Volvo V40 Cross Country T5 Summum

Motor potente, sonido embriagador y una línea distinta a la habitual. Estas son las bazas con las que juega esta nueva versión del V40 equipada con una de las mecánicas más potentes de la firma y con un diseño exterior "campero" que, siendo sinceros, no acaba de encajar con una mecánica propia de un coche abiertamente deportico.

Y es que este V40 Cross Country T5 AWD es un vehículo que con sus más de 250 caballos, prestaciones y rendimiento se sitúa junto a las últimas apariciones de modelos con apellido “GTI” y que podría rivalizar sin demasiados complejos con algún que otro deportivo de pura cepa.

Intentar comparar esta versión con sus posibles alternativas resulta difícil, especialmente por su personalización estética. Y es que aunque rivaliza con modelos como el Mercedes Clase A 45 AMG, el BMW 135i (aquí la prueba de la versión de 3 puertas aunque también existe con 5) o el Audi S3 Sportback (aquí la prueba de la variante de 3 puertas), prácticamente no existen automóviles que se le acerquen en tamaño, precio y prestaciones y que ofrezcan al mismo tiempo unas pretendidas aptitudes camperas.

Y es que si entendemos este V40 como un turismo al uso, los compactos citados sí serían sus rivales directos pero si tenemos en cuenta su condición de Cross Country, entonces, habrá que irse a modelos como el Audi RSQ3 y al anunciado Mercedes GLA 45 AMG para encontrarle rivales. En ambos casos, no obstante, son coches mucho más caros aunque también con una potencia claramente por encima.

Y es que, aunque este modelo aparenta ser un coche discreto, es diferente. Con una longitud de 4,37 metros, estéticamente cuenta con un aire que recuerda al de su hermano mayor, el XC70. Llantas y ruedas sobredimensionadas, dos salidas de escape, protectores de la carrocería,…. lo diferencian de un V40 convencional, pero sin acercarse a la estética y características deportivas que puedan ofrecer modelos más caros y potentes, como el Golf R (39.230 euros) y el ya citado Audi S3 (43.000 euros) por poner un ejemplo, ambos con 300 caballos y cuyas carrocerías y aditamentos buscan acentuar esa clara agresividad con la que se acompañan estas versiones más potentes.

Mientras que nos acercamos a él con unas enormes ganas de probarlo vamos repasando las características técnicas de este singular modelo: motor turbo de cinco cilindros (el mismo que utilizan las gamas 60 y 80 pero con la potencia reducida a 240 caballos y que también empleaban los Ford Focus ST anteriores), tracción a las cuatro ruedas con control de descenso en pendientes, cambio automático con convertidor de par denominado “Geartronic” de seis marchas, y una no despreciable cifra de potencia. En principio un equipo más que suficiente para que la conducción no sea precisamente relajada.

Abrimos la puerta y nos acomodamos en unos duros aunque cómodos asientos que cuentan con una sujeción del respaldo muy buena y que disponen en esta versión, de regulación eléctrica. Se trata de un vehículo con una buena habitabilidad en las plazas delanteras al tiempo que en las plazas traseras se dispone de suficiente espacio para que dos adultos o tres niños se acomoden sin problemas. El problema es el acceso a ellas ya que el corte de la puerta trasera obliga a agachar mucho la cabeza. Por lo tanto, las personas altas o con problemas de movilidad lo tendrán complicado para entrar y salir.

En cuanto al salpicadero se presenta muy original. Incluye la ya característica consola central de Volvo, plana y con un diseño original que agrupa los mandos de la climatización, el equipo de música Premium (opcional) y los mandos del teléfono aunque los botones son excesivos y de tamaño reducido por lo que hay que fijarse mucho en ellos para accionar el deseado.

La información que transmite el tablero es clara y completa y dispone de una pantalla TFT que se puede configurar en tres modos; Elegance, Eco y Performance cuya principal diferencia es que los dos primeros modos imitan un velocímetro analógico muy claro y el tercero prioriza el cuentarrevoluciones y presenta un velocímetro digital.

