Audi y Peugeot llevan años luchando a brazo partido por la victoria en las 24 Horas de Le Mans, pero hasta ahora, este duelo no había llegado a las carreteras por las diferentes gamas y objetivos de ambos fabricantes. El nuevo Peugeot RCZ y el conocido Audi TT protagonizan la primera confrontación directa en los mercados de ambas marcas. Y es que el modelo francés nació con el objetivo de destronar al alemán como el rey de los coupés de precio razonable, estética atractiva, carácter "chic" y comportamiento deportivo. Y la verdad es que, después de compararlos, podemos asegurar que el RCZ tiene muchos atributos para poner en aprietos al todopoderoso Audi. El primero de ellos es una línea rompedora que enamora a primera vista. Sobre gustos no hay nada escrito, pero las dimensiones y proporciones del RCZ, sumadas a sus voluptuosas formas (con las aletas y techo abombado), hacen que a su lado el TT se vea más convencional y "sencillo". Además de parecerlo, un deportivo tiene que ofrecer sensaciones "racing" de conducción, y en ese sentido el RCZ también supera al TT. En marcha, el modelo francés se siente un poco más ágil, rígido y preciso; y por lo tanto, también más duro y directo. En el otro lado de la balanza, el modelo alemán es más cómodo y agradable de conducir en el día a día, además de tener un motor que se siente más lleno a bajo régimen, que corre un poquito más y consume menos combustible. Al asomarnos a sus habitáculos, se nota que el RCZ está muy bien acabado, aunque no transmite tanta sensación de calidad como el Audi. A cambio, el Peugeot ofrece un precio muy atractivo y algunos elementos más de equipamiento de serie, como el climatizador bizona, el control de velocidad de crucero o los mandos del equipo de sonido en el volante. En definitiva, les animamos a seguir leyendo esta comparativa "triple", pues enfrentamos al nuevo coupé de Peugeot con las variantes Roadster y Cabrio del TT (aunque para la sesión de fotos sólo pudimos disponer del TT con carrocería descapotable).
PVP: PEUGEOT RCZ 1.6 THP 156 CV 27.950 € (en versión limitada Black Yearling 33.550 € y con cambio automático, 29.850 € ) AUDI TT 1.8 TFSI 31.980 € (en versión Roadster 33.990 €)
Una forma, dos estilos
Aunque en las fotos quizás no se nota tanto, si vemos juntos a nuestros dos protagonistas el Peugeot RCZ transmite la sensación de ser "más coche". El modelo francés es un solo poco más grande (11,2 cm. más de longitud), pero tiene las ruedas mucho más separadas entre sí (2.612 mm. de distancia entre ejes por los 2.468 del Audi). Esto, unido a sus protuberantes pasos de rueda, hace que el RCZ parezca inflado, frente al más discreto y "plano" TT. Además, hay tres elementos estilísticos que marcan la diferencia a favor del RCZ: el agresivo frontal, los arcos de aluminio que marcan la línea del techo y el doble abombamiento de éste, que se prolonga por la ondulada y costosa de fabricar luna trasera. El TT tiene unas proporciones muy equilibradas y unas líneas muy claras y resistentes al paso de los años, pero su diseño, más visto y sencillo, no llama la atención tanto como el del Peugeot. Desde el punto de vista técnico, ambos fabricantes han recurrido al aluminio en las carrocerías de estos dos modelos, aunque Audi en mayor medida, pues el TT tiene el 69 por ciento de sus paneles de ese material (puertas, techo, capó y aletas delanteras), mientras que el RZC sólo emplea el aluminio en el capó y los arcos del techo. El TT Coupé es más ligero que el RCZ (1.240 kilos frente a 1.275) y la versión Roadster sólo pesa 10 kilos más que el coupé francés. En cuanto a la aerodinámica, el Cx: 0,31 del TT Coupé supera en un punto al del RCZ, cuyo Cx: 0,32 es idéntico al del TT Roadster con la capota puesta.
