Competencia directa
El modelo con más éxito en los últimos años de la marca sueca ha recibido un ligero lavado de cara que lo hace un poco más atractivo, perdiendo algo de presencia campera para reforzar un aspecto más asfáltico. También se han retocado algunos elementos del interior y se le ha dotado de más equipamiento tecnológico.
La excelente propuesta de Volvo en el mundillo de los todocaminos de tamaño medio se ve reforzada con esta leve pero interesante actualización para hacer frente a sus rivales más directos, los Audi Q5, BMW X3 y Mercedes-Benz GLK, tres SUV muy arraigados en el segmento que, junto con este XC60, protagonizan una lucha sin fin.
La versión que hemos probado está equipada con el potente motor diésel D5, el tope de gama en gasóleo, que tiene una potencia de 215 CV y está asociado a una caja de cambios automática y a un sistema de tracción a las cuatro ruedas. Esta unidad en concreto exhibe el completo nivel de acabado Summum, complementado con más de 12.000 euros en extras y opciones. Casi nada…
Rediseño del frontal
La nueva variante 2014 ha adaptado su imagen a lo exhibido por Volvo en sus últimos modelos. Mi compañero Narcís Reixach ya nos contó un avance con sus primeras impresiones en julio, cuando acudió a la presentación de los nuevos S60, V60 y XC60. Lo cierto es que el nuevo todocamino es bastante similar en cuanto a estética a estos, con un frontal claramente inspirado en ellos.
Volvo ha rediseñado la forma del capó, ha incorporado un nuevo paragolpes más estilizado y ha actualizado los faros. La luz diurna LED también se ha modificado. Ahora está a los laterales, en posición vertical, dentro de unas hendiduras aerodinámicas. Por su parte, la parrilla también se ha retocado ligeramente y el radar frontal para el sistema de control de crucero activo y el dispositivo de prevención de colisiones está mejor camuflado entre las barras horizontales.
En cuanto al resto del exterior prácticamente es igual. Simplemente se han limitado a pintar los protectores plásticos del mismo color que la carrocería -en la generación anterior eran de color negro-, se han instalado nuevos protectores de bajos de color gris y embellecedores sobredimensionados para las dos salidas de escape.
El nuevo modelo crece en longitud 17 mm, una diferencia insignificante y que viene provocada por el nuevo formato del frontal. De esta manera las cotas del XC60 son las siguientes: 4.644 mm de largo, 1.891 mm de ancho y 1.713 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.774 mm.
Sutiles mejoras en el interior
Si buscamos las diferencias en el habitáculo con el modelo anterior costará reparar en los pequeños detalles introducidos para mejorar un ambiente que ya era muy confortable. En este caso se ha puesto especial atención al cuadro de instrumentos, que adopta la información mostrada mediante una pantalla TFT, dividida en tres secciones, parecida a la que estrenó el Volvo V40. Ésta además ofrece la posibilidad de elegir entre tres presentaciones temáticas distintos, cada una con sus propias indicaciones, diseños y colores denominados Elegance, Performance y Eco.
Se han instalado marcos embellecedores metálicos en los difusores de aire y se ha cambiado algún mando de la consola central, que, por cierto, sigue prestando algo de confusión con tantos botones y ruedecillas. Serán precisos unos días de aprendizaje para llegar a hacerse con el control de todas sus funciones que ofrece el coche sin tener que apartar demasiado la vista de la carretera.
La característica principal que describía a la perfección el interior del XC60 era su excelente confort. En esaso no ha perdido ni un ápice de la comodidad y del agrado de conducción que le caracterizaba. El tacto y la calidad de los materiales empleados en la confección de todo el habitáculo son de gran categoría. Además, el diseño, los embellecedores y, en este caso, la combinación de tonalidades de color aumentan la percepción de calidad.
Los asientos son muy agradables, tanto por sus formas, que sujetan muy bien la espalda, como por el mullido. El espacio para los ocupantes de las plazas traseras es también muy bueno, con una distancia para las rodillas y una anchura suficientes como para acomodar a tres compañantes de gran estatura. La plaza central, algo más estrecha no será un problema.
Sin lugar a dudas, el talón de Aquiles de este Volvo es su sistema de navegación. No porque sea malo o tenga un grafismo feo, no se trata de eso, sencillamente porque es bastante lento. La carga de los mapas y el cálculo del recorrido llega a ser desesperante.
La capacidad del maletero continúa siendo la misma: 495 litros en su configuración normal, ampliables hasta los 1.455 litros con los respaldos de la segunda fila de asientos plegados -abatibles en proporción 40/20/40- que dejan un piso completamente plano. Esta cifra lo coloca en la media con sus rivales, ligeramente por debajo de los BMW X3 (550 litros) y Audi Q5 (540 litros), pero por encima del Mercedes GLK (450 litros).
