Ford Grand C-Max 2.0 TDCI vs. Toyota Verso 2.2 D-4D: ¡Vámonos, familia!

En ocasiones viajar, irse de vacaciones o de fin de semana con toda la familia puede significar un problema si no disponemos del vehículo adecuado. Para aquellos que posean uno de los protagonistas de este comparativo, el problema está resuelto. El Grand C-Max y el Toyota Verso reúnen todo lo necesario para viajar en familia con la máxima comodidad y con unas prestaciones y un comportamiento dinámico que nada tienen que envidiar a muchos turismos. Ambos ofrecen la posibilidad de disponer de siete plazas aunque, eso sí, en tal caso la capacidad del maletero se reducirá considerablemente. Como suele ocurrir (y por eso os ofrecemos estos comparativos), a pesar de que ambos pertenecen al mismo segmento y que ofrecen características similares, existen diferencias entre ellos que pueden hacer que el futuro comprador se decida por uno u otro en función de ellas.

Así como en un deportivo la potencia de su motor es uno de los puntos más importantes, en los vehículos como los que hoy nos ocupan la habitabilidad y los detalles que nos hagan más confortable la vida en su interior es lo que más se valora. No cabe duda que disponer de buen motor y de un buen comportamiento dinámico también es importante pero cuando nuestro interés está puesto en un coche de este tipo casi seguro que la capacidad, el confort y los detalles, serán determinantes para acabar adquiriéndolo. No, no nos olvidamos del precio que a buen seguro tiene mucho que decir para dar el último paso, pero insistimos en que la habitabilidad, la modularidad y el confort, son datos determinantes ante una posible compra, así que veamos cómo son nuestros invitados en estos apartados. El Grand C-Max propone un puesto de conducción con un volante y un asiento multirregulable con los que se consigue una buena posición tanto de brazos como de piernas, incluso variando bastante la altura del asiento. Desde el volante controlaremos los menús del ordenador, configuración del vehículo y audio. En la parte derecha encontraremos los mandos del Bluetooth, volumen y cambio de emisora, mientras en la izquierda se encuentra el programador de velocidad. Por su parte, el Toyota también ofrece unos buenos asientos para realizar largos recorridos, una buena posición de conducción (alta si se desea), aunque con una visibilidad general (lateral, tres cuartos, etc.), más limitada que la de su rival, que en este apartado es uno de los mejores. En el volante se encuentran los mandos para variar los datos del ordenador, la música el teléfono, el control de velocidad y las levas del cambio con las que Toyota apunta ese toque deportivo que le quiere dar a este familiar y que lo confirma con la posibilidad de variar un poco sus prestaciones activando el modo "Sport", mediante un botón situado al lado de la palanca de cambio de la consola central. El cuadro de instrumentos se encuentra en el centro del tablier orientado hacia el conductor. A nuestro gusto la visión es mejorable aunque hay que aclarar que se ve toda la información. En el caso del Ford la información está frente al conductor, con dos esferas principales (no totalmente redondas), el ordenador de a bordo en el centro superior y los indicadores de temperatura y combustible en la parte inferior. En ambos casos, en la consola encontraremos los mandos para "manejar" las opciones de radio, CD, teléfono y ordenador. En el caso del Toyota utilizado para esta comparativa, este espacio lo preside la pantalla de 7" del navegador. Ambas palancas de cambio se encuentran más altas que en un turismo colocadas en la consola central. Los dos disponen de huecos porta bebidas en el centro de la consola y disponen de hueco en el apoyabrazos central. En la parte trasera de los asientos delanteros también disponen de dos bandejas para los ocupantes de la segunda fila y, en el caso del Toyota, un espacio de almacenamiento situado a cada lado bajo la 2ª fila. Los dos tienen espacio portaobjetos en las puertas delanteras (en las que caben bebidas grandes), y tan sólo el Toyota presenta también huecos en las trasera, ya que en el Grand C-Max desaparecen por las puertas deslizantes que, a nuestro gusto, se muestran muy cómodas al dar amplitud de entrada y salida de la segunda fila y facilitar la entrada a los ocupantes de la tercera. Pero, además, en el Ford se puede "esconder" la banqueta central de la segunda fila dentro del asiento del lateral derecho, dejando un espacio libre en el centro del coche muy cómodo para acceder o salir de la tercera fila.