Espacio para dos
El acceso al interior no es especialmente cómodo, ni lo contrario, en ambos modelos. El asiento del Audi está un poco más bajo, mientras que la larga puerta del Peugeot molesta al aparcar en batería y se puede hacer pesada en cuesta. En los dos se puede encontrar una posición cómoda de conducción, aunque en el Peugeot las piernas de los conductores más altos irán más flexionadas que en el Audi. Los mandos de la radio y del control de velocidad de crucero cerca del volante son de serie en el RCZ y mejoran la ergonomía de uso de este modelo. En general, nos han parecido más cómodos e intuitivos todos los botones y mandos interiores del Peugeot no relacionados con la conducción, ya que los pedales y la palanca del cambio ofrecen un tacto más seco y duro que en el TT. Además, el volante de serie del RCZ es demasiado grande para un automóvil de este carácter, de hecho, la marca ofrece uno más pequeño en opción por 360 euros. Nos gustó la visibilidad lateral y trasera del Peugeot, no tanto la delantera, en la que molestan los gruesos montantes y la pantalla desplegable del navegador (opcional). En ese sentido el TT ha mejorado un mundo respecto a la anterior generación, que era algo claustrofóbica. El único "pero" es la pequeña luneta trasera de la variante Roadster, un mal común de casi todos los coches con capota de lona. Las plazas delanteras son holgadas y las traseras muy pequeñas -sólo valen para niños, y pequeños- y de difícil acceso en ambos modelos. Las del TT Coupe, que desaparecen en la versión Roadster, parecen un poquito más grandes. En cuanto a los maleteros, el RCZ gana por goleada con sus formas regulares y 321 litros de capacidad. El TT Coupe ofrece 290 litros, que bajan hasta 250 en el Roadster. En todos los casos se ha prescindido de la rueda de repuesto, sustituyéndose por un kit reparapinchazos que, la verdad, te puede da dejar tirado en la carretera si el pinchazo es grande o si se trata de un corte o un reventón.
Equipamiento básico
Las unidades que hemos probado y que ilustran esta prueba incorporaban numerosos elementos opcionales. Así que no creáis que los fabulosos asientos del Audi (que forman parte del paquete deportivo S-line, que cuesta 2.540 euros, e incluye suspensión deportiva, llantas de 18 y volante y pomo deportivos), o el revestimiento de cuero del habitáculo del RCZ (3.500 euros) son de serie. Nuestro Peugeot también montaba navegador (2.000 euros), llantas de 19 pulgadas (711 euros) y equipo de sonido JBL (510 euros). Opcionales aparte, estamos ante los modelos de entrada a sus respectivas gamas, con las motorizaciones menos potentes y el equipamiento más sencillo. Los dos montan "lo básico" para unos automóviles de esta categoría, con la ventaja para el RCZ de contar con control de velocidad de crucero, mandos del equipo de sonido en el volante (260 euros en el Audi), climatizador bizona (monozona en el Audi), asistente de arranque en cuesta (95 euros en el TT) y sensores de aparcamiento traseros (475 euros en el modelo alemán). En ambos casos, hay un completo ordenador de abordo, y se echan en falta los sensores de luz y lluvia.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Motores de última generación
Nuestros protagonistas montan motores de gasolina de "baja" cilindrada (1.6 litros en el Peugeot y 1.8 litros en el Audi) con inyección directa y turbo. Son un perfecto ejemplo del constante fenómeno del "downsizing" o reducción del cubicaje de los motores que está protagonizando la industria del automóvil en los últimos años. Esto permite unas cifras de consumo realmente satisfactorias (6,4 l./100 km. de media en el TT y 6,7 litros en el RCZ) y unas bajas emisiones contaminantes (149 y 155 gramos por kilómetro, respectivamente) para unos deportivos de esta potencia. Y todo ello, con un rendimiento muy satisfactorio. No estamos antes motores extremadamente potentes ni deportivos, de esos que empujan como locos; pero ambos permiten unas prestaciones elevadas y son muy agradables de utilizar. El motor THP del Peugeot (desarrollado en conjunto con BMW) es más suave y silencioso que el de su rival, pero evidencia un mayor efecto turbo. Y es que ofrece menos empuje en bajos y se siente un tirón más acusado cuando la turbina empieza a funcionar. Los desarrollos de cambio elegidos por Peugeot -para bajar sus consumos- con un escalonamiento muy abierto y un desarrollo final largo, acentúan este efecto. Hay ocasiones concretas, como al casi detenernos y arrancar circulando en atasco, en los que a veces es necesario meter primera porque en segunda el coche no sale. Nos ha gustado más el motor TFSI del Audi, pues se siente más lleno a regímenes bajos y medios, además de emitir un bonito sonido a bajas revoluciones. Pero sobre todo, presenta una entrega de potencia más lineal y progresiva, notándose menos que está turboalimentado. Además, no cuenta con el hándicap de los desarrollos y escalonamiento del cambio, una caja que, por cierto, tiene un tacto de manejo más agradable. Por si todo lo dicho fuera poco, el rendimiento del motor TFSI es superior al del 1.6 THP, tanto en potencia, par y prestaciones; como en consumos y emisiones. El propulsor de Audi entrega 160 CV y 250 Nm. de par máximo, por los 156 CV y 240 Nm. del Peugeot. Esto, y el escalonamiento del cambio, permite al modelo alemán acelerar de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos (7,4 en la versión descapotable) y alcanzar 226 km/h de velocidad máxima (223 en el cabrio), cifras que superan claramente los 8 s. en el 0-100 km/h y 217 km/h de velocidad punta del RCZ. En cuanto a los consumos, ambos coupés presentan idéntica cifra homologada en el recorrido extraurbano (5,2 l./100 km), pero el Audi ofrece un mejor ciclo extraurbano (8,5 l./100 km. por los 9,3 de su rival), lo que le permite presentar un mejor consumo medio: 6,4 L. 100 km. (6,7 en el Peugeot). La versión Roadster del Audi consume una décima más. Esto se traduce directamente a las emisiones de CO2, donde el Peugeot supera en 6 gramos por kilómetro los 149 g./km del Audi (152 en el Roadster).
