Aunque los vehículos comerciales no sean la especialidad de nuestra casa, tampoco está de más probar alguno de cuando en cuando. De hecho nos pareció buena idea comparar directamente a dos de las furgonetas compactas más populares de su categoría: Renault Kangoo Combi y Volkswagen Caddy Kombi.
Además de por sus denominaciones casi impronunciables, ambos modelos coinciden ante todo por su enorme versatilidad. Son, en efecto, versiones destinadas principalmente al uso profesional; pero su estupenda capacidad de carga y modularidad y un aceptable nivel de equipamiento les permite doblar como vehículos familiares y de ocio... para quienes tengan claro que contar con un vehículo mixto es más rentable que adquirir y mantener un segundo automóvil.
Los Renault Kangoo y Volkswagen Caddy que están a la venta en la actualidad son actualizaciones sobre modelos veteranos. El modelo francés corresponde al restyling realizado en 2013 sobre el modelo original de 2007; y aunque la cuarta generación del alemán llegó en 2015, se trata de una profunda y completa puesta al día sobre la base de la tercera generación, presentada en 2004.
Hiperespacio para el mundo real
Nuestros Kangoo y Caddy son de carrocería corta y configuración de cinco plazas, si bien hay opción de elegirlos con siete plazas o con carrocería larga (variantes conocidas como Renault Grand Kangoo y Volkswagen Caddy Maxi Kombi). Cuentan en su lado derecho una puerta corredera; y en vez de portón trasero, con una puerta de dos hojas.
Ambos presentan parecidas dimensiones excepto por la longitud, claramente mayor en el caso del Caddy (4,28 m frente a 4,41 m); aunque la situación se invierte en cuanto a batalla (2,70 m contra 2,68 m). El francés gana por anchura (1,83 m contra 1,79 m) y el alemán por altura total (1,80 m y 1,82 m respectivamente).
Esto nos lleva al aspecto clave de toda furgoneta: su capacidad de carga. Con los cinco asientos en uso, el Renault Kangoo da lugar a 660 litros, que se elevan hasta 2.866 l si plegamos los asientos traseros. El Volkswagen Caddy saca mayor partido de su mayor longitud para ofrecer 918 litros con las cinco plazas ocupadas y hasta 3.200 l si sólo usamos las delanteras. Como para uso profesional conocer estos valores no es suficiente, mi compañero Néstor Abarca y vuestro humilde servidor decidimos llevarnos el metro y realizar las correspondientes mediciones.
Para empezar, comprobamos que las bocas de carga de Kangoo y Caddy son similares: sus medidas son 109 cm y 112 cm de alto por 111 cm y 114 cm de ancho, con los umbrales situados a 57 cm y 61 cm respectivamente.
En el interior, como era de esperar, sí se aprecian diferencias a favor del Caddy: la altura mínima desde el fondo hasta la tapa del maletero es de 56 cm (4 cm más que el Kangoo), la altura máxima hasta el techo es de 122 cm (+1 cm), el fondo con 5 plazas tiene una longitud de 97 cm (+19 cm) y con 2 plazas en uso alcanza los 190 cm (+14 cm). El Renault cuenta con ganchos y colgadores, mientras que el Volkswagen cuenta con cuatro argollas para fijar una red.
Hablando de la segunda fila de asientos, aquí el modelo alemán cuenta con la gran ventaja de contar con una banqueta en la que no sólo podemos abatir los respaldos (divididos en 60:40) sino pivotar cada sección para apoyarla sobre los respaldos de los asientos delanteros; e incluso es posible extraer los asientos para maximizar el volumen disponible. La furgoneta francesa también presenta una banqueta en 60:40 pero sólo permite abatir los respaldos, sin dejar un fondo perfectamente plano.
La habitabilidad de las plazas posteriores es buena en ambos casos gracias sobre todo al espacio disponible y la buena altura al techo; además, el acceso es amplio y sencillo a través de la puerta corredera lateral. En el Kangoo, las tres plazas son casi igual de confortables, no hay problema para los pies ya que no hay túnel de transmisión y las ventanillas cuentan con apertura en compás. Los asientos del Caddy recogen mejor el cuerpo aunque la plaza central es más estrecha; sí hay un molesto túnel central y las ventanillas son fijas. Los dos modelos cuentan con anclajes Isofix para sillitas infantiles.
¡Esto es Esparta!
