Ángel y demonio, a la vez...
El Polo debutó allá por 1975 para convertirse en uno de los pequeños utilitarios más deseados por el público juvenil. Con prácticamente 13 millones de unidades vendidas en todo el mundo queda claro que se trata de un vehículo que ha arraigado muy bien en la sociedad.
Algunas de las variantes más importantes y que bien seguro reconoceréis son la Bluemotion, que apuesta por la sostenibilidad y el ahorro de combustible y bajas emisiones, y la deportiva GTI. Ahora, con el lanzamiento del Polo BlueGT, la marca alemana pretende cubrir el hueco que existe entre una y otra con una variante que pretende unir los conceptos de ahorro y dinámica todo en uno.
La característica técnica más resaltable del Polo BlueGT, que lo diferencia de la competencia, es su motor 1.4 TSI de 140 CV con el Sistema de Gestión de Cilindros Activo (ACT). Este sistema se encarga de desconectar dos de los cuatro cilindros cuando mantenemos una velocidad constante para reducir emisiones y consumo.
Está disponible únicamente con el propulsor comentado, aunque se puede optar por un cambio manual de 6 velocidades o por el alabado cambio automático de doble embrague DSG de 7 relaciones. En nuestro caso, lo probamos con el manual, que homologa un consumo medio tan sólo una décima por encima del automático (4,6 l/100 km y 4,5 respectivamente).
Un poco de aquí, otro poco de allí…
El nuevo Polo BlueGT ofrece un carácter muy propio, tanto en el exterior como en el interior, con la incorporación detalles adoptados de cada uno de los dos modelos. Para empezar hay que mencionar las nuevas llantas de aleación de 17 pulgadas con un diseño radial que le quedan realmente bien, los emblemas GT en el frontal y en la zaga y una doble salida de escape.
De la variante GTI toma prestado el spoiler del techo, el paragolpes trasero con un pequeño difusor plástico en la parte baja, el parachoques delantero y los faros antiniebla. Mientras que del Bluemotion se queda con las estriberas laterales y los perfiles situados en la parte exterior del parabrisas. Además para reforzar el aspecto dinámico se ha instalado una parrilla en color negro, rejillas de ventilación tipo R-Line y las carcasas de los retrovisores también en color negro.
El interior es prácticamente el mismo que el de un Polo estándar, con algún que otro detalle propio de la versión BlueGT. Para empezar nos encontramos con una pantalla multifunción ampliada, situada entre las dos esferas del velocímetro y cuentarrevoluciones, que nos ofrece los datos más relevantes del viaje, indicador de la presión de los neumáticos y en qué momento entra en acción el sistema ACT.
El equipamiento de serie incluye control de crucero Tempomat, el techo interior en acabado negro, volante deportivo de cuero con la parte inferior recta y el emblema BlueGT, varias inserciones cromadas dispuestas por el salpicadero y las puertas y asientos delanteros deportivos con tapicería exclusiva BlueGT. De estos últimos debo decir que me han parecido realmente buenos, tanto por su mullido como por el nivel de agarre para la espalda y las piernas. En todo momento te sientes cómodo y arropado, además de que es muy fácil encontrar una posición de conducción óptima gracias a que el volante es regulable en altura y profundidad.
Algo habitual en los coches de prensa es la incorporación de algún que otro extra para hacerlos aún más atractivos. En nuestro caso la unidad de pruebas lleva pintura azul (+390€), elevalunas en las cuatro ventanillas (+635€) y faros Bi-Xenón con luz de día (+810 €). Aunque también vale la pena nombrar algunos de los sistemas que vienen integrados de serie como el ABS, el ESP con Diferencial Electrónico de Estabilidad XDS, airbags frontales, laterales y de cabeza-tórax, luces de emergencia automáticas para frenadas intensas, reposacabezas activos y anclajes Isofix en las plazas laterales de la banqueta trasera.
