El mercado de la automoción no atraviesa su mejor momento, las ventas de coches están en continua descenso. La crisis económica que ya había en España antes de la pandemia se ha alargado y empeorado con la expansión de la pandemia del Covid-19. A esto se une la incertidumbre tecnológica que vive el sector y que genera dudas en los compradores, la crisis de los microchips y, ahora, también, la crisis del transporte que empieza a afectar a la producción de coche. Son solo algunos de los factores que están influyendo en acusado descenso de las matriculaciones.

En octubre las matriculaciones de turismos y todoterrenos cayeron un 20,5%, hasta las 59.044 unidades, comparado con el mismo mes del año pasado, un 37% si lo comparamos con octubre de 2019. En el acumulado del año, los datos reflejan una caída del 5,6% y del 33%, respecto a 2020 y 2019, respectivamente. Las matriculaciones de turismos se alejan del hito del millón de unidades al que aspiraba el sector. ¿Las causas? Son varias y han originado la tormenta perfecta para un sector clave en la economía de España. Recordamos que representa el 11% del PIB y da empleo al 9% de la población activa, además nuestro país cerró 2020 como segundo productor europeo y octavo en el mundo.

Planes de ayuda que no acaban de despegar

Las ayudas a la compra tan solicitadas por el sector y que el Gobierno puso en marcha a través del Plan Moves III no acaban de dar los resultados esperados debido a una complicada burocracia y al retraso en su puesta en marcha por parte de algunas comunidades autónomas. Muchos compradores siguen esperando que les ingresen la subvención meses después de haber realizado la compra.

La subida de la luz, ¿freno a la electrificación?

Cierto es que el precio de los coches eléctricos y de los híbridos enchufables es más elevado que los de combustión, si bien, las ayudas a la compra y su menor coste de uso y de mantenimiento permiten que el sobreprecio se pueda amortizar en poco tiempo dependiendo de los kilómetros en modo eléctrico que realicemos. Este argumento se pone en cuestión por la crisis eléctrica, que ocasiona dudas a los posibles compradores que están pensando en dar el paso a la electrificación. Aún así, hay que tener en cuenta que el precio de la luz sigue siendo mucho más barato que el de la gasolina o el gasóleo.

Precios de los combustibles en máximos

Al mismo tiempo los precios de los combustibles no dejan de subir y ahora están en máximos históricos a 1,51 € el litro de gasolina 95 y a 1,38 euros el litro de gasóleo, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Incertidumbre tecnológica, ¿qué coche compro?

Las exigentes normativas de emisiones contaminantes a nivel europeo han provocado un auténtico boom de nuevas soluciones de propulsión más ecológicas. Si antes sólo teníamos que elegir entre comprar un coche de gasolina o diésel, ahora la oferta se amplía con coches de gas GLP o GNC, mild hybrid, híbridos, híbridos enchufables, eléctricos y, aunque hay muy pocos, también de pila de combustible de hidrógeno. Los consumidores cada vez lo tienen más difícil para decidirse, sobre todo teniendo en cuenta la subida de los precios de los coches y las noticias en relación a las restricciones a la circulación que van publicando los diferentes municipios.

La crisis de los microchips

Es el gran problema al que se enfrentan fabricantes y concesionarios. El desabastecimiento de semiconductores o microchips están llevando a parar las líneas de producción, ocasionando a su vez la falta de stock de coches en los puntos de venta. Los clientes tienen que esperar en muchos casos por encima de los seis meses para recibir las llaves de su nuevo coche. Los más impacientes acaban comprando en el mercado de segunda mano.

Problemas con el transporte

Escasez de mano de obra, de camioneros, redes de transporte sobrecargadas… los cuellos de botella están llegando a toda la cadena de producción, y ya no son solo microchips, el problema se extiende a otros componentes y materias primas que no llegan a las fábricas por problemas logísticos. La consecuencia es un aumento de los precios, de los costes de fabricación y de falta de producto para dar respuesta a una demanda que se empieza a reactivar.

El sector prevé que esta crisis se pueda alargar durante todo 2022 e incluso a parte de 2023. El coche sigue siendo una de las opciones preferidas para los ciudadanos a la hora de desplazarse, sobre todo ahora que el trabajo presencial se está recuperando pero las ventas de coches nuevos siguen sin remontar. Con toda esta incertidumbre económica y social, muchos compradores acaban eligiendo vehículos más viejos y contaminantes que poco bien hacen al rejuvenecimiento del parque automovilístico, al medioambiente y a la seguridad vial.