La Comisión Europea ha dado carta blanca a lo que será la nueva normativa Euro 7, aunque los fabricantes no están satisfechos. Su contenido pretende sustituir a la anterior norma Euro 6 y su principal objetivo es facilitar el camino que nos llevará a la movilidad eléctrica.

En general, en este texto hallamos cambios en los límites actuales y ciertas novedades asociadas a las emisiones que tienen que ver con los neumáticos y frenos.

Las claves de la norma Euro 7

Esta normativa estará en vigencia hasta el momento en que finalice la comercialización de vehículos de combustión. En ella se recogerán, entre otras cosas, las emisiones máximas permitidas, las cuales se han reducido.

A continuación vamos a resumir las claves por las que se regirá la norma Euro 7:

  • El Euro 6 establecía un límite máximo de 60 mg/km para los motores de gasolina y 80 mg/km para vehículos diésel. Sin embargo, la nueva normativa equilibra la balanza hasta dejar a ambos tipos de vehículos con un límite máximo de 60 mg/km.
  • Se contemplarán revisiones para controlar las emisiones de los microplásticos derivados del uso de frenos y neumáticos. Ahora bien, esto no será algo exclusivo de los vehículos de combustión, pues dichas partículas también son emitidas por los vehículos eléctricos.
  • Otra de las cuestiones relevantes a las que hace mención la norma Euro 7 tiene que ver con la resistencia de los componentes. Su calidad y buen funcionamiento deben mantenerse con el tiempo hasta que el vehículo llegue a los 200 000 kilómetros, momento a partir del cual podrían empezar a deteriorarse por el uso.
  • Los coches eléctricos también deberán cumplir con la calidad estándar de sus características y elementos. De hecho, los fabricantes deberán garantizar el funcionamiento de las baterías de sus coches, llegando al 80 % de capacidad durante 5 años o hasta haber recorrido 100 000 kilómetros.
Euro 7 propuesta por la Comisión Europea, neumáticos y frenos

Los fabricantes de automóviles en desacuerdo con la norma Euro 7

Desde la Comisión Europea creen que los fabricantes son capaces de asumir perfectamente el límite máximo impuesto en los motores diésel. Los fabricantes, por su parte, aseguran que las medidas repercutirán en la transición hacia la movilidad.

La razón argumentada es que los motores diésel deben adaptarse para llegar a este nivel de emisiones, lo que supone una inversión que no podrá emplearse en el desarrollo y puesta en marcha de baterías y motores eléctricos más exigentes.

Norma Euro 7 lista en 2024

Estas medidas tratarán de reducir el nivel de emisiones en vehículos (turismos y furgonetas) en un 35 % hasta el momento en que los motores de combustión dejen de comercializarse, lo que tendrá lugar en 2035. En cuanto a los camiones, la norma Euro 7 va más allá y su meta es que las emisiones disminuyan un 56 %.

No obstante, aún hay que esperar porque la normativa no estará preparada hasta bien entrado el 2024. Sin ir más lejos, parece improbable que las fechas propuestas (turismos y furgonetas en julio de 2025 y vehículos pesados en julio de 2027) puedan cumplirse por parte de todos los modelos y tipos de vehículos que aparecerán hasta ese momento.

Sin duda, la normativa parece algo compleja. Además, también es preciso poner el foco de atención en las emisiones de las partículas provocadas por frenos y neumáticos al superar incluso las producidas por el tubo de escape.