Cuando un vehículo adquiere determinada edad, y cuenta con las características necesarias, puede convertirse en algo más que un simple coche viejo. Sí, los años y los kilómetros pesan; pero, si el vehículo sigue estando en buen estado, puede adquirir un nuevo estatus que renovará su interés e incluso su valor. Veamos, a continuación, qué diferencias existen entre un coche clásico y uno histórico, y qué diferencia a ambos de un simple vehículo antiguo.
¿Antiguo o clásico?
Distinguir un coche histórico o de uno nuevo es sencillo. Pero, ¿qué es lo que hace que entre en esta categoría y no sea catalogado simplemente como un vehículo viejo? Para empezar, hemos de tener claro que, aunque no hay ninguna norma al respecto, un coche usado suele ser considerado como antiguo cuando pasan más de 10 años desde su matriculación. Y este, como es lógico, será más propenso a sufrir averías debido al desgaste y al uso.
¿Y el coche clásico? Si esperamos que nuestro coche sea considerado como tal, la antigüedad de este ha de ser de, como mínimo, 25 años. No obstante, también será necesario que su estado sea lo más bueno posible.
Qué es un coche histórico
A pesar de lo que hemos visto hasta ahora, hay que tener en cuenta que la Dirección General de Tráfico no recoge el término de vehículo clásico de forma oficial. Pero no ocurre lo mismo con el coche histórico. Aquí sí que hablamos de una categoría reconocida y que, a su vez, tiene una serie de requisitos muy concretos que el vehículo debe cumplir.
La más evidente, por supuesto, es la antigüedad. De este modo, el vehículo debe tener, como mínimo, 30 años desde que fue matriculado por primera vez. Asimismo, si se desconoce el momento exacto, se toma la fecha de fabricación como punto de referencia.
Otros requisitos para que un vehículo sea histórico
Para que nuestro vehículo entre en la categoría de coche histórico, este debe conservar la mayoría de los componentes originales. De hecho, es imprescindible que mantenga el motor, y debe disponer con un alto porcentaje de piezas de origen (un 80 %, como mínimo). Asimismo, loxs recambios que se hayan empleado en sus reparaciones deberán ser componentes originales que correspondan al modelo del vehículo, pero también al año del mismo.
Matriculación de un vehículo histórico
Al ser un concepto claramente definido y reconocido, el vehículo histórico puede ser matriculado como tal. Así, los vehículos que cumplan con los puntos establecidos anteriormente recibirán una placa histórica. No obstante, conseguirla también pasará por seguir una serie de pasos.
El primero, claro está, será pasar una inspección, de lo que se encargará un laboratorio oficial que haya sido acreditado por la Comunidad Autónoma. Tras superarla, deberemos acudir a la Jefatura Provincial de Tráfico para solicitar la matriculación de carácter histórico.
¿Qué documentación necesitaremos?
Este trámite exigirá acreditar que se han pagado los impuestos correspondientes. Además, deberemos rellenar el impreso de solicitud y tendremos que presentar el DNI y el permiso de circulación, así como el documento que habremos obtenido tras pasar la inspección.
Por otro lado, necesitaremos hasta cuatro fotografías en color del coche. Finalmente, vamos a abonar una tasa, cuya cuantía será de unos 100 euros.
Así, podemos establecer que la diferencia principal entre un vehículo clásico y uno histórico es el hecho de que la segunda categoría está mucho más regulada. Los requisitos son mayores, claro está, pero esto nos ofrecerá algunas ventajas interesantes. Podremos optar a seguros para coches clásicos más adecuados, o incluso nos beneficiaremos de interesantes rebajas en el impuesto de circulación. Eso sí, lograr esto será un proceso largo, así que deberemos armarnos de paciencia y controlar el coste de cada paso que debamos dar.