer del sistema Allgrip, aunque sufriendo la sequedad de la amortiguación, y si apetece hacer un poco de todoterreno… mejor comprarse un Vitara de segunda mano de los antiguos.
Precio
El Suzuki Vitara S se ofrece con un equipamiento cerrado donde sólo se puede elegir el color de la carrocería. Unas líneas más arriba ya os he detallado algunos de los equipamientos de serie que incorpora, muchos, y de gran utilidad, pero es que además en el ámbito de la seguridad también hace un buen aporte: doble airbag delantero, airbags laterales, airbags de cortina, airbag de rodilla para el conductor, anclajes Isofix, ABS con EBD, ESP, control predictivo de frenada RBS, aviso luminoso de frenada de emergencia, control de arranque en pendiente, control de presión de los neumáticos, control de descenso de pendientes y sensores de aparcamiento delanteros y traseros.
El precio del Suzuki Vitara S es de 22.360 euros, al que habrá que sumar 416 euros en el caso de elegir una pintura metalizada o 728 euros si escogemos la pintura metalizada bitono con el techo en contraste.
Los rivales del Vitara son la larga lista de competidores encasillados en el segmento de los SUV utilitarios. Hablo de los Nissan Juke, Peugeot 2008, Renault Captur, Citroën C4 Cactus, Fiat 500X, Opel Mokka, Jeep Renegade, Honda HR-V, etc etc. Si comparamos las versiones tope de gama (equipamiento) de cada uno de ellos con una mecánica parecida a la del Vitara S, nos daremos cuenta de que en prácticamente todos los casos el Vitara S es el más económico (sin contar posibles descuentos).
Por lo tanto, como conclusión final, el Vitara S se eleva como una opción muy válida dentro de este segmento, tanto por precio, de los más baratos sin duda, como por su dinámica de conducción, por el motor de gasolina turbo y por una buena habitabilidad. No es de lo mejor que he visto en cuanto a acabados pero no resulta desagradable y hay que tener en cuenta que, aunque el equipamiento sea cerrado, no nos va a faltar prácticamente de nada.
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