En cuento a la terminación, encaje y calidad de todas las piezas sólo decir que merece un sobresaliente. La calidad visual, también. En la parte central de la consola dispone de una pantalla multifunción de 7”, táctil y con una buena definición de imagen que reúne entre otros el sistema de navegación en 2 y 3D, bastante fácil de utilizar, la cámara trasera y la información necesaria para regular equipamientos como la climatización, el equipo de sonido y el resto de los ajustes del vehículo.

Respecto al maletero dispone de 335 litros de capacidad que se pueden aumentar hasta los 1.032 si se abaten los respaldos traseros y aunque no es de los mejores (en este segmento los 400 litros empiezan a ser habituales) a su favor cuenta con unas formas rectilíneas que son muy aprovechables. El acceso es bueno, y aunque la boca de entrada queda muy alta, no es profundo lo que facilita las maniobras sin tener que hacer sacrificios con nuestra espalda. Además, dispone de un doble fondo para ocultar pequeños objetos de los amigos de lo ajeno. Como lado negativo estarían la escasa visibilidad trasera resultado de sus formas y de una luneta trasera reducida.

Nada más pulsar el botón de arranque, el sonido que emite desde el capó delantero hace que en nuestra cara se vislumbre una leve sonrisa. Suena bien, muy bien, pensamos!. Y es que este sonido suave pero rotundo a la vez, nos avisa de lo que está por venir. Salvo en aceleraciones en vacío o cuando estiramos hasta superar los 5.000 vueltas, que es cuando suena a música celestial, en las fases normales de aceleración y a regímenes constantes, el motor pasa absolutamente desapercibido dentro del habitáculo en contra de lo que cabría esperar.

Con 2,5 litros, cinco cilindros y 4 válvulas para cada uno, inyección directa, un generoso turbo y un par de 360 Nm entre 1.800 y 4.200 revoluciones, ponerse en marcha con este T5 es una experiencia impresionante, no sólo por el empuje que proporciona sino por la capacidad de correr y moverse por cualquier carretera. Sensaciones aparte, el motor es una fuente inagotable de un empuje abrumador y le bastan las primeras 2.500 vueltas para moverse con una tremenda agilidad.

El motor entrega la potencia de forma progresiva, pero con la contundencia necesaria para conseguir unas prestaciones realmente buenas. Como prueba basta decir que el 0 a 100 Km/h lo hace en apenas 6 segundos y alcanza una velocidad máxima autolimitada de 250 Km/h, cifras que ya quisiéramos para muchos otros modelos de mayor precio y carácter deportivo.

Por otro lado su condición de “sobrealimentado” no deja entrever la entrega de potencia característica de este tipo de mecánicas. Empuja con fuerza arrolladora desde poco más de 2.000 vueltas y por debajo transmite suavidad y un uso perfecto cuando se circula por ciudad. Si se aprieta al máximo a partir de las 2.000 vueltas desata una furia que se mantiene hasta llegar a la sexta marcha y que a pesar de su larguísimo desarrollo aun es capaz de proporcionar un empuje sobresaliente.

Máxima eficacia, por tanto, sin brusquedades en la conducción algo a lo que ayuda el cambio automático que suaviza al extremo la sensación de velocidad y al que esta mecánica va unida de forma irrenunciable. Permite optar entre dos opciones de modo automático, el modo normal, sedoso y que invita a conducir de forma relajada y sin que se aprecien los cambios y el modo sport, que permite apurar y disfrutar de los cambios de una forma mucho más agresiva y cuyas sus leyes se implican con cambios rapidísimos pero que respetan el sobrerregimen en los cambios de marcha.

Y da lo mismo que la secuencia, sea para arriba o para abajo. Destacar también, que las reducciones, con un ligero golpe de acelerador son milimétricas tanto por la rapidez con la que se ejecutan nuestras instrucciones como por el suave encaje de las mismas. Por otro lado también cuenta con el modo manual que lamentablemente carece de levas en el volante, de manera que hay que manejarlo con la palanca.

