Dejando a un lado los monovolúmenes, los SUV’s y las berlinas de tipo Estate o Station Wagon, las “furgonetas” derivadas del mundo del vehículo industrial se han convertido en una seria alternativa para familias que desean, o simplemente, están obligadas a tener varios vehículos en uno solo. Son modelos que tanto valen para el trabajo diario como para salir el fin de semana con la familia o los amigos, pero con el añadido, por un lado, de que tienen una superior capacidad de carga respecto a un SUV, berlina o monovolumen de tamaño compacto, y por otro, de tener un PVP muy competitivo, sobre todo si se tiene la posibilidad de deducir el IVA que se carga con la compra del coche.
Dos de los mejores representantes de lo que podríamos definir como “furgoneta familiar” los ofrecen Ford, con Tourneo Connect, y Citroën, con su Berlingo Multispace. Los hemos enfrentado para ver qué diferencias hay entre ellos, y para comprobar hasta qué punto son confortables y prácticos para desplazarse en rutas de corta y media distancia.
Simplicidad
Estos dos vehículos no tienen demasiadas pretensiones a nivel estético. Sus líneas son las de un vehículo industrial de aspecto principalmente funcional. Aquí hay pocas concesiones a la creatividad, y ambos modelos exhiben líneas simples, más cuadriformes en el Ford y más redondeadas en el Berlingo Multispace. Los dos echan mano del diseño tradicional de la marca para definir sus frontales, y tanto el Citroën como el Ford heredan los rasgos básicos de sus hermanos de turismo.
El Tourneo tiene un frontal similar al de un Ford Ecosport, con una gran parrilla partida y unos pequeños faros que enlazan con las aletas laterales. El coche mide 4,42m. de longitud, 1,83 de alto y 1,85 de ancho. Son unas dimensiones muy similares a las de un turismo del segmento C (por ejemplo, un Ford Focus), pero con una mayor altura fruto de su caja de carga. Su carrocería es de 5 puertas, dos de ellas correderas, para facilitar acceder al interior o bien para introducir con mayor facilidad la carga. Ese mismo diseño funcional marca la estética de la zaga, donde se da prioridad absoluta a la presencia de un enorme portón que obliga a colocar las ópticas en los laterales, solución clásica en este tipo de vehículos.
El Citroën Berlingo tiene unas formas más redondeadas, también en la línea estética de la marca, pero sin ningún tipo de vanguardismo. Se reconoce fácilmente como un Citroën por el frontal con su parrilla cromada de doble Chevrón que enlaza dos grandes faros, poco estilizados. A diferencia del Ford, el paragolpes frontal muestra un pequeño protector, muy bonito pero de aspecto frágil.
El Berlingo también cuenta con dos puertas laterales correderas y un gran portón trasero. Nuestra unidad de pruebas equipaba llantas de 16 pulgadas, mientras que las del Tourneo Connect son de 17”.
El diseño del interior está acorde con esta simplicidad estética exterior. Los dos salpicaderos lucen unos acabados correctos, en los que el plástico negro es protagonista. El diseño del salpicadero del Berlingo Multispace es algo más complejo que el del Ford Tourneo, y combina un cuadro de instrumentos de relojes analógicos con una gran consola central dividida en dos y en posición elevada. La pantalla digital del navegador es más grande que la del Ford Tourneo. Es de tipo táctil y muestra unos gráficos más trabajados. En este Citroën la palanca del cambio de marchas se coloca en una posición alta, mientras que la bandeja central destaca por su profundidad. También cuenta con un hueco portabebidas y un apoyabrazos corredero.
A diferencia del Ford, en el volante del Berlingo Multispace no hay mandos multifunción, aunque sí dispone de un mando separado para controlar el equipo de música. El volante es ajustable en altura y profundidad, como en el Tourneo, mientras que la banqueta es ajustable en distancia y altura. No obstante, al ajustar la altura del asiento también se modifica un poco su inclinación, algo que no pasa en el Tourneo Connect.
Un detalle que demuestra que el ahorro de costes ha marcado un poco este diseño está en la disposición de los elevalunas eléctricos: en la consola central y no el la puerta.
El interior del Ford Tourneo Connect hereda el salpicadero de la anterior generación del Ford Focus. Tiene un aspecto más complejo, se ve más moderno, mejor acabado y con mejores materiales que el del Citroën. El cuadro de instrumentos, también con relojes analógicos, es de fácil lectura y tiene un aspecto más deportivo. La consola central deriva de la que Ford estuvo utilizando hace años en el Ford Focus. Cuenta con una pequeñísima pantalla digital del sistema multifunción, que se maneja mediante un grupo de botones en la parte inferior. Esta pantalla muestra unos gráficos monocolor, muy poco atractivos, un tanto obsoletos.
Es el Tourneo Connect también tenemos la palanca del cambio en posición elevada, pero no hay suficientes huecos para colocar objetos mientras conducimos. Estos deben colocarse obligatoriamente en la bandeja central, o el los huecos portabotellas de las puertas, que tampoco tienen una sobrada capacidad.
Los asientos del Ford son más cómodos, tienen mayor sujeción y se regulan con mayor precisión que los del Citroën. Este es un aspecto que la marca americana siempre cuida especialmente. En el Tourneo Connect los elevalunas están en la puerta, como en cualquier turismo de la marca. No equipa apoyabrazos, y la guantera central queda muy lejos.