Un motor poco ahorrador
El propulsor elegido para esta prueba es el diésel más potente de la gama. Hablamos del motor D5, un bloque de cinco cilindros que, con una potencia máxima de 215 CV y un par de 420 Nm, se muestra más que suficiente para mover con soltura los prácticamente 2.000 kg de peso de este Volvo. No es un motor demasiado refinado, más bien lo contrario, algo rudo en frio, con un sonido peculiar al que uno acaba acostumbrándose.
Éste cinco cilindros, de 2,4 litros, puede asociarse con una caja de cambios manual de seis velocidades o bien con la automática, también de seis marchas, que montaba nuestra unidad de pruebas. Todos los XC60 con este propulsor equipan de serie la tracción integral 4x4.
Si nos fijamos en su ficha técnica podemos comprobar como esta versión tiene un consumo medio homologado de 6,4 litros a los cien kilómetros. Una cifra muy difícil de creer ya que durante una semana que hemos estado rodando con él, por carretera, autopista, ciudad y algunos caminos sin asfaltar, no he conseguido bajar de los 8 litros de media priorizando una conducción eficiente, con picos que se acercan fácilmente a los 10 l/100 km cuando optaba por una conducción un poco más alegre.
Más asfáltico que campero
El Volvo XC60 es un SUV, y como la mayoría de estos vehículos su uso está mucho más enfocado al asfalto que a la montaña. El hecho de equipar la tracción permanente a las cuatro ruedas le aporta un pequeño plus en cuanto a capacidad de tracción en terrenos con menor agarre, pero no es un coche eficaz para hacer todoterreno. La tracción AWD se basa en un embrague multidisco que reparte el par en función de las necesidades del momento sin que el conductor deba intervenir o seleccionar ningún modo. En línea recta, con suficiente agarre, serán las ruedas delanteras las que tiren del XC60 y a partir de ahí se irá repartiendo el par hasta un porcentaje de 50/50 entre el eje delantero y el trasero cuando detecte pérdidas de tracción.
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Tiene una buena altura libre al suelo, lo que permite circular sin problemas por caminos en buen estado, y quizás puede ir un poco más allá, pero deberemos tener la suficiente consciencia de que los neumáticos que monta de serie limitan muchísimo cualquier intento de aventura. Por su parte las suspensiones se encargan de filtrar y amortiguar realmente bien los múltiples baches que podamos encontrar en el camino.
En asfalto es donde el XC60 saca a relucir todo su potencial. Con un chasis muy bien afinado este coche es muy agradable en carretera. Lógicamente su altura y su peso le penalizan frente a una berlina tradicional, pero su comportamiento es francamente bueno teniendo en cuenta sus características.
El motor D5 empuja con fuerza desde abajo, aunque se percibe más lleno a medio régimen de revoluciones. La gestión automática del cambio entiende bien las órdenes que se le transmiten con el pedal del acelerador, bajando una o dos marchas si pisamos a fondo o engranando la marcha más larga posible en el caso de acariciar el pedal. El cambio es rápido subiendo relaciones pero algo lento al bajarlas. Detrás del volante hay situadas dos levas de cambio (opcionales por 183 €), por si el conductor prefiere optar por una utilización en modo secuencial –también puede emplearse el pomo del cambio para la misma función desplazándolo hacia la izquierda-.
El chasis activo Four-C, que puede equiparse opcionalmente por 1.307 euros y que llevaba nuestra unidad de pruebas, ofrece la posibilidad de variar el tarado de las suspensiones en tres programas: Comfort, Sport y Advanced. Personalmente me hubiese gustado algo más de diferencia entre ellos ya que el modo Comfort y el Sport apenas varían. Algo más de diferencia existe entre el Comfort y el Advance. En mi opinión, si el conductor no es de los que suele cambiar su estilo de conducción, creo que esos euros de más nos los podemos ahorrar.
La agradable sensación que se obtiene al volante del XC60 se multiplica gracias a una dirección con un tacto muy bueno. Es precisa y guía a la perfección al coche por donde le indicamos. El aumento de la dureza en función de la velocidad está muy bien conseguida y permite realizar una conducción muy precisa. Por su parte los frenos se muestran eficaces y sólo un ritmo muy elevado en carreteras reviradas acabará fatigándolos un poco. Nada alarmante.
Como novedad el “Corner Traction Control” (control de tracción en curva) se equipa de serie. Este sistema ayuda a reducir el subviraje en curva al frenar ligeramente las ruedas interiores para garantizar que el modelo siga la línea marcada por la dirección. Eso sí, con el consiguiente castigo de frenos habitual en este sistema cuando se conduce con rapidez.
Cargado de equipamiento
Si algo caracteriza a Volvo es el gran empeño que está poniendo en mejorar la seguridad al volante de sus vehículos. Por supuesto el XC60 no se queda atrás y ofrece numerosas soluciones para prevenir o minimizar el daño frente a una colisión.
