La carrera hacia la electrificación ya está en marcha con el objetivo puesto en el año 2030. En esta fecha tendría que haber 5 millones de vehículos eléctricos circulando en España según el objetivo que se ha marcado el Gobierno. Y para este volumen tendría que haber instalados 340.000 puntos de carga, 45.000 para finales de 2022. ¿Conseguirá España el reto de la descarbonización?
Sobre la situación actual y la que llegará hablamos con Arturo Pérez de Lucía, director general de AEDIVE, Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica.
La descarbonización es uno de los mayores retos a los que se están enfrentando el sector, ¿cómo trata AEDIVE de acercar la movilidad eléctrica a la sociedad actual?
Desde AEDIVE trabajamos con la cadena de valor industrial, tecnológica y de servicios de la movilidad eléctrica para promover la generación de sinergias y modelos de negocio que hagan viable el mercado, fomentando, además, la colaboración público-privada y público-público para derribar los problemas que pueda haber en torno a su desarrollo.
Al mismo tiempo, actuamos como órgano asesor y consultivo de las administraciones públicas para el ámbito normativo, regulatorio, de planes de incentivos y cualquier otra actuación destinada a reforzar el ecosistema del vehículo eléctrico. Por otro lado, tratamos de promover al máximo la diseminación de información en torno a la movilidad eléctrica para derribar las barreras del desconocimiento.
Las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables acumulan hasta octubre un crecimiento del 28,2% pero solo suponen un 10% del total de mercado, ¿qué le falta a España para ponerse al nivel de países líderes en Europa como Noruega, Países Bajos o Alemania?
Contamos en España con retos importantes desde la parte de los vehículos, como es la diferencia de precios en la compra entre vehículos eléctricos y sus espejos en combustión que, aunque se va reduciendo, todavía persiste en alguna medida, si bien en el uso, el eléctrico es mucho más barato y el periodo de amortización más corto. En este sentido, estamos abogando por una reforma fiscal que otorgue sentido a las actuaciones que se están llevando a cabo desde los ministerios de Transporte y Movilidad, Transición Energética y Reto Demográfico e Industria, Comercio y Turismo, para que haya señales de precio en la compra que, por ejemplo, tienen esos países en sus planes de ayuda y que en el caso de España, no se reflejan a la hora de adquirir un vehículo eléctrico, sino que se perciben varios meses, incluso, años más tarde.
En cuanto a la infraestructura de recarga estamos muy lejos de los 45.000 puntos de carga marcados como objetivo para el cierre de este año. ¿Qué se está haciendo para aumentarla?
Existe cierta desinformación sobre el despliegue de infraestructuras de recarga de acceso público en España, que es algo mayor de lo que informan algunas fuentes. Actualmente estaremos en torno a unos 20.000 puntos de carga públicos, pero hay que entender que el desarrollo de estas infraestructuras ha de estar en consonancia con los requerimientos del mercado y con el parque actual de vehículos eléctricos, el despliegue de puntos de recarga es razonable.
Pero el crecimiento de matriculaciones que se prevé exige que las infraestructuras de recarga lo hagan en la misma medida y en eso estamos trabajando con el ecosistema de operadores de recarga. Los operadores de recarga prevén inversiones por valor de 3.000 millones de euros hasta 2030 para el despliegue de la red de recarga pública en España. Sin embargo, para que ello se produzca, es preciso eliminar las barreras que actualmente sufren en la concesión de licencias y permisos y que las administraciones públicas faciliten su actividad.
Los usuarios de coches eléctricos piden más puntos de recarga rápida en las carreteras, ¿cuántos crees que serían necesarios? ¿de qué potencia deberían de ser estos puntos de recarga para cubrir las necesidades en los viajes?
Hay que decir que el número de puntos de recarga rápida y de alta potencia existentes en España permite hoy en día viajar por todo el país, pero hay que entender que lo que no había hasta hace poco es modelos de vehículos eléctricos capaces de hacer viajes largos, más allá de la oferta de uno o dos fabricantes. Esa situación ha empezado a cambiar y ahora, todos los fabricantes ofrecen vehículos con altas capacidades de batería y disponibilidad de carga a altas potencias, que es lo que permite viajar tal y como se haría en un modelo de combustión.
