Que no son TT puros no es ningún secreto. Tampoco se trata de turismos convencionales con los que estamos limitados a rodar por asfalto. Así que nuestros protagonistas de hoy están enmarcarlos en "la zona" de los "todocaminos" de última generación con los que podremos tener ese extra al poder rodar por pista y caminos que no sean demasiado extremos y disfrutar de una polivalencia mayor que la de un turismo. Pero no debemos engañarnos, ninguno de los dos nos permitirá practicar off road puro, en absoluto. Sin embargo, pese a las limitaciones de altura, de cruce de puentes y de tracción (especialmente en el caso del Ssanyong ya que la unidad de pruebas era la versión 4X2), ambos nos dejarán disfrutar cuando los apartemos del asfalto y los hagamos circular por caminos. Cada uno a su manera, estos coches nos dan un plus en su utilización que los colocan como unas buenas opciones dentro de su segmento. Unas motorizaciones con una buena potencia, 175 CV en el caso del Korando y 136 CV en el del Kia, junto a un comportamiento sobre asfalto que nos permitirá rodar a buen ritmo en cualquier circunstancia, lo hacen posible.
En la misma línea
Antes de transmitiros nuestras sensaciones conduciéndolos, vamos a intentar "transportaros" a sus interiores. El habitáculo del KIA Sportage ofrece un buen nivel de calidad con un diseño agradable. Salpicadero y puertas están recubiertos por unos plásticos de buen aspecto y que dan sensación de calidad y de estar bien ensamblados. El Kia goza de un habitáculo sobresaliente y de gran confort, tanto en habitabilidad como en confort de marcha.
Por su parte, el Korando no es lujoso, pero tiene un acabado correcto y presenta el habitáculo más amplio de entre sus semejantes. Todos los plásticos que recubren el interior del Ssangyong son duros, pero parecen estar bien rematados y se desmarca con detalles como el del hueco portaobjetos sobre el tablier. El cuadro de instrumentos informa correctamente pero tiene un diseño bastante tradicional, con dos esferas separadas por una pantalla digital que completa la aportación de datos. El acabado Limited y "Pack GT" de nuestra unidad de pruebas, disponía de asientos de piel, asientos traseros reclinables, navegador con pantalla táctil, y volante de piel con los mandos de la radio incorporados y la palanca del control de velocidad situado junto a él. No faltaba el climatizador, dispositivo para USB y un buen número de detalles, como la bandeja portavasos situada en el centro de las plazas traseras, o la situada entre los dos asientos delanteros. Todo ello permite al Korando estar bien posicionado en este apartado. Si escogemos la versión tope de gama del Kia, la que corresponde a nuestra unidad de pruebas, lo cierto es que el Sportage se sitúa por delante de su competidor al ofrecer unos acabados más refinados. Dispone de doble techo panorámico (practicable sólo la parte delantera), o de un climatizador bizona o de un cuadro de instrumentos de diseño más atrevido, de una guantera "fría", o de detalles como los asientos de piel repujados o un buen número de espacios para albergar objetos. En general el Kía se ve algo más refinado, aunque el Korando no cede demasiado. También hay que puntualizar que esta versión tope de gama que hemos probado del Sportage tiene un precio de compra superior.
