Que el Big Data es uno de los grandes filones comerciales de nuestro tiempo es algo que ya nadie discute. Lo que queda por dirimir en muchos sectores es quién tiene derecho a acceder a ellos para su explotación. Y ese es un debate que ha llegado a la industria del automóvil y al ámbito europeo, impulsado por la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos (Ganvam) y la Federación de Asociaciones de Agentes Oficiales (Fagenauto).
El monopolio de los fabricantes, a examen
Hasta ahora, los datos generados por los vehículos conectados llegan solo a los fabricantes, que son quienes desarrollan dicha tecnología en sus propios coches. Tesla y General Motors están entre los pioneros en el tratamiento de estos datos, pero es, en realidad, algo extensible al resto de marcas con este tipo de automóviles inteligentes.
En cambio, Ganvam y Fagenauto consideran que también tienen derecho a acceder a estos datos, lo que redundaría en la calidad y la variedad de sus servicios y, en definitiva, en la experiencia y en los precios que disfrutarían los usuarios finales.
Por ello, representantes de ambas asociaciones han mantenido un encuentro en Bruselas con la eurodiputada Pilar del Castillo, ponente del marco europeo para el uso y compartición de los datos, conocido como “Data Act”.
Ambas asociaciones equiparan esta apertura en el acceso a los datos con el reglamento europeo de posventa (461/2010). Esta norma garantiza la libre competencia en el sector de las reparaciones en talleres multimarca, permitiendo al usuario elegir por sí mismo, sin sentirse obligado a llevarlo a los talleres oficiales del fabricante.
Según Ganvam y Fagenauto, con esta restricción al acceso a los datos de los vehículos conectados “se están limitando las oportunidades de negocio y eso, a fin de cuentas, perjudica al usuario”. Sobre todo porque la variedad, calidad y coste de los servicios que podría recibir dependen exclusivamente de los fabricantes.
Ejemplos de uso de los datos de coches conectados
Como recoge una publicación de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), son varios los posibles usos y beneficios que se pueden dar a los datos recopilados por los coches conectados. A continuación, mostramos algunos ejemplos.
Vehículos conectados: Llamadas de emergencia (eCall)
Un vehículo inteligente y conectado tiene la capacidad de determinar si ese coche se ha visto involucrado en un accidente. En esa circunstancia, puede emitir una llamada de emergencia instantánea a las autoridades competentes, con las coordenadas precisas para geolocalizar el vehículo. Sin duda, algo muy útil cuando el conductor y sus acompañantes (si los hay) no pueden realizar dicha llamada.
Rastreo de vehículo robado
El hecho de estar dotados de GPS permite al usuario y/o a las autoridades comprender dónde se encuentra un vehículo que ha sido robado, como ocurre con otros muchos dispositivos electrónicos dotados de este sistema.
Elaboración de seguros según el tipo de conducción
Si bien los dos anteriores usos están relacionados con la seguridad, este es un ejemplo de explotación comercial de los datos recopilados. Datos como las distancias recorridas, las velocidades alcanzadas o la frecuencia de uso pueden facilitar seguros personalizados, con costes más bajos para los usuarios que asumen menos riesgos.
Seguimiento y avisos para la mecánica del coche
Este sería uno de los usos más interesantes para los talleres y para los usuarios, pues generarían información sobre la necesidad de realizar labores de mantenimiento o reparaciones puntuales.
La problemática en el uso de los datos
Sin embargo, como recoge la mencionada publicación de la AEPD, el tratamiento de estos datos puede generar controversias y problemas, como su falta de control, la recopilación excesiva de información o el uso indebido tras la aceptación de las condiciones iniciales.
Y a todo ello, como se puede interpretar de las reclamaciones de Ganvam y Fagenauto, se añadiría ahora el supuesto monopolio y opacidad de dichos datos por parte de los fabricantes.