La crisis de los microchips está afectando a la industria del automóvil en toda Europa. De hecho, Faconauto ha revelado un dato que pone de manifiesto la gravedad de la situación. Y es que los concesionarios acumularán un retraso de 250 000 vehículos en su bolsa de pedidos hasta final de año y que no podrán entregar sino en 2022.

Se trata de ventas confirmadas efectuadas en el último trimestre, cuyas matriculaciones no se harán efectivas hasta bien entrado el próximo año, según vayan llegando de fábrica. Lo peor de todo es que el consumidor se verá también afectado por la subida del impuesto de matriculaciones que entrará en vigor el 1 de enero de 2022.

Los vehículos encarecidos de 800 a 1000 euros

El impuesto de matriculación para los vehículos nuevos permanece congelado desde el pasado mes de junio. Sin embargo, tal y como advierte la asociación de concesionarios, el primer día del año empezará con una subida efectiva, fruto de la nueva medición de emisiones de CO₂ que sigue el protocolo de homologación de vehículos de la Unión Europea WLTP ((Worldwide Harmonised Light vehicles Test Procedure).

Teniendo en cuenta el nuevo sistema de homologación, menos automóviles estarán exentos de pagarlo, mientras que muchos de ellos se verán incluidos en otro tramo diferente, dando lugar a una subida significativa que ronda los 800-1000 euros de media.

El consumidor afectado ante dos frentes que coinciden en el tiempo

Efectivamente, los clientes se verán afectados ante una situación claramente excepcional, como es el retraso en las entregas de sus vehículos ante la escasez de semiconductores, y otra como es la subida del impuesto que hará acto de presencia en el peor momento posible.

Ese es el motivo por el que Faconauto ha hablado con el Gobierno español y los partidos políticos, para explicarles los problemas a los que se enfrenta el comprador. Siguiendo esta línea, Faconauto ha solicitado un aplazamiento ante la subida inminente del impuesto de circulación para que esos miles de consumidores no tengan que cargar con un coste extra que es completamente ajeno a ellos.

Faconauto solicita una segunda prórroga

La patronal se ha esforzado estos últimos meses para explicar la necesidad de prorrogar una vez más los nuevos tramos del impuesto. Tal y como ha señalado, dicho aplazamiento de cara a 2022 daría tiempo para que el mercado se regularizara y significaría un respiro para el comprador.

Los conductores han de pagar una gran cantidad de tasas, algo que, unido al aumento del precio de los vehículos nuevos y las carestías de producción, se ha convertido en un combinado explosivo que se ha agravado por el impacto del Covid-19 y por la falta de microchips. Esto, sin duda, ha minado la confianza del consumidor.

Mostrar sensibilidad con el ciudadano

Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, ha afirmado que esta subida afectará al ciudadano de a pie, aquel que ha hecho un gran esfuerzo para sustituir su viejo coche, a causa de una situación que no le compete.

A su juicio, es un trato injusto que habría que revertir, aunque también ha aclarado el contexto desfavorable en el que se encuentra el sector, al que ya no podrá responder de la misma manera en 2022. Y es que las ventas que están por debajo de las 900 000 unidades suponen un reto muy difícil de afrontar.

Por esa razón, prorrogar la subida del impuesto de matriculación resulta insuficiente y debería venir de la mano de otras medidas para normalizar la situación actual, dando lugar a un nivel de matriculaciones más razonable al tiempo que se evite un perjuicio en el empleo de la cadena de valor.