Aunque tener asegurado nuestro vehículo resulta imprescindible, todos sabemos que el tipo de seguro que vamos a necesitar dependerá de diversos factores, y uno de ellos es su antigüedad. No obstante, si el coche tiene los años suficientes y cumple una serie de requisitos, entrará en la categoría de clásico. Y esto, por supuesto, supone que una póliza convencional no será la adecuada.

Por suerte, es habitual que las compañías aseguradoras cuenten con modalidades específicas para dichos vehículos, algo que debemos tener presente si deseamos escoger el seguro más adecuado.

Definir qué es un coche clásico

Antes de nada, hemos de tener claro que un coche antiguo no se convierte automáticamente en clásico. De hecho, existen una serie de requisitos, establecidos por la DGT, para determinar si un vehículo puede ser considerado coche clásico, o incluso coche histórico. Puede parecer sencillo a simple vista pero existen bastantes diferencias entre un coche entre un coche clásico y uno histórico.

Asimismo, cabe señalar que un coche clásico debe contar con un seguro, incluso aunque no lo vayamos a conducir.

Qué requisitos ha de cumplir el vehículo

A pesar de que la antigüedad es uno de los requisitos más obvios, existen otros puntos que nuestro vehículo debe cumplir. Estos son los siguientes:

  • Al menos 25 años: Para que un vehículo sea considerado clásico, ha de tener un mínimo de 25 años de antigüedad. A partir de los 30, podrá ser considerado coche histórico.
  • Estado: El vehículo debe estar en perfectas condiciones.
  • Componentes originales: Sus componentes principales, como el motor o la carrocería, no pueden haber pasado por cambios sustanciales.
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Qué es un seguro de coche clásico

Asegurar nuestro coche clásico pasa por contratar una póliza específica. Por suerte, existen seguros diseñados con el fin de cubrir las necesidades que esta clase de vehículos tienen.

Los coches clásicos, considerados así por su valor histórico, su carácter único y su estado de conservación, son diferentes a los vehículos convencionales, así que es normal que el seguro también deba tener en cuenta todos estos aspectos.

Así, un seguro para coches clásicos puede incluir, por ejemplo, cobertura para piezas originales. Asimismo, debe tener en cuenta la rareza del coche a la hora de valorarlo.

No debemos olvidar, no obstante, que los requisitos para que el coche pueda ser considerado clásico podrían variar ligeramente en función de la compañía de seguros escogida. Por ejemplo, puede ser necesario que el propietario tenga una edad mínima (habitualmente, de 25 años) o que este posea otro vehículo asegurado que sea más moderno.

Coberturas del seguro de un vehículo clásico

Generalmente, el kilometraje de los vehículos clásicos tiende a ser inferior al de los coches convencionales, pero su valor, o el de determinados componentes, puede ser superior. Así, las pólizas han de estar adaptadas y deben ofrecer una serie de coberturas acordes a la naturaleza del vehículo. Estas son las más habituales:

  • Robo: Hablamos de coches valiosos y que, generalmente, no contarán con sistemas de seguridad avanzados. El robo es uno de los riesgos que debemos afrontar, y es interesante que la póliza lo cubra.
  • Reparación: Dada la singularidad de estos vehículos, así como de la dificultad que conllevará encontrar los recambios necesarios, las reparaciones pueden ser más costosas que las de otros coches. Asimismo, hay que tener en cuenta su propia antigüedad, lo que influirá en la facilidad a la hora de estropearse.
  • Valor venal: Un seguro para vehículos clásicos debe ser capaz de recoger correctamente el valor histórico de estos. Después de todo, hablamos de coches bien considerados que pueden suponer una interesante oportunidad de inversión.
  • Responsabilidad civil: Cualquier seguro de estas características debe cubrir la responsabilidad civil obligatoria. Después de todo, el vehículo no podrá circular si no tiene esta cobertura.
  • Daños propios: Por último, cubrir los desperfectos que pueda causar el propietario también es necesario cuando el coche en cuestión es, básicamente, una pieza de coleccionismo. Después de todo, es importante que el coche esté siempre en perfectas condiciones, y cualquier desperfecto podría afectar a su valor.