El duelo de Le Mans
Lo primero que hay que destacar es el sensacional comportamiento de ambos modelos, que combinan una terrible eficacia dinámica con una gran facilidad de conducción. En los dos casos estamos ante coches muy neutros, balanceados, ágiles y estables, que harán las delicias de cualquier conductor con espíritu deportivo. Buscando diferencias de matiz, el Peugeot ofrece unas sensaciones de conducción más deportivas, siendo más rígido y directo. Los tarados de suspensión, más duros que los del Audi, permiten menos movimientos de la carrocería en aceleración, frenada o paso por curva; y también propician una respuesta más directa del conjunto a las órdenes del volante. Nos gustó más el tacto de la dirección del Audi, menos artificial y asistido, pero el tren delantero del Peugeot es más incisivo en la entrada en curva, además de presentar una mejor motricidad al acelerar en la salida de un giro. El comportamiento del tren trasero del Peugeot, que siempre va pegado al asfalto, también nos gustó más que el de su rival. Y es que, por la configuración de sus suspensiones, el reparto de pesos, el centro de gravedad y el equipo de neumáticos (235/40 R 19 en el Peugeot, una opción que cuesta 711 euros), el modelo francés es capaz de conseguir una mayor velocidad de paso por curva y generar mayores aceleraciones laterales. Eso se acentúa si comparamos el RCZ con el Audi TT Roadster, que al no tener techo, pierde rigidez estructural y eficacia general, sintiéndose más blando y menos preciso. Para ser un cabrio, el TT se comporta de maravilla, pero no puede competir contra un modelo coupé que además es realmente eficaz. Está claro, el RCZ es más eficaz en una carretera de curvas, pero en el día a día es un poco más incómodo que el Audi, en cualquiera de sus dos versiones. Y es que, además de tener unas suspensiones que filtran mejor las irregularidades del asfalto, los TT se sienten más agradables y fáciles de conducir en cualquier circunstancia. Sus límites de adherencia son más cercanos que los del Peugeot, sobre todo en el Roadster, pero para acercarse a ellos no se requiere un conductor tan experimentado como en el RCZ. En cualquier caso, todos montan de serie controles de estabilidad muy bien programados, que permiten ciertas alegrías pero cortan cualquier deslizamiento de los neumáticos. En los frenos no hemos observado grandes diferencias y sí buenos resultados en cuanto a deceleración y tacto del pedal. Son coches con equipos de frenos generosos (discos delanteros de 312 mm. en el Audi y de 302 mm. en el Peugeot), anchos neumáticos, ayudas electrónicas y buenas suspensiones, que obtienen distancias de frenado excelentes.
El precio importa
El precio de salida del Peugeot RCZ 1.6 THP es 4.560 euros inferior al del Audi TT 1.8 TFSI, una cifra que asciende a cerca de 6.000 euros si igualamos sus equipamientos. Si lo comparamos con el TT Roadster, la diferencia aumenta a los 8.000 euros, algo lógico pues las versiones descapotables son casi siempre más caras que las convencionales. Como hemos visto, Peugeot ha lanzado un producto muy sólido que compite de tú a tú con un automóvil icónico como el Audi TT, con un precio muy competitivo (a pesar de la complejidad de su producción) y que incluso supera al Audi en algunos apartados. Eso sí, el peso de la marca sigue siendo un factor importante de compra y para muchos usuarios no es lo mismo decir que tienen un Peugeot a presumir de la posesión de un Audi. Aunque, en este caso concreto, no creemos importe tanto, pues el factor marca podría compensarse con la mayor exclusividad del Peugeot, un coche mucho menos visto que el Audi.
decir lo que queráis, pero yo tengo un rcz y los audis, mercedes y bmw, se apartan cuando me ven por detrás y ahí se quedan, DETRAS.