Un cambio esperado que sorprende
La nueva apuesta de Toyota para el Auris es muy clara, lanzar un modelo atractivo, con mayor personalidad y enfocado a un público europeo que cada vez más demanda más calidad a buen precio. Los diseñadores de la marca japonesa han sabido ver era tendencia y han desarrollado un vehículo que, aunque comparte plataforma con la generación anterior, nos ha parecido muy superior en prácticamente todos los aspectos: desde la estética renovada, pasando por la remodelación del interior y aportando una mejora en la parte dinámica apreciable.
Para esta primera prueba del modelo, la marca nos ha cedido la variante 120D que equipa el conocido motor diésel D-4D de 124 CV asociado a la caja manual de 6 velocidades. No es un propulsor nuevo pero la marca afirma que se ha revisado a fondo para proporcionar mayores sensaciones a la vez que un menor consumo de combustible y emisiones de CO2.
Diseñado para gustar
Cuando una marca pretende fortalecer las ventas de uno de sus modelos situados en el concurrido segmento de los compactos, donde hay que lidiar con modelos tan asentados en nuestro país como el Volkswagen Golf, el Seat León, el Renault Mégane o el Opel Astra, por citar algunos, hay que plantear la estratégia de una forma clara y arriesgada. Para conseguirlo, el Toyota Auris, apuesta por una apariencia exterior puesta al día.
Con 4.275 mm, el nuevo Auris aumenta en 30 mm su longitud total, aunque la distancia entre ejes continúa siendo la misma. Aún con este pequeño aumento, continúa situándose como uno de los vehículos más compactos de su categoría. La altura se reduce en 55 mm para ofrecer una mejora considerable en términos aerodinámicos y de consumo.
El frontal es el punto donde se hace más evidente la remodelación estética, heredando el carácter y las formas que se han ido instalando en los nuevos modelos. Una parrilla más afilada que parece continuar hasta los extremos mediante los nuevos faros delanteros con luz diurna LED aporta ese toque de agresividad que tanto gusta entre el público joven. Además, la entrada de aire inferior sobredimensionada acaba de conjugar una mirada que evoca dinamismo.
Visto de costado, se aprecia a simple vista una nueva y más baja línea de techo, que también repercute en un alargamiento de las ventanillas laterales por encima de una línea de cintura ascendente. Los retrovisores se han recolocado en la zona de la ventanilla para mejorar la visibilidad.
La altura libre al suelo se ha rebajado en 10 mm, para que los pasos de rueda se asienten y combinen mejor con las ruedas, que pueden albergar llantas de 15, 16 y 17 pulgadas dependiendo del acabado o el pack de equipamiento elegido.
La zaga continúa con lo ofrecido hasta ahora, aunque aporta una abertura más amplia del portón, un pequeño alerón de techo integrado y un nuevo diseño envolvente de los grupos ópticos que refuerza la forma de la luneta trasera y el poderoso paragolpes. A modo de opinión personal, comparto la impresión que obtuvo mi compañero Jaume Gustems cuando acudió a la presentación del modelo y comentó que visto desde atrás se parecía bastante a un Lexus CT-200h.
Interior a la altura de lo demandado
El nuevo diseño del interior ofrece un habitáculo más espacioso y confortable para los ocupantes. La primera impresión que se percibe es que nada tiene que ver con el modelo anterior. Aporta un ambiente mucho más refinado, con materiales blandos al tacto combinados con otros duros pero de buena calidad.
Toda la instrumentación dispuesta en el salpicadero, pantalla táctil con navegador y funciones de audio y controles de climatización, está bien ordenada y ligeramente orientada hacia el conductor para facilitar su usabilidad. Aunque la visualización es buena, creemos que la pantalla debería estar situada un poco más arriba, para no tener que desviar tanto la vista de la carretera a la hora de consultar las indicaciones de navegación.
Para reforzar la sensación de calidad se han incorporado detalles cromados en los tiradores de las puertas, alrededor del sistema multimedia y en las rejillas de ventilación.
Con un mayor recorrido y más ajuste en altura, los asientos tapizados en tela ofrece un excelente confort. La altura de los asientos se ha reducido en 40 mm para salvar un techo más bajo y proporcionar una postura de conducción más deportiva.
El nuevo diseño de los asientos delanteros permite ganar 20 mm extra para las rodillas de los ocupantes de las plazas traseras. La longitud del maletero se ha incrementado en 50 mm para ofrecer 360 litros de capacidad, ampliables si se abaten los respaldos de traseros.
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Mecánica y puesta a punto refinada
El motor D-4D de 2 litros y 124 CV ha sido revisado en profundidad y ahora además incorpora de serie el sistema “Stop & Start” que ayuda a reducir el consumo especialmente en ciudad. Se ha mejorado el par motor a bajas revoluciones con la incorporación de un nuevo turbocompresor que ayuda a ofrecer 300 Nm a tan sólo 1.400 rpm y un máximo de 310 Nm entre las 1.600 y las 2.400 revoluciones por minuto. Esta mejora ha permitido echar mano a las relaciones del cambio para proporcionar unas marchas un poco más largas, para reducir el consumo y, de paso, el ruido del motor.