Pensamos que entrar a valorar aspectos tan iguales dentro de la gama Polo, como la habitabilidad, el volumen del maletero (280 litros) o el nivel de los acabados, sería repetir una vez tras otra lo mismo. Es por esto que si queréis conocer o recordar todos estos detalles os invitamos a leeros alguna de las múltiples pruebas y noticias que hemos publicado sobre el modelo. Las podéis encontrar al final de esta misma noticia o en este link: Volkswagen Polo
El primer Volkswagen con sistema ACT
El coche que hoy inspira estas líneas se presenta como una de las variantes más interesantes dentro de la gama Polo. Es un modelo que no renuncia para nada a la deportividad de un coche juvenil y divertido teniendo siempre presente que el ahorro en el consumo de carburante, hoy en día, se está volviendo una obsesión tanto para las marcas como para los conductores.
Volkswagen, conocedora de esta situación, lo ha dotado con un motor potente a la vez que ahorrador. Hablamos del 1.4 TSI de cuatro cilindros sobrealimentado que ofrece una potencia de 140 CV y un par máximo de 250 Nm que se alcanza en un rango de revoluciones que va desde las 1.500 hasta las 3.500. Un hecho que permite conducir tranquilamente por debajo de las 2.000 vueltas, o aumentar el ritmo subiendo la aguja del cuentarrevoluciones bastante arriba.
Homologa un consumo medio de sólo 4,6 l/100 km y 107 g/km de CO2, con el cambio manual de 6 velocidades, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en unos meritorios 7,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 210 km/h, según su ficha técnica. Tras esta semana de pruebas, el ordenador de a bordo reflejaba un consumo medio de tan sólo 5,3 l/100, con medias en ciudad entre los 6 y 6,5 y de unos 4,2 l/100 en autopista. Me parecen unos consumos reales la mar de interesantes...
Este gran compromiso entre eficiencia y dinamismo se consigue gracias al concepto de “downsizing” (menor cilindrada con inyección directa y sobrealimentación), a las medidas BlueMotion Technology (Start/Stop, recuperación de la energía de frenado y elementos aerodinámicos) y, sobretodo, al Sistema de Gestión Activa de Cilindros ACT. Con todas estas medidas se consigue reducir el consumo medio en torno a un litro cada cien kilómetros.
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De esta forma el Polo BlueGT se convierte en el primer Volkswagen en incorporar la tecnología de desconexión de cilindros. Su funcionamiento es fácil de entender: cuando el coche identifica que mantenemos una velocidad constante en condiciones de carga baja (llaneando o en bajada), lo que hace es desconectar el segundo y tercer cilindro para funcionar sólo con dos. Cuando interpreta que necesitamos más potencia, se vuelven a activar. Esta operación se lleva a cabo en milésimas de segundo y os puedo decir que es prácticamente imposible percatarse del momento. En según que casos concretos y estando muy atento se puede llegar a notar, pero es dificil.
Un pequeño GTI
Lo mejor de este modelo se percibe cuando te sientas en él, enciendes el motor y empiezas a circular. En ese momento te das cuenta de que estás conduciendo un coche muy polivalente hablando en términos de circulación. Por un lado permite rodar a bajas revoluciones manteniendo ritmos tranquilos, sin acelerones, en el que prácticamente todo el tiempo veremos el aviso en el ordenador de viaje de que nos estamos moviendo con dos cilindros.
Si nos lo tomamos con calma, es posible acercarse bastante a los 4,6 l/100 km de media. El problema, o no, es que sus 140 CV tiran mucho y si nos dejamos llevar, poco a poco prácticamente sin darnos cuenta, empieza a despertarse el lado más juguetón que llevamos dentro. Es en ese momento cuando te olvidas de medias y simplemente conduces como te gusta.
Me ha sorprendido una barbaridad lo bien que te lo puede pasar con este Polo BlueGT. Por supuesto esos 40 CV de diferencia que existen con el Polo GTI le pasan factura, pero no tanta como podría parecer. Me quito el sobrero ante los 140 CV tan divertidos del modelo que hoy probamos.
