La producción industrial en Japón ha descendido más de lo previsto el pasado agosto. La incertidumbre sobre la economía mundial está erosionando aún más las perspectivas del sector manufacturero del país, sumándose también diversos factores internos que están ensanchando esta desaceleración productiva.

En este contexto, expertos apuntan al sector automovilístico como un elemento de arrastre para la economía. Los grandes fabricantes de coches japoneses han reducido sensiblemente su producción mundial de vehículos en ese mismo mes, pero empujados principalmente por dos factores tremendamente dispares: el escándalo relacionado con las certificaciones de seguridad de algunos modelos y la aparición del tifón Shanshan.

Factores en el freno la producción de vehículos en Japón

En primer lugar, el Ministerio de Transportes de Japón emitió una orden en agosto para suspender la fabricación de varios modelos de automóviles, viéndose afectados fabricantes como Toyota, Suzuki, Mazda, Honda y Yamaha. El motivo era que los técnicos del ministerio habían detectado errores en las certificaciones de determinados vehículos, incluyendo las pruebas de seguridad.

Fuentes del Ministerio lamentaban que salieran a la luz estos actos fraudulentos, ya que se había visto socavada la confianza de los usuarios, sacudiendo los cimientos mismos del sistema de certificación de automóviles.

El otro factor determinante en el freno de la producción de vehículos ha sido la llegada en agosto del tifón Shanshan a Japón. Con ráfagas de viento de hasta 252 kilómetros por hora y lluvias torrenciales generalizadas, provocó que Toyota se viera obligado a suspender la producción en sus 14 fábricas japonesas. Otros fabricantes como Mazda se sumaron a la suspensión por motivos de seguridad.

Ante la peligrosidad del tifón, multinacionales de otros sectores como Canon e Hitachi tomaron medidas similares. Aeon, uno de los principales grupos minoristas de Japón, se inclinaron por la reducción de los horarios de apertura al sudoeste del país.

Descenso en la producción y reactivación económica

Según el Ministerio de Economía, Comercio e Industria, la producción industrial cayó en agosto de este año un 3,3% respecto al mes anterior en Japón y acusó un descenso de un 4,90% respecto al mismo mes del año anterior. La fabricación de automóviles se desplomó un 10,6% y esto ha terminado afectando a la industria de fabricación de chips para la exportación, que ha experimentado en dicho mes una caída del 4,6%.

Aunque se esperan mejoras sensibles en octubre, todo va a depender de las tendencias económicas de grandes mercados como Estados Unidos y China, ya que será la demanda externa la que tendrá la última palabra en la reactivación de la actividad manufacturera de Japón.

Señales lentas de recuperación

El sector empresarial japonés espera que la producción aumentara aproximadamente un 2% mensual en el último trimestre del año. Algunos analistas señalaron que la previsión debería haber mostrado un repunte más acentuado después de que la producción de vehículos de motor cayera un 10,6% en agosto.

Economistas indican que el estancamiento de la producción está demostrando que la presión de la ralentización económica mundial sigue siendo un factor más determinante que el impacto de la paralización de la producción en algunas fábricas de automóviles en el país. Por otro lado, la situación de la economía a escala mundial y las subidas de tipos del Banco de Japón están provocando que las empresas recurran más al ahorro que al gasto. Si los fabricantes japoneses persisten en esta postura conservadora, la producción industrial manufacturera tardará algo más en volver a las cifras esperadas.