Si hasta hace unas décadas parecía impensable elegir fórmulas para la movilidad más allá de la gasolina o el diésel, el actual es un mundo mucho más variado. Una creciente preocupación por el medioambiente, los elevados precios del combustible y la aparición de las zonas de bajas emisiones son solo algunos de los motivos por los que el sector de la automoción se ha diversificado. Y, en este contexto, podemos encontrar el GLP, uno de los combustibles alternativos más populares.
Qué es el GLP
Tal vez no hayamos oído hablar de él, pero conviene saber que en países como Alemania o Italia es muy utilizado. Pero, ¿qué es el GLP? Tras este curioso nombre se encuentran las siglas de gas licuado de petróleo, y se estima que, solo en España, se han contabilizado más de 26 000 matriculaciones durante el año pasado.
Así, estamos hablando de una mezcla de gases que han sido procesados para convertirlos en un combustible líquido y apto para los coches. Por lo general, el porcentaje suele ser de un 70 % de butano y un 30 % de propano, aunque estas cifras pueden variar.
De donde proviene
Según las estimaciones, los gases con los que se elabora el GLP empleado en nuestro país son extraídos, en gran medida, de yacimientos de petróleo y de gas natural. Estos ascienden a un 60 % del total.
Por lo que respecta al 40 % restante, este surge como derivado de la destilación del petróleo, que tiene lugar en las refinerías.
Ventajas y desventajas del GLP
El GLP cuenta con sus propias ventajas, así como con algunos inconvenientes. Por eso, si pensamos elegir un vehículo que emplee este combustible, antes debemos saber lo que nos vamos a encontrar.
Entre las ventajas, podemos destacar las siguientes:
- El precio: Se trata de una alternativa mucho más económica que la gasolina o el diésel. Y es que, a pesar de que su precio también ha subido a lo largo de los últimos años, sigue siendo una de las opciones más económicas.
- La autonomía: A diferencia de otras soluciones alternativas, el GLP destaca por contar con una autonomía destacable. Esta puede llegar a superar los 1000 kilómetros, a lo que podemos sumar el hecho de que este tipo de vehículos emplean la gasolina como combustible de apoyo. Esto hace que el GLP sea el combustible más barato para realizar viajes largos.
- Menos emisiones de CO₂: Los vehículos que funcionan con GLP emiten hasta un 15 % menos de CO₂. Eso hace de esta una opción más sostenible, pero también garantiza el poder utilizar la etiqueta ECO.
Por otro lado, estas son sus desventajas:
- Menor potencia: Es cierto que el precio del GLP es menor que el de la gasolina, pero también ofrece menor potencia. Por eso, para obtener la misma, tendremos que gastar más combustible. En este sentido, en momentos en los que la diferencia de precio no es demasiado elevada, el ahorro se ve reducido.
- Menos lugares para repostar: Según se estima, en toda España solo podemos encontrar unas 800 estaciones de servicio en las que podremos repostar con GLP. Es una cifra muy pequeña, especialmente si tenemos en cuenta que existen un total de 12 000 puntos de repostaje para gasolina o diésel.
¿Es posible convertir a GLP un coche de gasolina?
Si nos sentimos interesados por el GLP, pero no estamos dispuestos a cambiar de vehículo, hemos de tener en cuenta que existe la posibilidad de transformar un coche de gasolina para que admita este tipo de combustible.
Para ello, podemos ir a un taller especializado en este campo, donde podrán instalar un kit de transformación. Dicho kit puede costar entre 1500 y 2500 euros, y la instalación puede ser cuestión de horas o tardar varios días, dependiendo del tipo de vehículo que tengamos.
Eso sí, solo podremos hacer esto si contamos con un turismo o una furgoneta con motor de gasolina y con una potencia de entre 30 y 460 CV. Además, tras la instalación, deberemos legalizar el vehículo en una estación de ITV.