Mientras en el Toyota Verso con acabado Advance la tercera fila es de serie, en el Ford es opcional. En cualquier caso, ambos proponen la posibilidad de siete plazas, aunque hay que decir que en las de la última fila sólo viajarán relativamente cómodos los niños. En lo que respecta a la segunda fila, el Toyota dispone de tres plazas reales (pudiendo viajar un adulto en la central) y aventaja a su rival con una mayor anchura total en este apartado. La plaza central del Grand C-Max es bastante más pequeña que las laterales y difícilmente resultará válida para un adulto. Así que, en este sentido, el Toyota Verso lo supera. En los dos casos los asientos se deslizan, se pueden reclinar los respaldos, son modulables independientemente y las plazas centrales ofrecen la posibilidad de usarlas como apoyabrazos. Si bien es cierto que el Toyota aventaja a su rival en las plazas de la segunda fila, el Ford lo hace en lo que respecta a las de la última. El acceso es más cómodo, los asientos están colocados un poco más altos respecto al suelo, están más acolchados y el espacio total es mayor al estar totalmente juntos uno con otro. Y como es lógico, si disponemos de siete plazas, disponemos de menos maletero. Las diferencias son grandes entre llevar la tercera fila o no ya que pasamos de, por ejemplo en el Ford, los 92 litros cargado hasta la bandeja con las siete plazas, a los 475 litros con cinco plazas. En la misma configuración, el Toyota dispone 155 litros con los siete asientos y 440 litros con los 5. Con sólo dos asientos y cargados hasta el techo, el Ford tiene una capacidad de 1.742 litros (siempre con kit de reparación de pinchazos), por los 1.696 litros del Toyota. Como se ve, el Ford dispone de un maletero más amplio cuando usemos el modo dos o cinco plazas. Pero el Toyota, que penaliza por los pasos de rueda traseros, nos dejará un poco más de espacio cuando ocupemos todas las plazas. Ambos proponen ganchos y tomas de corriente, así como dos porta bebidas para cuando usemos la sexta y séptima plaza.

Ahora sabemos cómo viajaremos en lo que respecta a confort, amplitud y comodidad en sus interiores, así que veamos qué nos ofrecen dinámicamente. Los dos disponen de motores diésel de cuatro válvulas por cilindro, turboalimentados y una potencia de 140 CV a 3.750 rpm y un par máximo de 320 Nm a 1.750 rpm, en el caso del Ford y de 150 CV a 3.600 rpm y 340 Nm a 2.000 rpm, en el del Toyota. Como puede apreciarse, las diferencias no son grandes en cuanto a cifras y tampoco lo son en marcha. Ambos disponen de una caja de cambios de seis velocidades automática que, en el caso del Toyota, propone tres programas de uso: "D" (Drive), "Sport" y "M" (Manual). La Posición D proporciona la marcha más larga como es habitual en este tipo de cambios. En Sport mantiene el régimen mínimo un poco más alto y busca una marcha más corta con mayor rapidez a la hora de reducir. Si optamos por la opción manual (M), podremos utilizar el cambio con las levas del volante o con la palanca y nos proporcionará una conducción más activa y cercana a la deportiva al tener que estar atentos a cambiar cuando lleguemos al régimen máximo. Por su parte, Ford dota al Grand C-Max con la caja de cambios "Ford PowerShift" automática de doble embrague que le proporciona gran suavidad y eficacia. A nuestro gusto, el salto entre marcha y marcha y el momento en el que entra la marcha inferior cuando vamos a pocas revoluciones, es más suave y está mejor resuelto en el Ford. Pocas diferencias podemos observar rodando por autopistas o autovías ya que ambos son capaces de ofrecer unos ritmos altos con gran comodidad con buenos niveles de sonoridad, especialmente en el caso del Ford), y con capacidad para hacer que los ocupantes viajen con un gran confort. En zonas más viradas, sorprenden por su buen comportamiento, su buena estabilidad y, tan sólo la morbidez de suspensión, (sobre todo en el Grand C-Max) los limitan un poco. En este sentido el Toyota se beneficia de un tarado un poquito más duro que se nota especialmente en cambios de apoyo. Pese a todo hay que decir que, en nuestra opinión, ambos ofrecen un comportamiento dinámico fantástico incluso en carreteras donde se sucedan las curvas. Ford hace gala de una dirección precisa y el Verso de una mayor agilidad. En lo que respecta a los consumos, el Grand C-Max se coloca por delante de su rival con 7,8 litros de media en nuestra prueba, frente a los 8,6 litros del Verso. Es justo tener en cuenta la mayor potencia del Toyota.

Difícil elección. Al inicio de este comparativo decíamos que pese a ser del mismo segmento, existían diferencias que podían hacer decidirse entre uno u otro. Y cómo hemos visto, existen. Sin embargo, son diferencias que continúan dejando dudas a la hora de decantarse por uno en concreto porque no son abismales. Si bien es verdad que el Toyota supera a su rival por las plazas traseras, también lo es que el Ford dispone de una mejor 3ª fila. Las puertas traseras deslizantes otorgan ventaja al Grand C-Max, pero el Toyota responde con un buen equipamiento de serie. El Ford ofrece un tacto de conducción superior al Toyota, en cambio éste se defiende con mayor potencia y una respuesta más contundente. En fin, ya lo véis, ambos tienen argumentos de sobras para ser elegidos. Los precios hablan a favor de Ford; 24.100 € (la versión probada pero sin las opciones) y 30.900 € el Toyota (que dispone de un equipamento al que sólo se le puede añadir un pack con navegador, sensores de aparcamiento y faros de xenón). Sí, es una diferencia clara, quizá la única, pero también hay que tener en cuenta el equipamiento de cada uno y la mayor potencia del Verso. Al final, el precio va influir y si además tenemos en cuenta el buen tacto general del Ford y que ofrece diseño más actual que su rival, podemos decir que el Grand C-Max sería el vencedor de este comparativo. Pero recordemos al Toyota; más pòtencia, más equipamiento mayor espacio de las plazas traseras... ¿a que es difícil?