Aunque estamos acostumbrados a verlos en el cine, principalmente porque su presencia en el mercado norteamericano es prominente, lo cierto es que aquí, en Europa, no estamos tan familiarizados con los coches automáticos. Esta diferencia tan marcada entre los dos extremos del mundo, no obstante, se diluye poco a poco. Las preferencias están cambiando y esta modalidad de conducción gana adeptos cada día que pasa. Es por eso que, tal vez, haya llegado la hora de aprender más acerca de los cambios de marcha automáticos y de su funcionamiento.

Qué marchas hay en los coches automáticos

Lo primero que vamos a pensar es que, para conducir un coche automático, solo necesitaremos acelerar y frenar, algo que, en cierta medida, podría considerarse cierto. No obstante, la realidad pasa por tener en cuenta algún que otro elemento extra. Si nos sentamos al volante de un vehículo de estas características, descubriremos que, en lugar de palanca, contamos con un mando de posiciones fijas. Y que estas, a su vez, están señaladas con una serie de letras con las que deberemos familiarizarnos, ya que cada una supone una función específica. Veamos, pues, las marchas disponibles.

Parking (P)

Marcada con la letra P, esta es la posición para dejar el vehículo estacionado. Al colocar la palanca en esta letra, la caja de cambios queda bloqueada. De este modo, el coche no se puede mover. Hay vehículos en los que esta posición se va a activar automáticamente cuando seleccionemos el freno de mano, pero no siempre será así.

Reverse (R)

La letra R tiene correspondencia directa con la R de la palanca de cambios de toda la vida, por lo que no necesita mucha explicación. Se trata, por supuesto, de la marcha atrás, y activarla pasará por elegir dicha posición y pulsar un botón al mismo tiempo.

Neutral (N)

La N es la posición que elegiremos para dejar nuestro vehículo automático en punto muerto. Eso significa que la caja de cambios no tendrá engranada ninguna marcha, pero no estará bloqueada. Así, la transmisión estará libre, y el vehículo podrá moverse.

Drive (D)

La D es la posición que tendremos que elegir para avanzar. Aquí es cuando todo el asunto del cambio automático cobrará sentido, porque la caja de cambios irá engranando la marcha adecuada de forma automática, tanto de forma descendente como ascendente.

Manual (M)

La M, presente en algunos vehículos automáticos, es la función que permite al usuario decidir los cambios para disfrutar de un modo de conducción más tradicional. Según el modelo, los cambios se harán a través de la propia palanca o mediante unas levas, situadas tras el volante, y marcadas con los símbolos “+” y “-”. También es posible que, en lugar de la M, encontremos la letra S, de secuencial, que significa lo mismo.

Cómo funciona el encendido de los coches automáticos

Por supuesto, de poco servirá conocer las funciones del cambio automático si no conseguimos poner en marcha el vehículo. Y es que el encendido también varía ligeramente. En un coche de cambio manual, solo tenemos que girar la llave o pulsar un botón. En modelos actuales, además, deberemos mantener pisado el embrague.

En un coche automático, no obstante, la secuencia difiere. Porque, antes de nada, deberemos pisar el pedal de freno para, a continuación, encender el vehículo mediante la llave o el botón. Luego, sin soltar el freno, tendremos que seleccionar la función que vayamos a usar, como la D o la R. Hecho esto, podremos soltar el freno.

¿Y los pedales?

Por último, debemos fijarnos en que los pedales son ligeramente diferentes. Después de todo, estamos acostumbrados a encontrar tres, pero estos vehículos solo cuentan con dos: el acelerador y el freno.

¿La razón? Como no vamos a usar marchas realmente manuales, ⁣el embrague ya no es necesario, por lo que los vehículos automáticos prescinden de esta palanca.