Volantazo en la industria de la automoción. Aunque flota en la conciencia popular que la industria global tiene el propósito de desarrollar en el futuro a corto y medio plazo todas las posibilidades del coche eléctrico, en Japón parece que la tendencia va por otro camino. Tres de sus fabricantes de vehículos de mayor solera, Toyota, Mazda y Subaru, apuestan por crear una nueva generación del motor de combustión. Así lo han anunciado en una conferencia en la presentación del Multipathway Workshop de Tokio, donde los líderes de las tres compañías aseguraron su compromiso conjunto para desarrollar los motores de combustión y reducir los costes de producción.

«Con estos motores, cada una de las tres empresas tratará de optimizar la integración con motores, baterías y otras unidades de propulsión eléctrica». El objetivo de fondo parece evidente: alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono creando una nueva generación de motores de combustión más respetuosa con el medio ambiente. Mejorar el rendimiento al tiempo que se avanza en términos de descarbonización.

Los motores de combustión entran en una nueva era

No es de extrañar esta decisión, Japón presenta en la actualidad una baja proporción de vehículos eléctricos y en su cultura automovilística está muy presente la combustión. Para hacernos una idea, los vehículos eléctricos, los híbridos enchufables y modelos de pila de combustible contabilizaron un pírrico 2,9% del total de ventas. Por eso, esta nueva generación de motores de combustión interna se caracterizan por su compatibilidad con el uso de hidrógeno líquido, biocombustible y combustible sintético (todos ellos neutros en carbono) y la incorporación de algunos elementos eléctricos que mejoran el rendimiento global del vehículo y le acercan a la emisión cero.

Juntos, pero no revueltos

Si bien esta alianza busca un generar futuro común para la industria de la automoción nipona, las tres compañías compartirán conocimientos y perspectivas de desarrollo respetando el core de cada una de las organizaciones. Toyota seguirá desarrollando los que conocemos como motores convencionales, Subaru hará lo propio con motores de arquitectura bóxer y Mazda seguirá su línea investigativa con los propulsores rotativos.

Este trabajo en paralelo permitirá trabajar en un horizonte tecnológicamente más responsable y de paso garantizar la continuidad de negocio para tres marcas esenciales en la robustez económica del país.

La eficiencia a través de la estética

El uso de una nueva tecnología tendrá consecuencias estéticas en el seno de los vehículos producidos en un país que vendió en 2023 nada menos que 4.779.086 unidades, según la Asociación Japonesa de Concesionarios de Automóviles. La consecuencia más destacable es la bajada del capó debido a sus motores más pequeños, lo que influirá directamente en sus prestaciones aerodinámicas y, por extensión, en una mayor eficiencia en el uso del combustible.

Presentando modelos nuevos motores de última generación

Las tres compañías representadas por sus principales líderes, Masahiro Moro (Mazda), Koji Sato (Toyota) y Atsushi Osaki (Subaru), aprovecharon para lucir músculo de cara a la sociedad y a sus más fieles seguidores. Mazda presentó al público motores de uno y dos rotores de aplicación en coches eléctricos (EV), Toyota hizo lo propio con un motor de cuatro cilindros en línea de alto rendimiento y Subaru presentó un sistema híbrido que combina motor boxer y un paquete de baterías de iones de litio.

Con esta declaración conjunta el mercado nipón de los motores de combustión, como la energía, ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma buscando nuevas vías que les conduzca desde la máxima eficiencia a su versión más sostenible.