Mucho se está hablando en los últimos meses de las limitaciones a nivel europeo que se impondrán a los coches con motores de combustión. Aunque algunos países –Alemania entre ellos– han empezado a mostrar sus dudas, lo cierto es que la prohibición de circular con vehículos de gasolina o diésel se va acercando. Y en ese horizonte es donde aparece el e-fuel como alternativa más sólida.

¿Qué sucederá en 2035?

No es que vayamos a hacer de adivinos y pronosticar qué sucederá en 2035, pero ya existe una normativa europea aprobada que señala que ese será el año a partir del cual estará completamente prohibido vender coches con motores de combustión.

Falta mucho aún para su implementación e incluso hay países que han empezado a mostrar su disconformidad con el fondo de la ley. Alemania es uno de ellos.

Teniendo en cuenta que los alemanes poseen algunas de las marcas de vehículos más importantes del mundo, su posición al respecto es fundamental para que la ley salga adelante. El objetivo del texto es reducir las emisiones de gases invernadero que proceden de la industria de la automoción. De ahí que en los últimos años estén prosperando tanto los vehículos eléctricos, aunque estos no terminan de solucionar el problema de fondo.

¿Qué es el e-fuel?

En el panorama descrito anteriormente es donde entra en juego un desconocido para la inmensa mayoría de los conductores. Se trata del e-fuel, un combustible completamente sintético que no emite gases perjudiciales para la atmósfera cuando se usa en los motores. Este tipo de carburante se fabrica a partir de CO2 y hidrógeno.

Estos recursos se pueden encontrar fácilmente y no suponen ningún tipo de reto para la actual industria del motor. El e-fuel no es el único carburante sintético. Sin embargo, tiene una enorme ventaja sobre los demás: se puede emplear sin ningún inconveniente incluso en los coches de combustión que ya circulan por las carreteras.

Es decir, los conductores podrán seguir empleando sus viejos coches y motos sin necesidad de adaptación alguna. Además, las empresas no tendrán que sustituir la tecnología de sus motores, uno de los aspectos que se esconden detrás del rechazo de muchas firmas a la normativa europea antes mencionada. Limpio, fácil de producir y compatible con la actual tecnología, el e-fuel promete ser un producto del que se hable bastante en los próximos años como solución a los retos que plantea el año 2035.

Una clara desventaja

Ahora bien, no todo brilla de igual forma cuando se habla de e-fuel. Su proceso de producción es costoso porque implica altas dosis de energía. De ahí que su precio sea bastante más elevado que el de un litro de gasolina o de cualquier otro combustible. Estamos hablando de un coste que se acerca a los 3 euros por litro. Eso hoy en día, ya que, observando el panorama económico que se avecina en los próximos años, lo lógico sería que en 2035 ese coste resulte incluso bajo.

Lo cierto es que este es el mismo escollo que se asocia a otros combustibles como el hidrógeno verde. A no ser que se consiga un abaratamiento de los medios de producción, se trata de carburantes fuera del alcance de la mayoría de los bolsillos.

Si la norma europea sigue adelante, lo que es de esperar pese a que tendrá algunas modificaciones, los coches de gasolina o diésel desaparecerán en 2035. De la industria depende conseguir para entonces que el precio del e-fuel sea asequible para el consumidor, dado que es la mejor alternativa para poder seguir conduciendo vehículos de combustión interna.