Aunque los vehículos mixtos han mejorado claramente sus niveles de terminación y equipamiento, los puestos de conducción no convencen a primera vista como sí suelen hacerlo en un turismo. Los plásticos son de tacto duro, las tapicerías son sencillas y, como es lógico, todo está dirigido a ofrecer resistencia y durabilidad más que exquisitez. Eso es así especialmente en el Renault, cuyo interior denota su veteranía y responde más a lo que esperamos encontrar en una furgoneta, con acabados más bien pobres. El Volkswagen exhibe un diseño más actual, y aunque también se muestra espartano en todos los sentidos, los plásticos y su encaje son de mejor factura. Los dos modelos ofrecen numerosos espacios donde dejar objetos, incluyendo por supuesto la típica “repisa” de techo sobre el parabrisas. El Caddy cuenta con dos huecos bajo el piso de las plazas, a lo que el Kangoo responde con una guantera decididamente enorme.
El nivel de ergonomía es aceptable sin más. Los asientos no son regulables en altura (en el Caddy es opcional), y sólo el alemán permite ajustar el volante en profundidad. El Volkswagen también ofrece unos asientos que recogen mejor el cuerpo y cuentan con un mullido más firme; y supera al Renault en visibilidad gracias a que el pilar A estorba menos a la vista. En ambos casos el volante se conforma con un aro de goma; el del Kangoo queda muy inclinado y bajo, mientras que el del Volkswagen no trae mandos para manejar la radio o contestar al teléfono.
Al final de nuestra prueba repasaré los equipamientos y precios de cada modelo; pero antes cedo la palabra a Néstor Abarca, que nos trae su análisis sobre mecánicas, transmisiones y experiencia de conducción.
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Para ir al polígono a no hacer carreras
Las unidades de prensa que tanto Renault como Volkswagen nos han cedido para esta comparativa montaban mecánicas diésel de de baja potencia. En el caso del Kangoo un motor de 90 CV y en el del Caddy de 102 CV. Tanto uno como el otro cuentan en su gama con propulsores diésel más potentes que, en mi opinión, se ajustan mejor a las necesidades del cliente que los utilice normalmente bien cargados. Dicho esto, vamos a desgranar un poco la mecánica de cada uno y ver cuáles son las características y sensaciones que nos pueden ofrecer durante los desplazamientos. Comenzamos por el francés.
El Renault Kangoo montaba el propulsor diésel Energy dCi de 90 CV. Se trata de una mecánica sobradamente reconocida por su buen hacer. Me atrevería a decir que este 1.5 dCi es uno de los mejores diésel actuales con un rango de potencia ajustado sobre los 100 CV. Muchos modelos de Renault y Nissan lo montan (en versiones de 90 y 110 CV) y hasta Mercedes recurre a él para la versión de acceso a la gama diésel de su Clase A. Este diésel 1.5 dCi de 90 CV ofrece, además, un par motor de 200 Nm a partir de las 1.750 rpm y se acopla a una transmisión manual de cinco velocidades que envía toda la potencia a las ruedas delanteras. Su ficha técnica expone una aceleración de 0 a 100 km/h en 13,3 segundos y una velocidad máxima de 160 km/h. Como veis, no es ningún “tiro”, pero se conforma con un consumo medio de 4,7 l/100 km que, traducido al consumo real, se queda en torno a los 5,5 o 6 l./100 km, dependiendo de la carga y el tipo de conducción practicada. Durante nuestra prueba acabamos con unos aceptables 6,2 l. /100 km.
Volkswagen recurre en este caso al motor 2.0 TDI BlueMotion de 102 CV, una potencia ligeramente superior a la del francés que se complementa además con una mayor cilindrada. El par motor que expone es de 250 Nm a tan sólo 1.300 rpm y constante hasta las 2.800 rpm. Como el Kangoo, se asocia a un cambio manual de 5 relaciones que traslada todo el par a las ruedas delanteras. Con ello consigue una aceleración de 0 a 100 en 12,9 segundos y una velocidad punta de 172 km/h. En cuanto al consumo medio homologado, su ficha técnica refleja unos buenos 4,6 l/100 km, 0,1 litros inferior al consumo del Renault Kangoo que probamos, pero que en la práctica no se corresponde con lo reflejado en sus respectivas homologaciones. En este caso el Volkswagen Caddy que probamos ofreció un consumo medio real ligeramente superior al del Renault Kangoo: 6,4 l/100 km.