Monta un chasis deportivo que rebaja en 15 mm la altura al suelo y suspensiones con un tarado bastante firme que le otorgan un comportamiento fabuloso. El pequeño pero potente motor no pondrá en ningún momento en apuros al conjunto chasis-suspensiones, pero nos garantiza una conducción fiable a la vez que segura en todo momento.
El motor es una auténtica delicia, tiene buenos bajos, medios y permite estirar marchas hasta pasadas las 6.000 revoluciones por minuto. Todo ello gracias a la sobrealimentación que permite que no nos quedemos "tirados" en ningún rango de vueltas. Se puede circular en sexta a baja velocidad, pisarle a fondo y ver como la aguja del velocímetro va subiendo sin titubear (lentamente, pero sube). Si bajamos una marcha la respuesta es mejor, claro, y si bajamos otra o dos más (hemos llegado a cambiar de sexta a tercera circulando a 90 km/h) y pisamos hasta el fondo el pedal del acelerador saldremos catapultados.
Lo probamos en todas las circunstancias posibles, desde los interminables atascos de una gran ciudad, hasta por carretera, autopista y, por supuesto, en carretera de montaña. Lo increíble es que este Polo siempre tiene algo que ofrecerte. En ciudad, te pones entre ceja y ceja ahorrar y lo consigues. En autopista, a 100-120 km/h es un coche relativamente suave, con unos consumos muy bajos y un rango de trabajo muy extenso, que hará que prácticamente no debamos cambiar de marcha en todo el trayecto. En carretera nos ofrece la posibilidad de tomárnoslo con calma o darle un punto picante al asunto, mientras que en carretera de montaña… ¡se sale! Chasis, motor, dirección, cambio… y el sistema XDS, que frena la rueda interior cuando tomamos una curva para reducir el subviraje (mi compañero Joan Dalmau os lo explicó con todo detalle en su prueba del Seat León), todo está perfectamente reglado para ponernos en bandeja una buena dosis de sensaciones y diversión. La carrocería balancea muy poco, la dirección ofrece un tacto muy agradable con un aumento de la dureza progresivo y un guiado perfecto, además de una estabilidad y paso por curva sorprendente.
Eso sí, tocará rascarse el bolsillo porque el consumo se dispara
Conclusiones
Me parece muy bien que Volkswagen haya querido ocupar ese salto de potencia entre las versiones normales, por llamarle de alguna manera, del Polo y el GTI. En cierto modo es una introducción lógica, entendible, pero es que también pienso que "la han clavado". Me explico…
Dejando de lado las versiones TSI de 60 y 70 CV, las cuales creo que no deben tenerse en cuenta para lo que os voy a contar, estando éstas más enfocadas al uso urbano, nos encontramos con que podemos tener un Polo BlueGT por unos 20.000 euros, prácticamente el mismo precio que las variantes TDI de 105 CV y sólo mil euros más que un TSI de 105 CV, por no decir que el Polo TDI Bluemotion de 75 CV sólo cuesta 2.000 euros menos. Además nos podemos llevar un coche que consumirá bastante menos que el GTI, con un comportamiento parecido, por 6.000 euros menos.
¿Pagar 6.000 € de más por 40 CV y mayor consumo? ¿Ahorrarte 1.000 o 2.000 euros por un diésel de 105 CV o 75 CV sacrificando la deportividad? Yo sin dudarlo me decantaría por el BlueGT.
Con todo y esto, me sigue pareciendo bastante caro pagar alrededor de 20.000 euros por un utilitario, con sus carencias de espacio de carga y poca habitabilidad, sobre todo en las plazas traseras. Se podría considerar este tipo de compra más como un capricho de alguien joven, sin demasiadas preocupaciones en cuanto a volumen se refiere y que esté dispuesto a desembolsar una suma de dinero un poco elevada para tener el coche que realmente quiere: un pequeño deportivo de consumo contenido.
Siempre tuve vw. Bora v5. Golf 130 tdi 6v. Polo 1.4 tsi. Por último gt.