Por otro lado, es importante saber que la media de uso de los puntos de carga públicos está en torno al 9 y 12%, que es un ratio muy bajo todavía. El despliegue de puntos de carga de alta potencia es constante y para cubrir las necesidades de viajes de media y larga distancia, lo ideal es que ofrezcan potencias de más de 100 kW, que permiten recargar buena parte de la media de las baterías habilitadas para dicha recarga en minutos.
Desde el punto de vista de AEDIVE, ¿cuántos vehículos eléctricos puros tendrían que venderse al mes para alcanzar los 5 millones de vehículos eléctricos en 2030 previstos por el Gobierno?
Teniendo en cuenta el parque actual de vehículos eléctricos, de aquí al 2030 se tendrían que matricular del orden de 600.000 unidades/año para alcanzar dicho objetivo.
¿Cuál debe ser el papel de los concesionarios y compraventas en la consecución de estos objetivos? ¿Están los vendedores bien formados para asesorar a los conductores que acuden en busca de su nuevo coche?
El modelo de negocio de los concesionarios está evolucionando en la medida en la que lo está haciendo la movilidad y la automoción, donde aspectos como la digitalización, la conectividad y la electrificación están condicionando la compraventa de vehículos.
Los vendedores están siendo formados, pero sin duda, el modelo de incentivo en la compraventa debe evolucionar, porque la venta de un eléctrico implica un esfuerzo adicional por parte del profesional, que además de ofrecer información sobre el propio vehículo, ha de hacerlo también sobre las soluciones de recarga y sobre otros aspectos como la equivalencia entre kWh y kilómetros, por ejemplo.
Si algo comentan los conductores es sobre lo que ha subido el precio de los coches en general y lo caro que es un eléctrico. En este camino hacia la neutralidad en emisiones, ¿se va a poder garantizar una movilidad asequible y accesible a todas las rentas? No hay que olvidar que el vehículo es una extensión de la libertad individual y no debería de ser un lujo al alcance de unos pocos.
Lo que no debería de ser un lujo al alcance de pocos es la posibilidad de disponer de una diversidad de soluciones de movilidad que permitan a cualquier ciudadano desplazarse de forma libre por el territorio. Otra cosa es que las opciones impliquen la propiedad, o no, de un vehículo.
Actualmente, la movilidad está evolucionando en los entornos urbanos, donde se produce más del 80% de los desplazamientos, que suelen ser de pocos kilómetros al día. Por tanto, habrá ciudadanos que sigan comprando vehículos en propiedad, lo cual es positivo para la economía de un país como el nuestro, referente en la industria de la automoción, pero también hay que compaginar potenciar soluciones de movilidad que permitan eliminar dos de los grandes problemas del tráfico rodado: la contaminación y la congestión, a través de opciones que no impliquen necesariamente la propiedad para quienes no pueden permitirse comprar y mantener un vehículo.
Por ello, junto al transporte público surgen soluciones como la movilidad compartida con vehículos eléctricos, que también actúan sobre ambos problemas y además, ofrecen ventajas económicas para el bolsillo de los ciudadanos. Eso está llevando a que aquellos ciudadanos que tengan a su disposición diversas soluciones de movilidad, las utilicen y cuando precisen de un vehículo para algún viaje largo, lo alquilen, con un resultado muy competitivo para el bolsillo frente al concepto de propiedad.
Por otro lado, el renting está creciendo no solo como opción para las empresas, sino también para los ciudadanos, que no quieren anclarse a la adquisición de un vehículo y prefieren pagar una cuota que les permite flexibilidad en los pagos y no ser esclavo de un activo que se devalúa con los años económica y tecnológicamente.
En cuanto a la puesta en marcha de Zonas de Bajas Emisiones a partir de 2023 hay mucha preocupación entre los conductores que, por diversos motivos, no pueden cambiar de coche y se ven limitados a la hora de moverse por el centro de las ciudades, ¿qué opina? ¿cree que deberían de ampliarse las excepciones –en Barcelona lo están estudiando– o retrasar la obligatoriedad de estas nuevas ZBE?
