Los remolques, dentro del campo del automovilismo, son una herramienta muy útil y que ofrece no pocas ventajas. Se trata de una solución carente de motor y que, entre otros aspectos, permite a un vehículo disponer de un espacio extra para transportar todo tipo de cargas. Además, a lo largo de los años, a esta clase de elementos se le han otorgado otros usos, entre los que destacan los de tipo recreativo. Por eso, en este artículo, vamos a ver en más profundidad qué es un remolque, analizaremos las posibilidades que nos ofrecen y repasaremos los diferentes tipos que podemos encontrar.
Qué es un remolque
Por lo general, un remolque suele ser categorizado como un vehículo no motorizado que requiere de otro vehículo para poder circular. No cuenta con ningún tipo de propulsión, aunque sí necesita otros elementos pensados para circular, como son las luces de posición e indicación o los frenos.
Aunque sus usos pueden ser muy variados, el objetivo principal del remolque es el de brindar una mayor capacidad de transporte al vehículo principal.
Requisitos para llevar un remolque
Para usar determinados tipos de remolque, solo vamos a necesitar contar con el permiso de conducir de tipo B. Estos suelen ser aquellos que no superan los 750 kilogramos y que, sumados al propio vehículo, no pasan de los 3500 kilogramos. Los más grandes y pesados, no obstante, pueden llegar a requerir permisos de tipo E.
Además, hemos de tener en cuenta que los remolques que superen los 750 kilogramos requerirán matrícula y deberán contar con un seguro propio.
Tipos de remolques
Existen numerosos tipos de remolque, y estos pueden variar en función de si han sido diseñados para ser arrastrados por un coche, una furgoneta o un camión. No obstante, estos son algunos de los más habituales:
- Caravana: Se trata de uno de los remolques no ligeros de carácter recreativo más común, y funcionan como una pequeña vivienda portátil. Son cerrados, contienen camas y, en determinadas ocasiones, pueden incluir cocina y un pequeño cuarto de baño.
- Remolques agrícolas: Este tipo de remolque suelen ser empleados por quienes trabajan en el campo, ya que han sido diseñados para ser arrastrados por tractores y otros vehículos similares.
- Remolques para animales: Se trata de remolques diseñados, como su nombre indica, para el transporte de animales de determinada envergadura. Los más habituales son los de caballos, ya que permiten ahorrar la necesidad de recurrir a un camión.
- Remolques para embarcaciones: Este tipo de solución puede considerarse tanto de uso recreativo como de servicio, según si quien lo emplea es el propietario de la embarcación que transporta. Suelen ser diseñados a medida, ya que cada embarcación será diferente.
- Remolques para motocicletas: En el mercado podemos encontrar remolques diseñados para el transporte de vehículos de dos ruedas. Los hay de motocicletas, pero también encontraremos otros diseñados para bicicletas. En este caso, lo habitual es que sean abiertos.
- Semirremolques: Estos enormes habitáculos, pensados para alojar grandes cantidades de mercancía, también son conocidos como tráileres, y son los remolques que suelen emplear los camiones. Así, suelen convertirse en la herramienta más utilizada por los transportistas.
Tipos de enganche
Por supuesto, que podamos escoger entre tantos tipos de remolque diferente significa que también tendremos a nuestra disposición una gran variedad de opciones en cuanto a enganches. Estos se dividirán entre los enganches fijos, que permanecen instalados en el vehículo, y los desmontables.
Entre los fijos encontraremos la clásica bola, pero también otros sistemas, como la bola de cuello de cisne. Si nos decantamos por los desmontables, no obstante, encontraremos los semiautomáticos, que son los más sencillos, o la bola vertical. Esta última es la más avanzada, y dispone de un doble sistema de seguridad.