¿Es posible cargar la batería de un coche eléctrico mientras circula por la carretera? La respuesta es que sí. De hecho, así lo demuestra el proyecto Arena Del Futuro. Un sistema de carga inalámbrica gracias a un circuito que, mediante una serie de bobinas instaladas bajo el asfalto, es capaz de restaurar la autonomía de los vehículos electrificados. Sigue leyendo para descubrir todos sus detalles.

La solución al principal problema de los coches eléctricos

A estas alturas, decir que el vehículo eléctrico es el futuro de la automoción es una obviedad. Casi todos los gobiernos, así como el conjunto de la Unión Europea, han apostado fuerte por él en detrimento de los combustibles fósiles. Sin embargo, más allá de su precio todavía elevado, el principal problema al que se enfrentan sus usuarios es la escasa autonomía y los elevados tiempos de carga.

Aunque la inversión en electrolineras y puntos de carga en parkings públicos y privados no ha dejado de crecer, siguen siendo insuficientes como para pensar en un parque automovilístico en el que los coches eléctricos sean mayoritarios. A todos estos problemas brinda una solución cómoda y efectiva el proyecto Arena Del Futuro.

Pero ¿qué es Arena del Futuro?

Arena del Futuro es un proyecto desarrollado por Stellantis, el quinto mayor fabricante de coches del mundo. De hecho, es el grupo en el que se engloban marcas tan conocidas por todos como Peugeot, Opel, Fiat y Chrisler.

En concreto, se trata de un circuito asfaltado de 1050 metros de longitud ubicado en Chiari, en la zona norte de Italia y muy cerca de la autopista A-35. Está separado de Milán por solo 30 minutos en coche.

El asfalto del circuito esconde el secreto de su éxito. Hablamos, cómo no, de un conjunto de bobinas de recarga inalámbrica. Se ubican, aproximadamente, 10 centímetros bajo la superficie. Esto tiene el propósito de evitar que se dañen a causa de la lluvia, el frío o los trabajos de reasfaltado cuando sean necesarios.

Además, la carretera cuenta con una serie de surcos a través de las cuales dichas bobinas son capaces de realizar la transferencia de corriente. Algo que es posible gracias al innovador sistema Dynamic Wireless Power Transfer (DWTP). Solo hace falta conectarlas a una fuente de alimentación.

Los resultados obtenidos

Las pruebas realizadas sobre Arena del Futuro se han llevado a cabo con vehículos Fiat 500 eléctricos. La única modificación que han experimentado respecto a los modelos similares comercializados ha sido la inclusión de un receptor de energía inalámbrica.

Los resultados no podrían ser mejores. Circulando a una velocidad máxima de 100 km/h, la energía acumulada en sus baterías se mantiene. Es más, cuando han rodado a velocidades inferiores, incluso han llegado a incrementar su autonomía.

Esto es posible gracias a la eficiencia de la transferencia de energía, que se sitúa en torno al 95 %. Una cifra muy parecida a la ofrecida por los sistemas de carga rápida para vehículos más modernos. Sus creadores también han insistido en que la intensidad del campo magnético generado no conlleva ningún tipo de riesgo para la salud de los conductores y de sus acompañantes.

El único problema puede ser el precio

Actualmente, el valor de instalación de este sistema ronda los 2 millones de euros por cada kilómetro de carretera. Una cifra que hace impensable su implantación a gran escala. Sin embargo, sus desarrolladores aseguran que, si algún día empezase a producirse de manera industrial, el precio bajaría considerablemente.

Lo que está claro es que, si finalmente llegase a implementarse este sistema de carga inalámbrica, la llamada “angustia de la autonomía” que sufren muchos conductores de vehículos eléctricos desaparecería. Es más, podría ser el empujón definitivo para la implantación total de este tipo de coches en el mercado.