El Auris equipado con este propulsor homologa un consumo medio de sólo 4,3 litros cada cien kilómetros y consigue reducir las emisiones en un 19% respecto a la anterior generación: de 138 a 112 g/km.
Gracias a la menor altura total del vehículo y a la incorporación de acero de alta resistencia en la estructura de la carrocería, especialmente en la parte superior, se ha conseguido reducir el peso total en torno a 50 kg y rebajar el centro de gravedad.
La suspensión delantera McPherson se ha revisado para dotarla de un enfoque más duro de los amortiguadores, para combinar un mejor grado de confort con una mayor eficacia en el manejo. También se ha desarrollado un nuevo soporte de la suspensión para reducir vibraciones y el ruido de rodadura. En la parte trasera incorpora un sistema de suspensión multibrazo.
La dirección también recibe algunas mejoras. Los ingenieros han aplicado una relación más directa reduciendo así el grado de giro del volante. También se somete a varios cambios estructurales en la columna de dirección que reducen al mínimo las vibraciones, algo que no nos ha acabado de gustar del todo al perder algo de referencia con el asfalto.
Divertido de conducir
Aunque muchos lectores me vais a saltar al cuello, después de varios días y muchos kilómetros al volante del nuevo Auris con el motor más potente en diésel, me sorprendieron gratamente las excelentes cualidades dinámicas que éste ofrece. Digo que se puede formar algún tipo de discusión porque me han encantado las sensaciones que ofrece el renovado motor D-4D. La incorporación del nuevo turbo permite disfrutar de un propulsor ligeramente diferente al que ya conocíamos. El de ahora es mucho más aprovechable que el anterior: empuja bien prácticamente en todo el rango de revoluciones, sin percibir desfallecimientos hasta colocar la aguja del cuentarrevoluciones en la parte más alta.
Sin llegar a comportarse como un gasolina, eso hay que tenerlo muy presente, se puede conducir con cierta soltura sin abusar demasiadode la caja de cambios y pasárselo muy bien, con cabeza por supuesto, en alguna carretera de montaña. Sus 124 CV se nos antojan perfectos para mover con cierta soltura al Auris en cualquier tipo de situación.
Pero claro, los tiempos que corren tampoco permiten circular a diario “a cuchillo” y el compacto de Toyota también es eficaz en condiciones tranquilas. Su notable mejora del par en bajas permite rodar con una marcha superior a la que llevaríamos en el modelo anterior. Es curioso pero conduciendo relajadamente por debajo de las 2.000 rpm apenas notas falta de potencia. Eso sí, nosotros no pudimos bajar de una media de 5,5 l/100 km de consumo por los 4,3 que informa Toyota.
El balanceo de la carrocería se ha reducir bastante. Como ya hemos comentado anteriormente, la nueva puesta a punto de las suspensiones le aporta esa eficacia que quizás le faltaba a la anterior generación. Ahora el coche se nota mucho más asentado en el asfalto, lo que transmite una mayor seguridad al conductor. La dirección también mejora, se muestra muy directa y poco a poco se le va cogiendo ese “feeling” hasta acostumbrarte bien. Lo que pasa es que no acaba de transmitir fielmente las impurezas de la calzada y en carreteras viejas y rotas se acusa la sensación de que te falta “algo”.
Opinión personal
Toyota ha logrado insuflar una buena bocanada de aire fresco a un modelo que, todo sea dicho, me daba la impresión que le faltaba algo de calidad y diseño respecto a la mayoría de sus competidores. Con este nuevo modelo la marca ha dado justo en el centro de la diana con un vehículo que ofrece prácticamente todo lo que se le pedía.
Durante los días que ha durado mi prueba con el Auris, no recuerdo a nadie de mi entorno que criticase algún aspecto estético, es más, a todos les pareció que la nueva imagen le sentaba realmente bien. Y esto es lo que esperaba Toyota que ocurriese. Un coche que gusta exteriormente tiene muchísimas papeletas de acabar recopilando un gran número de ventas.
Personalmente pienso que el equipo de desarrollo de la marca japonesa se ha volcado completamente sabiendo que no podían quedarse a medias con este modelo y creo que el trabajo bien hecho se verá a la larga. Sin lugar a dudas, para mí es un modelo que habrá que tener muy en cuenta a la hora de barajar opciones en el extenso segmento de los compactos.
Tengo un Auris,y de momento todo va bien pero tengo un problema y es que en carretera cuando meto el automático de velocidad constante en cuanto viene una cuesta se viene abajo ésto es normal??En Toyota me han dicho que si Y