La invasión rusa a Ucrania acarrea pérdidas humanas y económicas. Incluso el sector automovilístico se ha visto afectado por el aumento desproporcionado de los precios de las materias primas y por la censura al petróleo ruso.

Al parecer, aún hay más. Y es que, expertos analistas prevén que el cierre de las fábricas de cableado en Ucrania podría afectar el 15 % de la producción de vehículos en toda Europa.

17 fábricas ucranianas en riesgo

Actualmente, Ucrania cuenta con 17 fábricas de cableado eléctrico para la industria del automóvil. Aunque otros países, como Marruecos y Rumania, pueden aumentar su oferta para satisfacer la demanda, es probable que tarden un tiempo en hacerlo.

Un informe elaborado Colin Langan, analista de Wells Fargo, confirma los temores, ya que prevé que el cierre de las fábricas ucranianas podría hacer decaer la producción de vehículos en Europa en 700 000 unidades durante el primer semestre.

Volkswagen, BMW y Mercedes entre los afectados

Todo apunta a que la guerra en Ucrania pasará factura a los fabricantes europeos, al menos durante la primera mitad del año. Y es que, el país ucraniano solía ser una fuente importante del cableado que se emplea en los sistemas eléctricos de los automóviles.

Ante la falta de suministro por la crisis en Ucrania, tanto Volkswagen como BMW han tenido que frenar las actividades en algunas de sus fábricas alemanas. Mercedes-Benz, por su parte, optó por reducir la producción en Alemania y Hungría.

Reducciones importantes en la producción de algunos modelos

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SEAT, al igual que otras marcas, tomó una difícil decisión. Ante la escasez de componentes, no ha tenido más remedio que disminuir la producción de su línea de híbridos enchufables. Ucrania era hogar de los principales proveedores de cables y piezas eléctricas; elementos esenciales para la fabricación de vehículos en Alemania.

Los mazos de cables procedentes del este de Europa pueden ser sustituidos por los de otros fabricantes del norte de África. No obstante, puesto que estos arneses para cables no son fáciles de encontrar, la producción de ciertos vehículos, como el primer eléctrico CUPRA Born de la marca SEAT, se ha detenido en seco.

La grave situación se extiende a otras marcas. Audi, en respuesta de la crisis, frenó por completo la actividad en sus plantas alemanas de Ingolstadt y Neckarsulm. Porsche, por otra parte, redujo la fabricación de los modelos Panamera y Macan, frenando también la del vehículo Taycan.

Volkswagen está pasando por una situación similar con su coche eléctrico ID 3. En medio de este difícil escenario, se ha visto obligada a sustituir sus contactos ucranianos por otros fabricantes de Rumania, Serbia, Túnez y Marruecos.

¿Los consumidores condenados a pagar más por los coches?

Toyota, Hyundai y el Grupo Stellantis se unen a la lista de afectados por las escasez de componentes y el insostenible incremento en el precio de las materias primas. Para evitar males mayores, han decidido interrumpir la actividad de todas las fábricas situadas en Rusia.

El país ruso es proveedor de varios de los metales que se emplean en la industria automovilística y las empresas están tratando de minimizar su dependencia ante la posible llegada de más sanciones. Esta situación empobrece el mercado y tendrá un impacto en el precio, que subirá vertiginosamente.

Por tanto, los fabricantes no son los únicos afectados, sino también los consumidores que deberán pagar mucho más por sus vehículos. Si los fabricantes desean cuidar el bolsillo de los compradores deberán ser creativos para ahorrar costes. Sin embargo, aunque es cierto que pueden encontrar otras fuentes de cables, componentes y materia prima; es posible que tarden algún tiempo.

El principal proveedor de cableado en Europa es Ucrania. Rusia, por su parte, vende metales codiciados en la industria, como el paladio. Los fabricantes deberán replantearse la cadena de suministros lo antes posible para reducir su dependencia y estabilizar la producción de coches.