El líquido refrigerante es un componente esencial para el buen funcionamiento del motor de tu coche. No solo ayuda a mantener la temperatura ideal del motor, sino que también previene daños costosos. También es quizás uno de los mantenimientos más sencillos que podamos hacer nosotros mismos a nuestro coche, ya que el acceso al mismo es muy sencillo y la reposición puede llevarnos minutos; es más, podemos tardar más decidiendo cual compramos qué rellenando el depósito. Esperad al final, porque en este artículo os resolveremos la duda sobre cuál escoger.
También os explicamos qué es, cómo comprobarlo, qué hacer si te quedas sin él, amén de recomendaciones prácticas para su correcto mantenimiento para evitar posibles averías que pueden surgir si no se revisa adecuadamente. En esta época de viajes, este es sin duda uno de los puntos a revisar, ¡empezamos!
¿Qué es el líquido refrigerante y cómo se comprueba?
El líquido refrigerante, también conocido como anticongelante, es una mezcla de agua y aditivos químicos que ayuda a mantener la temperatura del motor en niveles óptimos. Su función principal es absorber el calor generado por el motor y disiparlo a través del radiador, evitando que el motor se sobrecaliente. Además, protege el sistema de refrigeración contra la corrosión y la formación de sedimentos.
Para comprobar el nivel del líquido refrigerante, sigue estos pasos:
Localiza el vaso de expansión: Este es un depósito de plástico semitransparente situado bajo el capó. Generalmente, tiene un tapón de cierre de color negro o azul.
Verifica las marcas: En la pared exterior del vaso, verás dos marcas que indican los niveles máximo y mínimo. El líquido debe estar entre estas dos marcas. Nunca por encima y mucho menos muy por debajo, si llega al tubo: catástrofe a la vista, os lo contamos luego.
Comprueba el nivel en frío: Asegúrate de que el motor esté frío antes de realizar la comprobación, ya que el líquido caliente puede expandirse y dar una lectura incorrecta.
¿Qué pasa si nos quedamos sin líquido refrigerante?
Quedarse sin líquido refrigerante puede tener graves consecuencias para el motor de tu coche. Sin este líquido, el motor no puede disipar el calor de manera efectiva, lo que provoca un aumento de la temperatura interna. Si esto no se soluciona a tiempo, puede llevar a un sobrecalentamiento del motor, lo cual podría causar daños irreversibles como:
Deformación del bloque motor: Las altas temperaturas pueden deformar las partes metálicas del motor, causando fugas de aceite y otros problemas graves.
Gripado del motor: En casos extremos, la falta de refrigeración puede hacer que el motor se bloquee o quede "gripado", lo que requeriría una reparación costosa o incluso la sustitución completa del motor.
Recomendaciones para rellenar el líquido refrigerante
¿Qué líquido compro? La regla de los colores. El líquido refrigerante tiene varios colores, como rosa, verde, amarillo y naranja. Ver un lineal de anticongelantes en la tienda de suministros es como un vídeoclip de Bom Bom Chip de los 90: muchos colores (perdón por la nostalgia). Pero la realidad es que cada color tiene diferentes propiedades. Estos colores no son solo estéticos; indican diferencias en la protección contra la corrosión, el punto de congelación y el punto de ebullición. Es crucial usar el tipo de refrigerante recomendado por el fabricante de tu coche, ya que mezclar diferentes tipos puede causar la formación de una pasta sólida que podría obstruir el sistema de refrigeración y provocar averías.
¿Puedo llenarlo con agua del grifo? ¿Es mejor el agua destilada?
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Aunque es posible usar agua destilada como una medida temporal, no se recomienda rellenar el sistema de refrigeración solo con agua del grifo. El agua del grifo tiene minerales (cal, sedimentos, etc.) que pueden causar corrosión en las partes metálicas del motor y un punto de congelación y ebullición que no son adecuados para las necesidades del motor. El agua destilada, en combinación con el refrigerante adecuado, es una mejor opción ya que evita la acumulación de minerales y ofrece una protección básica hasta que puedas reemplazarlo con el refrigerante correcto.
Acabo de rellenar el líquido y llega al nivel mínimo muy rápido, ¿qué le pasa?
Si notas que, después de rellenar el líquido refrigerante, el nivel baja rápidamente hasta el mínimo, es posible que exista un problema en el sistema de refrigeración de tu coche. Esto puede deberse a varias razones, entre las más comunes:
Fuga en el sistema de refrigeración: Una fuga en alguna parte del circuito (que no veremos a simple vista), como el radiador, las mangueras o la bomba de agua, puede provocar la pérdida rápida de refrigerante. Las fugas pueden ser difíciles de detectar a simple vista, por lo que es recomendable revisar el suelo donde aparcas el coche en busca de charcos o rastros de líquido, si recordáis el tema de los colores, observando el charco podremos descartar otros problemas de pérdidas.
Problemas en la junta de culata: Una junta de culata dañada puede hacer que el líquido refrigerante se mezcle con el aceite del motor o que se evapore debido a la presión interna del motor. Esto suele ir acompañado de otros síntomas como sobrecalentamiento del motor o humo blanco en el escape.
Radiador obstruido o dañado: Si el radiador está obstruido, dañado o corroído, puede no estar funcionando correctamente, lo que lleva a un consumo excesivo del líquido refrigerante.
Bomba de agua defectuosa: La bomba de agua es la encargada de mover el refrigerante a través del motor. Si está dañada o desgastada, no circulará correctamente el líquido, lo que podría provocar que el nivel baje rápidamente.
Averías que pueden ocurrir si no revisas el líquido
No revisar el nivel del líquido refrigerante regularmente puede llevar a varias averías graves, entre ellas:
Sobrecalentamiento del motor: La falta de refrigerante provoca un incremento de la temperatura del motor, lo que puede derivar en la fundición de piezas esenciales como el cabezal de cilindros. En algunos coches veremos el testigo de alta temperatura o de fallo de motor si esto nos pasa.
Daños en la junta de culata: La sobrepresión y el calor excesivo pueden dañar la junta de culata, un problema costoso de reparar.
Obstrucción del radiador: La falta de mantenimiento puede llevar a la acumulación de residuos que obstruyen el radiador, impidiendo la correcta circulación del refrigerante.
Parece que no, pero un pequeño gesto de revisión y chequeo puede proporcionarnos mucha información y la capacidad de anticiparnos a un problema mayor. Sin duda, es el mantenimiento más sencillo que podemos hacer en nuestro coche, ¿estamos de acuerdo?