Vamos a probarlos
Partimos de la base que estamos frente a dos coches con motorizaciones con una diferencia considerable de potencia y con, en el caso del Kia, un cambio de seis marchas manual y transmisión 4x4 automática, que se conecta cuando aparecen diferencias de adherencia. Por su parte, el Korando de nuestra prueba es un 4x2, también con un cambio manual de seis velocidades, pero sin posibilidad de variar el tipo de tracción. Con esas premisas nos dispusimos a probarlo en todo tipo de terrenos. En esta ocasión no es una forma de hablar sino que verdaderamente los utilizamos por carreteras asfaltadas, caminos e incluso zonas un tanto difíciles para sus características. Sobre asfalto, que a la postre es por donde más se utilizarán y donde nuestros dos coches de pruebas ruedan en igualdad de condiciones , ambos responden a las expectativas gracias a un comportamiento dinámico correcto. Aunque, a decir verdad, existen diferencias claras cuando los sometemos a circular por zonas de carreteras viradas en las que hagamos trabajar motor, cambio y suspensión. En este sentido, el Kia se muestra más confortable y ágil pero, cuando aumentamos el ritmo, nos damos cuenta que el tarado un tanto blando de la suspensión lo limita un poco y lo lleva a sufrir excesivos balanceos de la carrocería. Pese a ello, el Sportage goza de un mejor tacto de dirección, entra con mayor precisión en los virajes y, en conjunto, se muestra más eficaz. Su rival acaba sufriendo un poco los mismos síntomas pues, aunque el tarado inicial es más duro, cuando le buscamos el límite, encontramos una falta de dureza en el tramo final de la suspensión que le hace transmitir al conductor una sensación de mayor pesadez y menor agilidad que la de su rival.
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Mas potencia, pero...
Es sabido que no siempre una mayor potencia quiere decir mayor efectividad. No es el caso que nos ocupa, pero sí es cierto que los 136 CV del Sportage frente a los 175 CV del Korando debería marcar una diferencia mayor, cuando menos, en sensaciones. Y no es así. Y no lo es, básicamente, por el tipo de respuesta que ofrece el Ssanyong a bajo y medio régimen. Pese a su mayor potencia, en la zona baja del cuentavueltas se muestra excesivamente perezoso hasta alcanzar el régimen que lo lanza hacia demostrar su verdadero potencial que lo encontraremos bien pasadas las 2.000 rpm. Por el contrario, su rival se muestra vivo desde las primeras rpm aunque, eso sí, tiene que entregar las armas cuando él y su oponente navegan sobre las 3.000 rpm. Continuando por asfalto, el Korando se desenvuelve mejor si buscamos ir rápidos, pero el Kia ofrece un confort y suavidad de marcha superior. A la postre, podemos decir que, en carretera virada, el Ssanyong da la cara pero el Kia lo sorprende y supera por prestaciones de motor, en ese tipo de vías, al aprovechar la mejor respuesta a bajo régimen. Eso nos permitirá realizar una conducción más fluida y utilizando menos el cambio, algo que, en el caso de su rival, es imprescindible para mantener un buen ritmo. Pese a que ya hemos comentado que no son TT puros, no pudimos resistirnos a hacerlos circular por pistas e incluso por algún camino en bastante mal estado. En esas circunstancias las limitaciones de ambos son claras (poca altura al suelo, ángulos característicos reducidos y poco recorrido de suspensión) . En este caso, debido a que el Ssanyong era un 4x2, las diferencias aumentaban, como es lógico. Aunque hay que puntualizar que Ssangyong vende este mismo coche con tracción 4X4, basada en un sistema de reparto automático de par entre ejes, similar al de su competidor. El Kia de nuestra prueba se beneficia precisamente de la tracción total y del sistema de asistencia de descenso, aunque debemos decir que el Korando superó con nota la situación, pese a que ambos están penalizados por unos neumáticos poco especializados para esos terrenos. Si optamos por el Korando de nuestro comparativo, deberemos desembolsar 24.950 euros. Si nos decantamos por el Kia, necesitaremos 26.850 euros para una versión equivalente (con 4X2 y acabado Drive). La versión probada en este comparativo, con 4X4 y acabado Emotion, se va a los 33.150 euros.
Conclusión
Al final, ambos son capaces de ofrecer lo que se espera de ellos. El Sportage, sorprende con un motor que parece tener bastante más potencia de lo que indican sus 136 CV y un tacto general de marcha y de calidad superior al del Ssanyong. Por su parte, el Korando, se muestra imbatible en lo que respecta a espacios y se defiende bien tanto en carretera como fuera de ella, a pesar de que la versión probada disponía únicamente de tracción 4x2. Lo dicho, dos vehículos que nos permiten un uso cotidiano con el aliciente de poder ir un poco "más allá" en nuestros días de ocio.
Una opción muy interesante por su buenísima relación precio producto