Casi un monovolumen
Las plazas traseras de este tipo de vehículos son prácticamente las de un monovolumen, por el espacio disponible y el equipamiento que ofrecen. Pero entre estos dos rivales hay sustanciales diferencias. De entrada, en el Berlingo Multispace se han instalado tres asientos individuales, mientras que en el Tourneo Connect encontramos una clásica banqueta dividible en una proporción 60:40.
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En el Citroën, por lo tanto, podremos colocar tres sillas de niño con total normalidad o colocar dos y llevar a un tercer adulto en la plaza central con un minimo nivel de confort. La anchura entre hombros disponible una vez colocadas las dos sillas es de 50 centímetros. Esto está menos conseguido en el caso del Ford, ya que la plaza central está integrada y su respaldo puede utilizarse de apoyabrazos y portabebidas y por lo tanto, es más rígido. El mullido de la banqueta también es mas duro que en el caso del Citroën y la anchura disponible una vez colocadas las dos sillas de niño en los extremos es inferior: 41 centímetros. Ninguno de los dos vehículos tiene banqueta desplazable, algo que sí encontraríamos fácilmente en un monovolumen.
A favor del Ford os diré que dispone de mejores huecos en las puertas, además de un hueco con trampilla en el piso.
A diferencia de su rival, el Tourneo Connect equipa compartimentos en la parte superior del maletero, muy prácticos pero que restan algo de altura a la boca de entrada. No obstante, el plano de carga del Ford es 3,5 centímetros inferior que el del Citroën, por lo que la introducción de los bultos es menos forzada. La profundidad del maletero es similar en ambos vehículos, y llega a los 1,49 metros de longitud máxima en el caso del Citroën (medidos desde la boca de entrada hasta la bandeja central). El Berlingo Multispace ofrece luneta trasera abatible, mientras que en el Ford es fija.
A la hora de ampliar la capacidad de este maletero abatiendo las banquetas de la segunda fila, el Ford resulta un poco más práctico. De hecho, el Tourneo Connect sólo necesita de unos tiradores y un par de pasos para plegar completamente las banquetas. En el caso del Berlingo Multispace el sistema es algo más engorroso: hay que utilizar unos tiradores y acceder a la parte trasera de la banqueta para accionar una palanquita y proceder a su plegado total.
Estos dos vehículos cumplen, sin más, en carretera. Son coches sin ninguna pretensión deportiva, aunque tampoco buscan el confort en su máxima expresión. Tienen un comportamiento dinámico correcto, basado en un chasis diseñado pensando en la posibilidad de circular cargados de bultos y peso. No olvidemos que el origen de estas “furgonetas” es comercial, y aunque en este comparativo las vemos vestidas de turismo, la base es la misma. Cuentan con unas suspensiones un tanto rígidas en ambos casos, de comportamiento más seco en el Ford. El Citroën es, en general, un poco más confortable, pero también acusa más balanceos y menos precisión en las curvas. También tiene una dirección menos directa, y esto hace que la sensación al volante sea la de un coche un poco menos ágil.
En cuanto a los motores, hemos escogido las versiones con los motores diésel de cuatro cilindros y 100CV de potencia. En el Ford, se trata del 1.5 TDCI con cambio de marchas de 5 velocidades, que registra un consumo medio de 4,8 l/100km.
El Citroën monta un BlueHDI 100 con 100 CV, cambio de marchas de 5 velocidades y que registra un consumo medio de 4,3 l/100 km.
Misma potencia, similares consumos… y comportamiento parecido. Sí es cierto que el diésel del Ford se percibe algo más refinado, pero también se ve influenciado por la superior insonorización de su habitáculo, al que se transmiten menos ruidos mecánicos que en el del Citroën.
Equipamiento
Las unidades que hemos probado corresponden a acabados altos de gama: Titanium en el Ford y Feel en el Citroën. El Ford viene de serie con climatizador, techo panorámico, llantas de 16”, barras de techo, faros antiniebla delanteros adaptativos con función “cornering light”, climatizador bi-zona, retrovisor interior autocrómico y retrovisor para vigilancia de niños y radio CD con sistema SYNC. La unidad que probamos montaba asimismo navegador con pantalla táctil de 6” y SYNC3 (1.280E) y llantas de aleación de 17” (200 €). En cuanto a seguridad, monta sistema Active City Stop y sistema de arranque en pendiente, entre otros. Su PVP es de 23.250 €, que se quedan en 25.181€ con todos los extras.
El Citroën Berlingo Multispace analizado equipa de origen climatizador bizona, bandeja portaobjetos bajo el techo de la cabina, lunas traseras sobretintadas, banqueta trasera con tres asientos independientes, regulador y limitador de velocidad, lunas traseras sobretintadas, paragolpes en el color de la carrocería, llantas de 16”, pantalla táctil de 7” y radio CD MP3, entre otros. El navegador tiene un sobrecoste de 454 € y las barras de techo 128 €. Su PVP es de 23.307€, que se quedan en 24.011€ con los extras comentados.
En definitiva, el Citroën con este acabado tiene un precio un poco más competitivo que el Ford, pero también ofrece menos equipamiento de serie y opcional. Para ir a una versión más equipada en el Citroën hay que optar por la 20 aniversario, pero sólo está disponible con los motores más potentes.