Una de las diferencias más llamativas entre los vehículos eléctricos y los de motor de combustión es el ruido que hacen a la hora de circular. Y este detalle, aparentemente sin importancia, se ha convertido en un punto de debate en el mundo de la automoción. Después de todo, esa ausencia de sonido, que para muchos supone un verdadero lujo y un aumento del confort, podría implicar ciertos riesgos de cara a la seguridad vial.

Lo que dice la ley al respecto del ruido

Entonces, ¿los coches eléctricos deben hacer ruido? La legislación es clara en este tema: desde el día 1 de julio del año 2021, cualquier vehículo equipado con un motor eléctrico y que no necesite un motor de combustión para funcionar debe estar equipado de serie con un sistema de aviso acústico para poder ser vendido en la Unión Europea. Esto afecta a todos los coches eléctricos puros vendidos desde esa fecha, pero también a modelos híbridos.

Dicho sistema de aviso acústico, conocido por las siglas SAAV (en inglés, AVAS), tiene la finalidad de avisar a los peatones mediante el uso de una serie de actuadores para copiar los diferentes parámetros de un vehículo tradicional de combustión. De este modo, la normativa pretende reducir los accidentes provocados por el bajo nivel de sonido de esta clase de coches.

Por qué se considera necesario hacer ruido

Hay quien piensa que los sistemas SAAV no son más que un capricho. No obstante, a pesar de que la baja emisión de sonidos de los motores eléctricos pueda parecer algo positivo, en realidad se ha convertido en un problema para la seguridad vial a tener en cuenta. Al fin y al cabo, los coches comparten las calles con otros vehículos similares, pero también con ciclistas, motociclistas y peatones. Y todos estos, engañados por la ausencia de ruido ante la cercanía de un vehículo en marcha, pueden tomar decisiones que pongan en peligro su vida y su seguridad.

Los radares medusa llegan a España controlan el ruido

Asimismo, también se debe tener en cuenta a las personas que sean invidentes y que pueden guiarse por el sonido del tráfico para, por ejemplo, saber si pueden cruzar un paso de peatones.

Por último, existe un factor psicológico en los conductores que no conviene olvidar. Al no oír el ruido del motor, hay quien no es consciente de la velocidad que está alcanzando el vehículo. Los coches eléctricos, después de todo, cuentan con una gran aceleración; así, el familiar ruido del motor sirve como recordatorio de la velocidad que se está alcanzando, lo que facilita el cumplimiento de las normas.

Cómo se imita el sonido de un motor de combustión

Desde que se puso en marcha esta regulación, los diferentes fabricantes han ideado e implementado sistemas de aviso acústico más eficientes en los vehículos eléctricos. Así, para conseguir imitar los sonidos propios de un motor de combustión, suelen instalar altavoces de gran potencia que reproducen ruidos pregrabados de motor. Mediante el uso de los datos que ofrece el tren motriz, el sistema decide qué tipo de sonido debe reproducir en cada momento.

La normativa europea, no obstante, fija determinados requisitos para estos sistemas. Así, por ejemplo, el sonido ha de activarse automáticamente al arrancar, y debe estar comprendido entre los 56 y los 75 decibelios. Por supuesto, ha de ser un sonido continuo y parecido al de un motor de combustión, y debe funcionar cuando se realice cualquier maniobra marcha atrás.