A partir de 2035 dejarán de fabricarse vehículos de combustión para dar paso a los modelos eléctricos. La Unión Europea tomó esta determinación el pasado 9 de junio, creando una medida que pretende impulsar este tipo de movilidad, no sin tener que hacer frente a un serio problema relacionado con las baterías.
¿Qué problema existe con las baterías de coches eléctricos?
Europa quiere ejercer un papel protagonista en la reducción de emisiones de carbono para atenuar el cambio climático, pero antes tendrá que abordar una dificultad bastante importante con respecto a las baterías, que son fabricadas principalmente en China y cuyas materias primas son muy caras.
La idea es llenar el parque europeo de vehículos eléctricos, aunque la UE depende de otros para producir las baterías de los coches eléctricos. Lo peor de todo es el encarecimiento de las materias primas, lo cual ha hecho imposible el abaratamiento de estos coches, e incluso llegan a ser inaccesibles para parte de la población.
Clara dependencia hacia China
Aproximadamente, el 70 % de las baterías salen de China, pues el país cuenta con yacimientos mineros importantes para obtener los materiales que necesita para su fabricación y también se encarga de refinarlos.
De ese modo, el cobalto, el litio, el níquel, el manganeso y el grafito son refinados en su mayor parte en el país asiático. De hecho, China tiene prácticamente el monopolio de algunos de ellos.
El precio de las baterías se encarecerá un 25 %
Según un informe publicado por la multinacional Morgan Stanley, el precio de las baterías de coches eléctricos aumentará un 25 % como consecuencia del aumento del coste del litio. Esto repercutirá claramente en los fabricantes que se verán obligados a reducir su margen de beneficios para que al consumidor final no le afecte tanto esta subida.
Ahora bien, el precio del níquel también está aumentando, de ahí que los coches eléctricos sean también más caros; una situación que no parece que vaya a cambiar en un futuro próximo.
El reciclado de baterías, ¿una solución eficiente?
Las plantas de reciclaje pretenden ser una alternativa respetuosa con el medioambiente al salvaguardar la producción limitada de ciertos metales como el cobalto o el litio. Las previsiones sobre la escasez de las materias primas ha encarecido mucho el precio en los últimos meses y era de esperar que este tipo de negocio hiciera acto de presencia.
Se cree que la actividad del reciclaje de baterías aumentará significativamente hasta 2025, aunque para hacerlo posible es necesario contar con chatarra en forma de baterías viejas, un suministro que hoy por hoy resulta muy escaso.
La industria deberá esperar al menos hasta la próxima década para que los vehículos eléctricos formen parte de los centros de chatarra. De hecho, llegará un momento en el que el acceso a las baterías viejas sea mucho mayor, básicamente cuando los vehículos eléctricos tengan más de siete años de antigüedad. Sin embargo, hasta entonces, las empresas dedicadas a su reciclaje tendrán que hacer lo posible para subsistir.
China también lidera el reciclaje de baterías
China ostenta la mayor capacidad mundial en reciclaje de baterías y, puesto que los vehículos eléctricos llevan más tiempo circulando allí, lo más probable es que los primeros pedidos de chatarra procedan del mercado chino. Mientras tanto, Europa seguirá planificando la instalación de plantas de reciclaje propias.
Parece ser que el reciclaje será una solución interesante que aumentará notablemente a partir de 2030. No obstante, los fabricantes seguirán teniendo una fuerte dependencia hacia la industria minera imperante para fabricar sus vehículos eléctricos.