Este panorama se completa con un chasis que efectivamente no tiene desperdicio. Y es que a pesar de los 44 mm adicionales de altura de esta versión Cross Country, sus movimientos mantienen una transparencia y facilidad que no son propias de un automóvil de estas características. Desde la primera curva el coche digiere fuertes fases de frenada, apoyo y aceleración, con una naturalidad increíble y a una velocidad, que sorprende.

Lo que si se aprecia son algunas inercias por la velocidad propiciadas por la altura extra de su carrocería, pero no desmanes o signos de aparatosidad en el coche. La dirección es muy precisa y no peca de flotación en el tren delantero, y se manifiesta incisiva y progresiva a la vez. El coche permite entrar muy rápido en las curvas pero sin radicalidad y en los excesos avisa con un ligerísimo subviraje indicando que los límites se acercan.

Su tracción integral es una garantía a la hora de pisar el acelerador sin contemplaciones. Pero manda la agilidad al absorber la prácticamente totalidad del par el tren delantero. En cuanto a la dirección, tanto por su suavidad como por la información que trasmite se manifiesta muy homogénea si bien el radio de giro, más amplio de lo esperado, nos hará maniobrar más de lo deseado más de una vez. Los frenos cumplen perfectamente.

Esta unidad de pruebas contaba con todo lo imaginable como equipo de seguridad. 8 airbags que incluyen el de rodillas y uno exterior que sale de la parte baja del parabrisas para protección de los peatones en caso de atropello, advertencia de cambio de carril que además de activar una advertencia sonora, es capaz de modificar la trayectoria del vehículo (el sistema se desactiva al detectar una leve presión al volante), sistema de alerta de fatiga para el conductor, advertencia de colisión y detección de objetos que avisa con un sonido y una serie de luces muy notorios, control adaptativo de velocidad, detección de vehículos en los ángulos muertos, sistema City Safety que evita el choque por alcance y que actúa sobre el sistema de frenos si la velocidad a la que circula el vehículo no supera los 50 Km/h...

Por si fuera poco el V40 viene de serie con un capo que se eleva ligeramente para incrementar el espacio de protección con el bloque del motor. A esto habría que añadir el acostumbrado ABS y un sistema denominado “Volvo On Call” que permite comunicar el tipo de accidente sufrido y el sitio y que permite descargar una aplicación que se conecta desde el teléfono móvil para poder accionar entre otras cosas, el cierre de las puertas e incluso la localización del vehículo.

En cuanto al equipamiento, el V40 T5 Cross Country permite elegir entre los acabados Kinetic (39.435 euros), que incluye además del equipo básico, climatizador electrónico de dos zonas, llantas de aleación de 16”, sistema de calidad de aire, alerón, tapa deslizante en consola central y volante, palanca de cambios y freno de mano revestidos en cuero.

El acabado Momentum (41.056 euros) añade al paquete anterior el ajuste en altura y lumbar del asiento del pasajero, control de velocidad, mando multifunción en volante, perfiles cromados en ventanillas, reposabrazos trasero y portavasos, retrovisor interior con sistema anti deslumbramiento automático, retrovisores retractables eléctricamente con iluminación, sensor de lluvia con sistema de detección de túnel, volante de cuero de tres radios con inserciones de aluminio y tapicería textil T-Tech.

Finalmente, el acabado Summun (43.148 euros) que llevaba nuestra unidad de pruebas añade a todo lo anterior asiento del conductor eléctrico con memoria, llantas de aleación de Mannan 17”, reposabrazos delantero deslizante y tapicería parcial de cuero.

Para terminar podríamos decir que en grandes líneas, el V40 y en concreto esta versión, es de esos automóviles que cuesta devolver cuando se acaba el periodo de pruebas. A su enorme atractivo que resulta difícil discutir se une una calidad de fabricación excelente y un original diseño exterior e interior perfectamente rematados. Se trata de un automóvil que permite al mismo tiempo circular endiabladamente rápido, acometer largos viajes sin fatiga, una cómoda utilización en los desplazamientos urbanos y cuando llega el fin de semana acometer alguna “suave” pista de tierra sin demasiados problemas. En su contra juegas la visibilidad trasera o los consumos que resultan sensibles al tipo de utilización.