De serie, el acabado Summum, el más completo (hay por debajo otros dos acabados denominados Kinetic y Momentum), lleva airbags para el conductor y el acompañante, otro dos más de cortina, sistema de prevención de latigazos cervicales WHIPS, cinturones con pretensores, anclajes Isofix, asistencia a la frenada de emergencia EBA, control dinámico de estabilidad y tracción DSTC, control de descenso en pendientes HCD y el sistema City Safety que frena automáticamente el vehículo al detectar un obstáculo a punto de colisionar al circular a una velocidad por debajo de los 30 km/h.
En cuanto a equipamiento, también están incluidos en este acabado el climatizador bizona, el control de velocidad, el volante ajustable en altura y profundidad forrado en cuero, los sensores de luces y lluvia, los mandos multifunción en el volante, un equipo de sonido de alto rendimiento, la pantalla de infoentretenimiento de 5 pulgadas, el sistema de telefonía Bluetooth integrado, el panel de instrumentos digital, el reposabrazos trasero con hueco portaobjetos, el delantero con posavasos, las luces diurnas LED, los raíles en el techo y la rueda de repuesto de tipo galleta.
Esta unidad de pruebas, además, montaba varios sistemas adicionales que a continuación os detallo con sus precios entre paréntesis. El Pack Safety (2.353 €) incluye la detección de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor, el sistema de alerta al conductor, que detecta una posible distracción o somnolencia del conductor y emite una señal visual y acústica para advertir del cansancio, y por último la advertencia de colisión con freno automático y detección de peatones, que proyecta un haz rojo en el parabrisas si el coche detecta que nos acercamos peligrosamente al vehículo delantero o a un obstáculo o peatón. En ese caso prepara el freno para una posible frenada de emergencia hasta el punto de frenar solo si el conductor no ha pisado el pedal para minimizar el daño producido.
Los otros dos paquetes de que disponía nuestra unidad eran el Pack Light (1.438 €), que añade retrovisores exteriores e interior antideslumbrantes, iluminación ambiental interior y faros de xenón activos que giran con la dirección del volante para mejorar la iluminación en curva, y el Pack Xenium (3.922 €) con regulación eléctrica para los dos asientos delanteros, sensores de aparcamiento delante y detrás, además de una cámara en el portón, techo solar con apertura eléctrica y sistema de navegación.
Pero ahí no queda la cosa. Como ya os he comentado la unidad de las fotografías llevaba la friolera de 12.650 euros en extras. Sumados a los tres paquetes citados también disponíamos de pintura Cristal White (1.608 €), cierre de seguridad para niños (104 €), desconexión del airbag del pasajero (91 €), asientos calefactables (379 €), portón trasero con cierre eléctrico (523 €), reposacabezas traseros abatibles (196 €), brújula en el retrovisor (91 €), levas en el volante (183 €), chasis activo Four-C (1.307 €), tapicería de cuero bicolor (326 €) y llantas de aleación de 18 pulgadas (130 €).
El perfecto compañero de viajes
Una semana, no he necesitado más tiempo para comprobar las enormes cualidades de este SUV. Juega en una liga superior a la media, donde la calidad, el confort y la dinámica están un peldaño por encima de los modelos generalistas. Esto no quiere decir que todos los demás me parezcan malos, nada de eso, simplemente es que éste es muy bueno.
Me ha gustado especialmente en asfalto, en vías rápidas, donde el tarado de las suspensiones, una dirección precisa y un ambiente interior muy agradable permitirán hacer kilómetros y kilómetros de manera confortable. Ni los dos ocupantes delanteros ni los traseros podrán quejarse del espacio, muy bueno en ambos casos, no hay excusa.
El Volvo es un coche que desprende calidad por los cuatro costados y como tal su precio elevado se sitúa en la media de los vehículos con los que compite. El modelo que hemos probado, con el acabado Summum, sin opciones, tiene un precio base de 51.645 euros. Comparándolo con sus competidores directos, vemos como BMW no tiene ninguna motorización de similar caballaje para el X3. El xDrive 20d tiene 184 CV y cuesta 44.100 euros, mientras que el xDrive 30d de 258 CV tiene un precio de 55.950 €. Con el Q5 de Audi ocurre exactamente lo mismo: tenemos el Q5 2.0 TDI de 177 a un precio de 49.990 € y un Q5 3.0 TDI de 245 CV por 59.610 €. El Mercedes-Benz GLK 250 BlueTEC de 204 es el modelo que tiene una potencia más parecida a la del Volvo, como también su precio 51.312 €.
Unos ofrecen una conducción más dinámica que otros y otros un interior más confortable. Cada cual apuesta por lo que cree más importante para su público. El caso del Volvo XC60 es un tanto particular, ya que sale bien parado en todos los frentes. Es un coche con buenas cualidades de rodadura, dispone de un interior espacioso y bien acabado, peca un poco en términos de consumo, pero tiene un precio bastante competitivo dentro de la media.
Hola buenas me gustaría comprar un Volvo xc 60 150 cv automático de segunda mano, alguien me podría algún consejo o opinión de que tal salen los motores y las cajas de cambio automáticas. Saludos