Acostumbrado a la conducción de turismos convencionales de todo tipo, se me hace un poco difícil calificar la calidad de rodadura y el comportamiento en general de estos dos vehículos pensados mayormente para un uso profesional. Las diferencias entre estos y los destinados al transporte de pasajeros están básicamente en su confort y un comportamiento mucho más depurado en el segundo caso. Tanto el Caddy como el Kangoo montan una suspensión de tipo ballesta en el eje trasero, una buena solución para llevar la caja de carga hasta los llena hasta los topes pero que en un coche convencional están totalmente en desuso por su brusquedad de reacciones.
Centrándonos en nuestros dos rivales, hay bastantes diferencias entre uno y otro. Así a grandes rasgos el Volkswagen se siente más coche, más similar a un monovolumen mientras que el Renault es claramente una furgoneta comercial. La postura de conducción del Volkswagen Caddy es más estándar, similar a la que se adopta en la conducción de un SUV, algo más elevada de lo normal. En el Renault Kangoo vas prácticamente sentado como si de una silla se tratase: muy recto y con un ángulo casi de 90º en las piernas. Además, el volante del francés está muy inclinado hacia adelante lo que obliga prácticamente a sentarse de esta forma. Pese a contar con el mismo esquema de suspensiones, el Caddy logra contener mucho mejor los balanceos de la carrocería y las inercias provocadas por este factor. Además, el guiado también es más preciso y la dirección un poco más informativa. El Kangoo, descargado, es muy blando de suspensiones y rebota demasiado ante firmes en mal estado.
En lo que a motores se refiere, ambos andan bastante parejos. El motor Volkswagen se percibe más lleno sobretodo a bajas vueltas haciendo gala de su mayor cilindrada y mayor par motor, pero es en la zona alta donde pierde bastante fuelle respecto al francés. El dCi de Renault es un modelo que hemos probado más de 20 veces y siempre nos ha causado buena impresión. Es más perezoso en bajas pero tiene una zona media y alta a mi parecer mejor que la del alemán.
En este sentido los 12 CV de más que ofrece el motor del Volkswagen no son un factor determinante para dar por ganador a uno u otro. Es más, en la práctica apenas hay diferencia de aceleración entre uno y otro y la diferencia de consumo obtenido tampoco es nada del otro mundo. En mi opinión: empate técnico.
¿Precio o equipamiento?
Finalmente, hablemos de equipamiento y costes, dejando claro que si el Volkswagen Caddy es un vehículo más completo en casi todos los sentidos, lo es también porque su precio es claramente más elevado.
La dotación de serie del Renault Kangoo Combi incluye llantas de acero de 15”, banqueta dividida, luneta trasera térmica, aire acondicionado, radio MP3 con Bluetooth y tomas USB / aux-in, ayuda al arranque en pendiente y kit de reparación de pinchazos. Nuestra unidad de prueba, un modelo básico, no incluye ningún extra, de manera que su precio con el motor diésel 1.5 dCi de 90 CV y cambio manual tiene un precio de 10.950 euros (sin IVA).
El Volkswagen Caddy Kombi equipa de serie llantas de acero de 15”, faros antiniebla, luneta trasera térmica, banqueta dividida con asientos plegables y extraíbles, aire acondicionado, radio MP3 con pantalla táctil de 5”, Bluetooth y tomas USB / aux, rueda de repuesto, detección de fatiga del conductor, control de arranque en pendiente, control de crucero y frenado automático post-colisión. Con el motor 2.0 TDI de 102 CV y caja manual tiene un precio base de 18.905 € (sin aplicar IVA ni las campañas actuales que descontarían 5.075 €). Son extras la puerta trasera de dos hojas (240 €; de serie viene con portón), las llantas de aleación de 15” (755 €), el sistema de navegación Discover Media con 4 altavoces (1.030 €) y el paquete Media Control e interfaz WLAN (por 510 € incluye punto de acceso WiFi, dos puertos USB, entrada aux-in y consola central con reposabrazos y 3 portabebidas). En total, 21.000 € (sin aplicar IVA ni restar los 5.445 € por campañas).
Queda claro, por lo tanto, que estamos ante dos interpretaciones bien distintas para un mismo tipo de vehículo: la de Renault, que apuesta por el bajo coste y la sencillez, y la de Volkswagen, más asimilable a un turismo convencional por acabados, equipamiento… y precio. Por supuesto, hay muchas otras opciones en el mercado: Mercedes-Benz Citan (la "versión alemana" del propio Kangoo), Fiat Dobló, Dacia Dokker, Ford Tourneo Connect... y muy pronto llegarán a España los nuevos Opel Combo, Citroën Berlingo y Peogeot Rifter.
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