Quienes hayan tenido que pasar la ITV durante los últimos meses habrán notado algunos cambios en lo que a las pruebas obligatorias se refiere. Concretamente, estamos hablando de la incorporación de la recogida de datos de consumos y gasto de energía.

Esto ocurre desde el 20 de mayo, ya que el manual de procedimiento de inspección de las ITV ha sido actualizado a la versión número 7.7.0. La duda de muchos usuarios, por supuesto, es para qué recopilan las ITV los datos de consumo de los vehículos y qué van a hacer con ellos. Hay que subrayar que esta información no parece afectar al resultado de la inspección. Veamos, pues, las respuestas que se han dado desde la AECA-ITV.

Qué coches se ven afectados y cómo se lleva a cabo la prueba

La recogida de datos de consumos y gasto de energía es obligatoria, aunque solo afecta a aquellos vehículos ligeros cuya matriculación sea posterior al 1 de enero de 2021. En cuanto a la tecnología de los mismos, la norma afecta a vehículos con motor de combustión, a coches eléctricos enchufables y a vehículos híbridos no enchufables.

En el caso de los híbridos enchufables, lo que se mide es la energía consumida. Por el contrario, los híbridos no enchufables son tratados como vehículos de combustión, así que se les miden los consumos.

El modo de realizar la nueva prueba es muy sencillo, ya que se lleva a cabo a través del OBFCM (On-Board Fuel Consumption Meter). Este es el sistema de diagnóstico incluido en cualquier vehículo comercial ligero o turismo que haya sido matriculado a partir de 2021, aunque algunos coches de matrícula anterior también cuentan con dicha tecnología.

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Una prueba que llega desde la UE

Ahora que sabemos cómo se realiza la lectura, todavía queda la duda acerca de a dónde van a parar todos estos datos. Lo cierto es que la ITV no hace nada con ellos; únicamente los envía a las autoridades competentes de los Estados miembros de la UE. En Bruselas, junto a la Comisión Europea, la AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) y los propios fabricantes, se encargan de supervisarlos.

El objetivo de todo este proceso no es otro que el de estudiar cuál es el estado actual del parque de vehículos. También se quiere tener una visión de futuro analizando datos más directos acerca de las emisiones reales que se producen.

Como dichos datos tienen en cuenta las condiciones reales de conducción de los usuarios, son más fiables que los que se obtenían hasta ahora. Así, hablamos de una información que puede ser vital de cara a la implementación de futuras políticas destinadas a mejorar la calidad del aire en toda Europa.

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¿Una lectura completamente anónima?

¿Y cómo nos afecta esta nueva prueba? Lo cierto es que, según la AECA-ITV, la lectura no tiene repercusiones en la inspección. Los usuarios, pues, no deberán hacer nada más, y la información que se recoja no tendrá ningún efecto sobre el resultado de la ITV. Además, cabe señalar que los datos siempre serán anónimos.

Asimismo, el manual de procedimiento y la propia legislación dejan claro que ninguna información que se recoja puede ser usada de ninguna forma por ningún operador de la ITV o por las autoridades competentes. Además, una vez enviada, han de ser completamente eliminada.

Los usuarios no necesitan preocuparse por la nueva prueba que recoge datos de consumos y gasto de energía. Se trata, pues, de un trámite anónimo, dirigido desde la Unión Europea, con el objetivo de mejorar el seguimiento que se hace de las emisiones. La finalidad es poder aplicar políticas más efectivas. En cuanto a los usuarios, solo tenemos que seguir acudiendo a la estación de la ITV cuando sea necesario, y dejar que los profesionales se encarguen de todo.