Creo que los ayuntamientos deben acelerar la adopción de soluciones que permitan mediante el transporte público y la movilidad compartida de vehículos eléctricos de dos y cuatro ruedas, ofrecer alternativas viables y asequibles para garantizar esa movilidad.
Europa ha prohibido vender coches y furgonetas de combustión a partir de 2035. Con el lento avance de la electrificación en España, ¿se va a poder cumplir o el Gobierno tendrá que activar una moratoria?
No se prevé que haya una moratoria. Estamos hablando de un escenario a 12 años vista en los que el sector de la automoción va a evolucionar de forma importante y en el que la oferta de vehículos eléctricos, su precio y disponibilidad también lo van a hacer por efecto de las economías de escala. Por lo tanto, no podemos mirar con los ojos de hoy el mercado que tendremos en más de una década.
¿Cuáles son las claves para que la movilidad eléctrica avance con mayor rapidez en España? ¿Con qué ventajas cuenta España para lograr el reto de la descarbonización?
La primera clave es que se aborde una reforma fiscal, en especial una rebaja en el IVA a los eléctricos ya que actualmente no hay incentivos a la compra, pues el Moves es un plan cuya subvención tarda un año y más en recibirse. Esta reforma estaría en sintonía con los objetivos de esa descarbonización y con los de matriculaciones de vehículos eléctricos a 2030. Los ministerios de Movilidad y Transporte, de Transición Energética y Reto Demográfico y de Industria, Comercio y Turismo están poniendo de su parte a nivel regulatorio, de incentivos y ayudas, pero si detrás no hay un alineamiento con el Ministerio de Hacienda, tendremos un escollo difícil de salvar.
En paralelo, que se siga trabajando, pero con mayor ambición, en el derribo de las barreras que actualmente lastran el despliegue de infraestructuras de recarga de acceso público y también vinculada, porque sigue siendo en muchos casos un dolor para muchos usuarios instalarse un punto de carga en su propia plaza, porque muchas comunidades de vecinos no hacen caso de lo decretado en la Ley de Propiedad Horizontal, y también se trabaje para facilitar que en las plazas alquiladas se pueda instalar un punto de carga si el usuario tiene coche eléctrico.
Respecto a las ventajas con que cuenta España, son varias pero destacaría un tejido empresarial muy maduro en torno al desarrollo industrial, tecnológico y de servicios ligado a la movilidad eléctrica.
En 2010 se creó AEDIVE para desarrollar e impulsar la movilidad eléctrica en España. ¿En todos estos años cuál ha sido el logro más importante que ha conseguido la asociación?
El que más destacaría es la creación de un amplio ecosistema de toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica, que a través de AEDIVE es capaz de actuar en gregario para impulsar el mercado.
¿Qué mensaje o recomendación podrías transmitir a las empresas que quieran ser competitivas en la nueva era de la movilidad?
Que en los más de diez años que hemos estado trabajando para impulsar la movilidad eléctrica, estamos ahora en un momento idóneo para consolidar los proyectos empresariales de toda índole, y que hoy más que nunca, es importante trabajar en coopetencia, es decir, en un ámbito de cooperación en competencia, donde juntos podamos reforzar los pilares que harán del vehículo eléctrico y su ecosistema un mercado sólido y de futuro.
Como director de AEDIVE, ¿cuál es tu mayor reto dentro de la asociación? ¿Cómo definirías el momento actual que vive el sector de la automoción?
Mi reto principal es seguir manteniendo el nivel de actividad de la asociación AEDIVE, que crece a pasos agigantados, y acompañar a todas nuestras empresas asociadas para generar negocio, consolidar sus proyectos y reforzar las relaciones. A nivel más institucional, seguir trabajando las administraciones públicas para reforzar la colaboración público-privada y conseguir que los objetivos a nivel administración tengan sentido desde la perspectiva empresarial para alcanzar el éxito.